La semana pasada te sentías bastante bien, pero ahora tu artritis reumatoide (AR) se ha recrudecido
.
Estás agotado y tus articulaciones están hinchadas, sensibles y doloridas.
Un brote puede producirse por hacer demasiado -por ejemplo, trabajar en el jardín o tener una sesión extra dura en el gimnasio- o por contraer una infección como la gripe. Tal vez no hayas tomado tus medicamentos como te han recetado y eso haya provocado el aumento de los síntomas. O tal vez no hayas hecho nada fuera de lo normal. La AR puede ser así. Puedes tener un brote sin motivo aparente.
Pero no importa por qué haya ocurrido, hay cosas que puedes hacer para sentirte mejor.
Equilibra el descanso y la actividad
En el punto álgido de su brote, puede necesitar reposo absoluto en cama. Puede que tu cuerpo no te dé opción. Pero intenta no permanecer en la cama más de uno o dos días. Pasar demasiado tiempo tumbado en la cama o en el sofá te pondrá rígido y aumentará tu dolor.
Cuando empieces a sentirte un poco mejor, levántate, estírate, sal a pasear y continúa con todas tus actividades habituales. Es posible que tenga que reducir su trabajo, su ejercicio y sus actividades sociales, pero no las abandone. Tómese descansos cuando se canse.
Adáptese y pida ayuda
Diga a su familia y amigos que está teniendo un brote. Hazles saber que necesitarás ayuda con algunas tareas que normalmente realizas.
Ajusta las expectativas sobre ti mismo. En lugar de preparar la cena para tus amigos, invítalos a comer pizza para llevar. El objetivo es reunirse, no la comida.
Si es posible, haz un plan de escape con antelación con tus supervisores y compañeros de trabajo. Acuerda trabajar menos horas o desde casa, o tómate unos días libres si lo necesitas.
Prueba el frío y el calor
El frío suele ser lo mejor para el dolor agudo y la inflamación de un brote. Utiliza compresas de hielo o incluso bolsas de verduras congeladas envueltas en una toalla: 15 minutos sí, 15 minutos no.
El calor puede aliviar los dolores y la rigidez aumentando el flujo sanguíneo y relajando los músculos tensos. Prueba con almohadillas térmicas, baños calientes o compresas calientes.
Aliviar el estrés
El estrés y la ansiedad pueden empeorar tus síntomas. Los ejercicios de respiración profunda, las imágenes guiadas, el yoga, el tai chi, la hipnosis, la visualización o la relajación muscular pueden ayudar a controlar su dolor.
También puedes aliviar el estrés hablando con un amigo, participando en un grupo de apoyo, escribiendo en un diario o dedicándote a un pasatiempo relajante. Un masaje o la acupuntura pueden ayudar a aliviar el dolor y el estrés.
Come bien
Durante un brote, puede perder el apetito. Y puede que no tengas energía para preparar las comidas. Pero es importante llevar una dieta equilibrada y nutritiva incluso -y especialmente- cuando te sientes mal. Tu cuerpo necesita combustible para curarse.
Coma muchas frutas, verduras, carnes magras y cereales integrales. El pescado de agua fría (como el salmón) es rico en ácidos grasos omega-3, que se ha demostrado que combaten la inflamación. Puede ayudar que comas pequeñas cantidades varias veces al día en lugar de grandes comidas.
Aléjate del alcohol, el tabaco o los alimentos procesados y los dulces. Te harán sentir peor.
Apoya tus articulaciones
Utiliza tus músculos más fuertes y tus articulaciones más grandes cuando sea posible. Por ejemplo, inclínate hacia una puerta para abrirla y engancha la bolsa de la compra sobre el antebrazo en lugar de sujetarla con los dedos. Los aparatos ortopédicos, los vendajes o las férulas pueden servir de apoyo a las articulaciones débiles y doloridas. Use zapatos planos y de apoyo.
Utilice medicamentos para el dolor sin receta médica
Los medicamentos de venta libre, como el paracetamol, el ibuprofeno o el naproxeno sódico, pueden ayudar a aliviar el dolor causado por un brote. Pero asegúrese de preguntar a su médico antes de tomarlos.
Los medicamentos recetados pueden tener variaciones de los mismos ingredientes que estos fármacos, por lo que tomar más podría ser peligroso. Los analgésicos tópicos que contienen salicilatos, capsaicina o antiirritantes como el mentol o el alcanfor también son opciones.
Cuándo llamar al médico
Si su brote fue causado por un sobreesfuerzo o por tener un resfriado, probablemente esté bien esperar para llamar al médico. Pon en práctica los consejos de autocuidado y date un par de días para sentirte mejor. Llama al médico si la situación no mejora en unos días.
Si el brote ha aparecido porque te has saltado la medicación, llama a tu médico. Entre los dos tendrán que elaborar un plan para volver a la normalidad.
Si no sabes qué ha provocado la crisis, llama a tu médico. La medicación que ha funcionado antes puede dejar de hacerlo a veces. Es posible que tu médico quiera ajustar los tipos o las cantidades de medicamentos que tomas.