Hace 25 años, había pocos tratamientos disponibles para los enfermos de artritis reumatoide (AR). Por aquel entonces, los medicamentos que los médicos podían recetar solían provocar importantes efectos secundarios y no evitaban el daño articular a largo plazo. Los tratamientos han avanzado mucho, y los investigadores siguen buscando nuevas formas de aliviar los síntomas de la AR y ayudar a prevenir problemas de salud a largo plazo, como el daño articular y la discapacidad.
Si usted o un ser querido padece AR, aquí tiene algunos de los principales descubrimientos de los últimos años, así como una actualización de lo que los investigadores aún se esfuerzan por averiguar.
Beneficios de la dieta antiinflamatoria
Durante años, los expertos han debatido cómo la dieta afectaba a la AR. Ahora, dos nuevos estudios sugieren que la elección de una dieta antiinflamatoria podría ayudar a aliviar los síntomas de la AR como la rigidez articular, el dolor y la hinchazón.
Un informe publicado en 2020 en TheAmerican Journal of Clinical Nutrition descubrió que los adultos con AR que seguían una dieta antiinflamatoria tenían menos inflamación y dolor articular. La dieta antiinflamatoria incluía pescado graso como el salmón, cereales integrales, verduras, bayas, especias, frutas y lácteos bajos en grasa como el yogur, así como probióticos.
Otro estudio publicado en 2020 en la revista Nutrients descubrió que una dieta tradicional de estilo mediterráneo (poca carne roja pero mucho pescado graso, frutas y verduras) ayudaba a aliviar los síntomas de la AR. Los investigadores también recomendaron limitar las bebidas azucaradas, la sal y el alcohol.
Tai Chi
Probablemente su médico le haya dicho que el ejercicio suave, como el yoga y el aeróbic acuático, puede ayudarle a controlar y reducir los síntomas. Esto incluye el tai chi, es una serie de ejercicios continuos a cámara lenta que se centran en el movimiento y la respiración - como una forma de meditación en movimiento, En 2018, los investigadores publicaron una revisión de siete estudios, que mostraron que muchas personas con AR que hicieron tai chi reportaron menos dolor, en comparación con aquellos que no hicieron esa forma de ejercicio. ¿Una posible razón? Investigaciones anteriores muestran que el tai chi alivia el estrés, que puede empeorar los síntomas de la AR.
Ácidos grasos omega-3
Es importante obtener la mayoría de los nutrientes de una dieta equilibrada. Si no le gustan los pescados grasos, las semillas de lino o las nueces, puede considerar añadir un suplemento de ácidos grasos omega-3 a su rutina diaria. (Siempre es mejor consultar con su médico antes de añadir cualquier suplemento).
Un estudio de 2017 publicado en JCR: Journal of Clinical of Rheumatology encontró que tomar un suplemento de ácidos grasos omega-3 diariamente ayudó a aliviar los síntomas de la AR. Los investigadores revisaron 20 estudios sobre la AR y encontraron que 16 de esos estudios vincularon la suplementación con ácidos grasos omega-3 a una mejora significativa de los síntomas de la AR, incluyendo la hinchazón y el dolor articular. Los ácidos grasos omega-3 intervienen en la inflamación y pueden reducir las sustancias químicas inflamatorias denominadas citoquinas.
Plasma rico en plaquetas (PRP)
Las inyecciones de plasma rico en plaquetas son un tipo de tratamiento más reciente que consiste en utilizar su propia sangre para favorecer la curación de tendones, ligamentos, músculos, articulaciones y piel. Para recoger el plasma, el médico extrae sangre del cuerpo y utiliza una máquina para separar el plasma rico en plaquetas del resto de la sangre. A continuación, el médico adormece la zona del cuerpo que se va a tratar con inyecciones de PRP. Una vez adormecido, el médico utiliza una aguja para inyectar el plasma en la zona del cuerpo a tratar.
Los investigadores han empezado a estudiar recientemente el PRP para la AR. Cuando se inyecta en las articulaciones, el PRP puede ayudar a aliviar el dolor con la misma eficacia que los corticosteroides y el ácido hialurónico (dos formas más tradicionales de tratamiento del dolor articular). Los investigadores dicen que es una opción especialmente buena para las personas que no han obtenido alivio con otras formas de tratamiento.
Terapia con células madre
Su cuerpo utiliza células madre para fabricar otras células con funciones especializadas. Cuando las células madre se inyectan en el cuerpo, pueden crear nuevas células sanas llamadas células hijas. Los expertos han estado utilizando las células madre para tratar condiciones médicas como la enfermedad de Parkinsons y las enfermedades del corazón.
