Tener una enfermedad crónica afecta a todos los aspectos de su vida, incluida su relación. Es como si hubiera un tercero en su relación: un invitado no deseado con el que no se puede romper.
Los tratamientos para problemas como la artritis reumatoide (AR) o la esclerosis múltiple pueden mejorar su vida. Pero estas enfermedades pueden seguir causando dolor, fatiga, discapacidad y otros problemas.
Las enfermedades de larga duración pueden alterar la vida cotidiana de la pareja y afectar también a lo que ocurre en el dormitorio. Los problemas de salud pueden cambiar e incluso tensar las relaciones más sólidas. Pero las suyas pueden doblarse y no romperse con una comunicación honesta y un trabajo en equipo.
Reconozca sus sentimientos. Si se acaba de enterar de su enfermedad, debe compartir sus sentimientos con su pareja. Es normal que sientas pena o emociones fuertes y que te preguntes qué te depara el futuro. Es probable que su pareja comparta esas preocupaciones. Es importante que digas tu verdad y que tu pareja haga lo mismo.
Sé sincero. Tu pareja no sabe leer la mente, y tú tampoco. Comparta sus sentimientos y pídale que haga lo mismo. Si estás malhumorado o deprimido, es mejor que le digas a tu pareja cómo te sientes y por qué. Las parejas pueden distanciarse si no saben lo que hay detrás de las actitudes o acciones de la otra persona.
Mantén vivo el romance. El sexo y la intimidad son partes vitales de toda relación. En un estudio sobre personas con AR, más de la mitad afirmaron que su artritis había afectado a su vida sexual. La propia enfermedad crónica o los medicamentos que se toman pueden causar problemas sexuales. El acto físico del sexo puede doler, o los problemas de imagen corporal pueden acabar con el deseo. Pero hay formas de devolver el placer al dormitorio.
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Habla con tu pareja sobre la posibilidad de probar nuevas posturas que os hagan sentir más cómodos.
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Utiliza almohadas para aliviar la presión de tus articulaciones.
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Si tienes AR, puede que estés demasiado rígido para el sexo matutino y demasiado cansado por la noche, así que considera otros momentos del día, cuando puedas.
Tu vida sexual puede ser menos activa a causa de tu enfermedad. Pruebe estas formas de mantenerse emocionalmente conectado:
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Dense una ducha o un baño juntos.
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Tomarse de la mano o acurrucarse al ver la televisión.
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Encuentre formas de reírse: puede ser la mejor medicina.
Dígale a su médico si su vida sexual se resiente a causa de su enfermedad. Puede que le recomienden un cambio de medicamento o le hagan otras sugerencias.
Si vives con tu pareja, reparte las tareas. Puede que su salud le impida hacer todo lo que solía hacer. Pero todavía hay que hacer la cena, lavar la ropa y descargar el lavavajillas. Por lo general, la mayor parte del trabajo recae en la pareja que está bien. Eso puede causar estrés y tensión en su relación. He aquí algunas formas de hacer las cosas más fáciles para ambos:
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Haz una lista y elige las tareas que te resulten más fáciles. Quizá no puedas aspirar la casa, pero sí doblar la ropa y poner la mesa.
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Utiliza la tecnología. Pide la comida por Internet y recógela a domicilio o en la acera. Si no está pagando las facturas por Internet, puede ser el momento de empezar a hacerlo.
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Pide ayuda. Recurre a amigos o familiares. Tal vez puedan recoger a los niños de la práctica de fútbol o ballet, para que tú y tu pareja tengáis tiempo de descansar y recargar energías. Pide a los niños mayores que recojan la mesa después de cenar, que descarguen el lavavajillas o que saquen la basura.
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Contrata ayuda. Si puedes permitírtelo, contrata a una persona de la limpieza. Paga a alguien para que cuide el césped.
Haga ejercicio juntos.El ejercicio puede mejorar muchas enfermedades crónicas. Si tienes AR, por ejemplo, las actividades de bajo impacto y respetuosas con las articulaciones son realmente útiles. Pida a su pareja que monte en bicicleta, camine o nade con usted. Puede disminuir el dolor, aligerar su estado de ánimo y mejorar la salud general de ambos. Intente realizar alguna actividad la mayoría de los días, pero no se esfuerce cuando los síntomas se agudicen.
Intenta mantener tus rutinas. Sus sencillas tradiciones pueden ser más importantes ahora porque las otras partes de sus vidas han cambiado. Probablemente hay muchas cosas que puedes seguir haciendo a pesar de tu enfermedad. Comparta su café matutino, saque a pasear al perro, mantenga sus citas nocturnas, aunque ahora sólo sea pizza y ver una película el viernes por la noche.
Manténgase socialmente fuerte. Pasa tiempo con tus amigos. Los buenos pueden ayudarte a desahogarte con alguien que no sea tu pareja. También pueden ayudarte a olvidarte de tus problemas durante un rato. Si utiliza un bastón o una silla de ruedas, elija un lugar al que pueda acceder fácilmente.
Cuida tu salud mental: la depresión es habitual en personas con un problema de salud crónico. Esto estresa aún más tu relación cercana. A veces, el seguro médico no cubre la terapia. Los colegios, las universidades y los centros de salud federales ofrecen asesoramiento de bajo coste o gratuito. Otra opción es un grupo de apoyo. Si no puede salir físicamente, busque grupos en línea que satisfagan sus necesidades.
Insta a tu pareja a que se ocupe de sus propias necesidades para que no se agote. Pídele que acuda a sus citas con el médico, que se tome tiempo para hacer ejercicio y que realice las aficiones o actividades que le gustan.