Si su hijo tiene una articulación que no puede flexionarse o extenderse todo lo que debería, puede deberse a que uno de los músculos conectados a ella es demasiado corto o está tenso. El médico puede recomendar la colocación de una serie de yesos en la articulación. Cada uno de ellos giraría la articulación un poco más en la dirección que necesita.
Esta técnica se llama escayola en serie y los médicos la utilizan sobre todo en las muñecas y los tobillos. Puede ayudar a tu hijo a caminar mejor o a utilizar mejor sus manos y brazos.
A veces, el enyesado en serie también puede ayudar a los adultos.
Cómo funciona
La primera escayola mantiene la articulación en una posición en la que estira un poco el músculo. Una semana más tarde, el equipo médico de tu hijo le pone una nueva escayola. Ésta gira un poco más la articulación, de modo que estira más el músculo. Cada semana, una nueva escayola aumenta el estiramiento.
Cuando el músculo se estira durante varias semanas, añade células que lo hacen más largo y flexible.
El tiempo que se tarda en hacerlo depende de lo que necesite el músculo para expandirse. El tiempo medio es de 4 a 6 semanas. Si tu hijo necesita una serie de inyecciones debido a una enfermedad que afecta a sus nervios, puede necesitar más de una ronda.
A veces, también se aplican inyecciones de Botox, un medicamento que relaja los músculos, para tratar el músculo que se está estirando.
A quién ayuda
El casting en serie puede beneficiar a los niños afectados por:
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Parálisis cerebral
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Pie zambo
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Marcha de puntillas (que hace que el niño pequeño se levante sobre los dedos y las puntas de los pies cuando camina)
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Distrofia muscular
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Neuropatía periférica (una dolencia nerviosa que afecta principalmente a las manos o los pies)
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Espina bífida (un defecto de nacimiento de la columna vertebral y la médula espinal)
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Un antepié que se gira hacia dentro (los médicos lo llaman metatarso aducto)
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Algunas lesiones de la médula espinal
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Un accidente cerebrovascular
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Una lesión cerebral traumática
El enyesado en serie también puede ayudar a los adultos cuyos músculos se han tensado tras una lesión cerebral. El proceso ha ayudado a personas a conseguir más movimiento en los codos, las muñecas, las rodillas y los tobillos. Para ellos, cambiar los yesos cada pocos días funciona mejor que esperar una semana entera cada vez.
Cómo se ponen y se quitan los yesos
Cada escayola está hecha de fibra de vidrio. Entre la escayola y la piel de tu hijo se interpone un algodón y un relleno.
La colocación de la escayola puede llevar alrededor de una hora. El equipo médico puede necesitar el doble de tiempo si también le ponen una inyección de Botox.
Si la escayola se coloca en el pie de su hijo, es posible que le pongan un calcetín y un zapato especiales para ayudarle a caminar. Pero tendrá que esperar al menos dos horas después de la colocación de la escayola antes de poner su peso sobre ella.
Cuando llegue el momento de quitar la escayola, el médico probablemente utilizará una herramienta con una cuchilla que vibra rápidamente hacia delante y hacia atrás. Tu hijo sólo debería sentir una sensación de cosquilleo y un poco de calor.
Algunas escayolas son tan fáciles de quitar que el equipo médico puede pedirte que le quites cada una justo antes de llevar a tu hijo a la siguiente.
Qué hay que tener en cuenta
Los castings en serie tienen ventajas y dificultades. Las ventajas son:
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Evita que tu hijo sea operado.
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Los yesos no causan dolor.
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Se puede repetir si es necesario.
Los desafíos:
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Se necesitan varias semanas.
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Algunos músculos pueden debilitarse durante un tiempo.
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Usted y su hijo tienen que tener mucho cuidado de no mojar el yeso.
Lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer
Es posible que tu hijo necesite un poco de tiempo para acostumbrarse al peso y al volumen de la escayola. Pero puede pasear, ir al colegio y hacer sus actividades habituales. Es bueno que se mantengan activos.
Mientras tanto, ten en cuenta estas cosas:
La escayola debe permanecer seca. Esto es lo más importante de todo. Si el forro se moja, pueden aparecer ampollas o irritar la piel de tu hijo. Cuando llegue el momento de bañarse, puede hacerlo con una esponja, o mantener la escayola fuera de la bañera. O bien, antes de que se meta en la bañera, envuelve la escayola en papel de plástico, luego pon una bolsa de plástico encima y otra capa de papel de plástico.
No intentes rascarte. La escayola está ajustada y caliente, y no deja que las células muertas de la piel se desprendan. Por lo tanto, es probable que tu hijo se pique a veces debajo de ella.
Nunca introduzcas nada en la escayola para rascarte. En su lugar, intenta mantener esa parte del cuerpo de tu hijo seca y fresca. Una bolsa de hielo o un ventilador pueden ayudar. También puedes poner un secador de pelo en la posición de frío y soplar aire en la escayola. Si el picor es intenso, puedes preguntar a tu médico si puedes probar un medicamento de venta libre como el Benadryl.
Mantén la suciedad fuera. Cuando tu hijo esté al aire libre o haga alguna actividad, ponle un calcetín sobre la escayola para protegerlo.
Prepárate para el dolor. Es posible que su hijo se sienta dolorido por andar con el peso y el volumen extra de la escayola. Un analgésico de venta libre, como el paracetamol o el ibuprofeno (Advil, Motrin, Nuprin), puede ayudar.
Después de la última escayola
Puede que el tratamiento no haya terminado, sino que sea diferente.
Es posible que su hijo tenga que utilizar un corsé o una férula. El equipo médico puede darle una escayola extraíble para que la lleve por la noche.
Además, es probable que tu hijo tenga que hacer fisioterapia. Si el terapeuta le da ejercicios para hacer en casa, anímale a seguirlos. Si necesita acostumbrarse a su nueva y mejor forma de caminar, la fisioterapia puede durar varios meses.