Un estudio de 2019 publicado en Drug Design, Development, and Therapy descubrió que la terapia con células madre también podría ayudar a tratar la AR. Los investigadores descubrieron que las personas que no podían obtener alivio de los medicamentos para la AR, llamados fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD) o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), que recibieron terapia con células madre, tuvieron mejoras significativas en sus síntomas de AR y en sus análisis de sangre hasta 3 años después. Estos pacientes tampoco tuvieron efectos secundarios importantes.
Hay que tener en cuenta que los investigadores afirman que la terapia con células madre no es una cura para la AR y que la FDA no la ha aprobado como tratamiento de la AR. Todavía se está estudiando en ensayos clínicos, mientras los investigadores analizan su seguridad y su eficacia. Si está interesado en un ensayo clínico, su médico puede ayudarle a encontrar uno que pueda ser una opción a tener en cuenta, y ayudarle a saber lo que implica.
Estimulación del nervio vago
Esta investigación está aún en sus primeras fases, con un pequeño estudio y sin la aprobación de la FDA todavía. La idea es que las personas con AR a las que no ayudan las terapias biológicas puedan obtener alivio con un dispositivo implantable que estimule el nervio vago. El nervio vago conecta el intestino con el cerebro y desempeña un papel en la inflamación, incluida la relacionada con la AR.
Un estudio preliminar sobre esto se publicó en 2018 en Annals of the Rheumatic Diseases. Al estudiar a 14 personas, los investigadores descubrieron que más de la mitad de los pacientes con AR a los que se les implantó un dispositivo que enviaba impulsos eléctricos para estimular sus nervios vagos tuvieron una mejora en los síntomas de la AR.
Inhibidores de la quinasa Janus (JAK)
Uno de los mayores avances en el tratamiento de la AR en las últimas 2 décadas ha sido la introducción de los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME). Los FAME cambian el comportamiento del sistema inmunitario, lo que puede impedir que ataque las articulaciones y los tejidos y aliviar los síntomas de la artritis. Pero no todos los pacientes obtienen alivio con los actuales FAME, y existe el riesgo de que se produzcan efectos secundarios.
Ahora, los nuevos tipos de DMARD, llamados inhibidores de la Janus quinasa (JAK), pueden ofrecer una esperanza a las personas que no pueden o no quieren utilizar otros DMARD. Algunos investigadores llaman a los JAK la nueva generación de medicamentos para la AR. Son pequeñas moléculas enzimáticas que se toman por vía oral. Envían señales de unas sustancias químicas inflamatorias denominadas citoquinas, bloqueando éstas y previniendo el daño. Los JAK suelen tener menos efectos secundarios importantes y son menos costosos que otros DMARD llamados biológicos. Actualmente hay tres medicamentos contra las JAK aprobados por la FDA para la AR: baricitinib (Olumiant), tofacitinib (Xeljanz XR) y upadacitinib (Rinvoq). Otros JAK se encuentran actualmente en ensayos clínicos para su uso en la AR.
Lo que los investigadores de la AR aún no saben
Las enfermedades autoinmunes, incluida la AR, aún no se comprenden del todo. Algunos de los misterios todavía incluyen:
Qué causa la artritis reumatoide. Los investigadores creen que la artritis reumatoide está causada por una mezcla de cosas, en los genes y en el entorno. Lo que no saben es por qué algunas personas padecen AR y otras no. Algunas personas tienen variaciones en ciertos genes que las hacen más propensas a desarrollar AR. Pero los investigadores están tratando de averiguar por qué esos genes se activan en algunas personas y no en otras. También están trabajando para entender cómo y por qué ciertos elementos del entorno, como el estrés, la contaminación, el tabaquismo y una dieta inadecuada, desencadenan una respuesta inmunitaria en el organismo y aumentan las probabilidades de padecer AR.
Cuándo y cómo reducir los DMARD. Casi todos los medicamentos para la AR conllevan un riesgo de efectos secundarios, y algunos de ellos son graves. Por ello, muchos pacientes desean reducir la dosis, es decir, disminuir lentamente la medicación a lo largo del tiempo, con el objetivo de dejar de tomarla. Algunas personas consiguen reducir o abandonar los fármacos biológicos. Otros sufren brotes dolorosos cuando intentan reducir o abandonar la medicación. Los médicos siguen tratando de averiguar cómo predecir quién puede reducir la dosis con éxito y por qué. Los expertos esperan que pronto los programas informáticos les ayuden a saber qué pacientes tendrán éxito en la retirada de la medicación sin sufrir brotes o daños a largo plazo.
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