¿Qué es la vasculitis?
La vasculitis es un término general para varias afecciones que causan inflamación en los vasos sanguíneos. También se llama angiitis o arteritis. Puede hacer que los vasos sanguíneos se debiliten, se estiren, se agranden o se estrechen. Pueden cerrarse por completo.
La vasculitis puede afectar a personas de cualquier edad. Algunas formas afectan a los vasos sanguíneos que se dirigen a órganos específicos o los irrigan, como la piel, los ojos o el cerebro. Otros tipos pueden afectar a muchos sistemas de órganos al mismo tiempo. Algunas de estas formas generales pueden ser leves y no necesitar tratamiento. Otras pueden ser graves.
Causas de la vasculitis
Los médicos no saben qué causa muchos casos de vasculitis. Puede estar relacionada con una reacción alérgica a un medicamento. También puede producirse tras una infección que desencadena una respuesta inusual del sistema inmunitario y daña los vasos sanguíneos.
La vasculitis también puede estar relacionada con enfermedades del sistema inmunitario que se padecen desde hace meses o años, como la artritis reumatoide, el lupus o el síndrome de Sjögren.
Complicaciones de la vasculitis
La vasculitis puede ser grave. Cuando su vaso sanguíneo se debilita, podría estirarse y abultarse (lo que se denomina aneurisma). También puede romperse y provocar una hemorragia. Esto puede poner en peligro la vida, pero es muy raro.
Cuando el vaso sanguíneo se inflama y se estrecha, puede bloquear parcial o totalmente el flujo sanguíneo a esa zona del cuerpo. Si no hay otros vasos sanguíneos suficientes para abastecer la zona, el tejido morirá. Esto puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo.
Síntomas de la vasculitis
La vasculitis puede presentar síntomas generales como fiebre, pérdida de apetito, pérdida de peso y fatiga.
También puede causar problemas específicos, dependiendo de la parte del cuerpo afectada. Si se trata de la piel, puede aparecer una erupción. Si los nervios no reciben suficiente sangre, puede haber entumecimiento y debilidad.
La vasculitis en el cerebro puede provocar un derrame cerebral. Si afecta al corazón, puede sufrir un infarto. La inflamación de los vasos que suministran sangre al riñón puede provocar una insuficiencia renal.
Si nota algo inusual, acuda a su médico de inmediato.
Tipos de vasculitis
Los médicos dividen la vasculitis en tipos, según el tamaño de los vasos sanguíneos afectados:
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Grandes. Esto incluye enfermedades como la polimialgia reumática, la arteritis de Takayasus y la arteritis temporal.
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Medio. Ejemplos: enfermedad de Buergers, vasculitis cutánea, enfermedad de Kawasaki y poliarteritis nodosa.
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Pequeña. Incluye el síndrome de Behcets, el síndrome de Churg-Strauss, la vasculitis cutánea, la púrpura de Henoch-Schonlein, la poliangeítis microscópica, la granulomatosis con poliangeítis, la vasculitis del golfista y la crioglobulinemia.
Diagnóstico de la vasculitis
Su médico le preguntará sobre su historial médico y le hará un examen físico. Necesitará pruebas para buscar inflamación o para descartar otras condiciones. Estas pueden incluir:
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Análisis de sangre. Ciertos tipos de células sanguíneas o anticuerpos pueden ser signos de vasculitis.
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Análisis de orina. Con ellos se comprueba si hay daño renal.
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Pruebas de imagen. Las radiografías, las resonancias magnéticas, las tomografías computarizadas, las tomografías por emisión de positrones y las ecografías muestran la inflamación de los vasos sanguíneos y los órganos. También es posible que le hagan una angiografía, en la que el médico le inyecta un colorante en el torrente sanguíneo. Éste aparece en las radiografías para ofrecer una mejor imagen de sus vasos sanguíneos.
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Pruebas del corazón. Un ecocardiograma evalúa el funcionamiento de su corazón.
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Biopsia. Su médico toma una muestra de tejido de su vaso sanguíneo u órgano. Un especialista puede comprobar si hay signos de inflamación o daño.
Tratamiento de la vasculitis
El tratamiento depende de la causa de la vasculitis y de los órganos afectados. La vasculitis puede desaparecer por sí sola si es el resultado de una reacción alérgica. Pero si están afectados órganos cruciales como los pulmones, el cerebro o los riñones, necesita un tratamiento inmediato.
El médico probablemente le administrará corticosteroides, también conocidos como esteroides, para combatir la inflamación. Es posible que tenga que tomarlos durante mucho tiempo. Su médico le vigilará de cerca para detectar efectos secundarios como la hipertensión arterial, la hiperglucemia y los problemas óseos.
Otros medicamentos pueden ayudar a frenar el sistema inmunitario con efectos secundarios más leves que los esteroides. Entre ellos se encuentra el metotrexato (Rheumatrex,Trexall).
Un fármaco llamado tocilizumab (Actemra) bloquea una proteína inflamatoria del organismo. Es posible que pueda utilizar una dosis menor de esteroides si lo toma al mismo tiempo.
Si tiene un autoanticuerpo citoplasmático antineutrófilo (ANCA), su médico puede recetarle avacopan (Tavneos).
Pronóstico de la vasculitis
Su pronóstico dependerá de varias cosas, como el tipo de vasculitis que tenga y la rapidez con la que se le haya diagnosticado. Con el tratamiento adecuado, muchas personas tienen una vida larga y productiva.
Una vez que la vasculitis esté controlada, el médico suspenderá lentamente los medicamentos. El objetivo es que esté en remisión, es decir, que no haya ningún signo de la enfermedad en su cuerpo, o que esté curado. Deberá someterse a revisiones periódicas para vigilar los efectos secundarios del tratamiento a largo plazo, los brotes de vasculitis y las complicaciones. Conozca los síntomas para poder alertar a su médico de inmediato.