No existe un único plan de tratamiento para la artritis reumatoide (AR). Si padece esta enfermedad inflamatoria, lo más probable es que tenga que cambiar su medicación una o más veces a lo largo del proceso.
Hay muchas razones por las que puede necesitar probar algo nuevo. La AR afecta a las personas de forma diferente, y la enfermedad puede empeorar con el tiempo. Así, un medicamento que antes mantenía los síntomas bajo control puede dejar de funcionar. O los efectos secundarios se vuelven lo suficientemente graves como para que no valga la pena tomar el medicamento. A veces, la forma de administración de un medicamento no se ajusta a su estilo de vida o interactúa con otro medicamento que esté tomando.
Por cualquier motivo, su médico le sugiere un nuevo tratamiento. Puede cambiar de medicamento de la misma clase, o pasar de un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) a un fármaco antirreumático modificador de la enfermedad (DMARD), un fármaco biológico o un inhibidor de la janus quinasa (JAK).
Pero antes de hacer el cambio, siga estos pasos para que el proceso se desarrolle sin problemas.
Prepárese para el ensayo y el error. Hay muchos medicamentos para la AR, pero no hay una prueba segura para saber cuál es el que mejor funciona. Su médico le recetará un tratamiento en función de su enfermedad, sus síntomas, sus objetivos y otras condiciones de salud.
Es muy probable que tenga que probar varios medicamentos o combinaciones de ellos. Por ejemplo, el primer medicamento que se administra para la AR suele ser un FAME llamado metotrexato. Pero, por sí solo, sólo hace desaparecer los síntomas (lo que se denomina remisión) en un tercio de los casos. La mayoría de las personas necesitan añadir otro medicamento o cambiar a otro.
Incluso si un medicamento mantiene los síntomas bajo control, puede causar efectos secundarios con los que no puede vivir. Es posible que tenga que pasar por varias rondas de inicio y suspensión de medicamentos para encontrar lo que funciona para usted. Aunque el proceso puede resultar frustrante a veces, es importante seguir el plan.
Entienda lo que se supone que hace la medicación. No todos los medicamentos para la AR tienen el mismo efecto. Algunos sirven para aliviar el dolor y la inflamación. Otros reducen el sistema inmunitario, lo que ralentiza o detiene el proceso de la enfermedad.
Hable con su médico sobre cada medicamento que esté tomando. Hable de cómo piensa medir el éxito del tratamiento. Esto puede incluir análisis de sangre periódicos para controlar la inflamación en el organismo, radiografías para observar el daño articular y cuestionarios sobre los niveles de dolor y la calidad de vida.
Haga preguntas. Conocer los detalles evita sorpresas inesperadas. También puede comprobar que la medicación se ajusta a su estilo de vida. Plantea estas preguntas a tu médico:
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Qué efectos secundarios debo esperar? Puede sentirlos de inmediato o después de algunas semanas o meses.
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Qué puedo hacer para controlar cualquier efecto secundario? Acompañar el medicamento con comida y agua puede ayudar a aliviar los problemas estomacales. Si está tomando metotrexato, tomar un suplemento de ácido fólico puede reducir los efectos secundarios, como las náuseas y las llagas en la boca, según algunas investigaciones. Dado que muchos fármacos para la AR suprimen el sistema inmunitario, vacunarse contra la gripe y otras vacunas puede protegerte de las enfermedades.
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Cómo se administra el medicamento? Algunos se toman en forma de pastillas, mientras que otros se inyectan. Algunos requieren infusiones, lo que significa ir al hospital, a la clínica o a la consulta del médico con regularidad.
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¿Cuánto cuesta mi copago? Muchos medicamentos para la AR tienen un precio elevado. Incluso con un seguro, su parte de desembolso puede costar miles de dólares cada año. Su médico puede recetarle un medicamento que se ajuste a su presupuesto.
Haz un seguimiento de tus síntomas. Tomar nota de tus síntomas y hábitos de vida arroja luz sobre la eficacia de un medicamento. También puede ayudarte a ti y a tu equipo médico a detectar los factores desencadenantes, a identificar los brotes de forma temprana y a orientar tu tratamiento.
Puede utilizar un cuaderno o una aplicación para registrar sus síntomas. Su médico le dirá exactamente qué detalles debe registrar. En general, querrá anotar:
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Los síntomas, su localización y la intensidad
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Nivel de estrés y estado de ánimo
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Uso de medicamentos y dosis
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Ejercicio, sueño y nutrición
Dale un poco de tiempo. Aunque algunos medicamentos actúan rápidamente, otros necesitan tiempo para acumularse en su sistema. Los DMARD pueden tardar entre 2 y 4 meses en alcanzar su efecto pleno, mientras que los biológicos y los inhibidores de la JAK pueden requerir entre 3 y 6 meses.
Siga su plan de tratamiento exactamente como se lo han prescrito. Es posible que se olvide de tomar la medicación o que se la salte porque se sienta bien. No es el único: Un estudio reveló que alrededor del 40% de las personas que tomaban un DMARD o un fármaco biológico se desviaban de las instrucciones del médico en un plazo de 6 meses.
Dado que la AR es una enfermedad crónica, debe seguir tomando sus medicamentos aunque esté mejorando. Dejar de tomarlos puede hacer que los síntomas se agraven y la enfermedad empeore. Además, las interrupciones pueden hacer que la medicación no funcione tan bien cuando la vuelva a tomar. Hable con su médico antes de hacer cualquier cambio en su plan de tratamiento.
Conozca su dosis. A veces, la clave del medicamento correcto es encontrar la dosis adecuada. Su médico puede empezar con una cantidad menor del medicamento y aumentarla gradualmente con el tiempo. El objetivo suele ser encontrar la dosis más baja que controle sus síntomas. Esto puede ayudar a reducir los efectos secundarios.
Si los efectos secundarios le molestan, su médico puede recomendar dosis más bajas con el tiempo. ¿Necesita interrumpir o cambiar de medicamento? Es posible que tenga que reducir la dosis, es decir, tomar gradualmente cantidades más pequeñas de un medicamento, para disminuir las probabilidades de sufrir brotes o efectos secundarios.
Colabore estrechamente con su médico. Si tiene algún efecto secundario o síntoma después de empezar a tomar un nuevo medicamento, hable sinceramente con su médico. Puede ajustar la dosis, sugerir una nueva forma de tomar el medicamento o recomendar un medicamento diferente.
Apóyalo con cambios en el estilo de vida. La medicación es sólo una parte del plan de tratamiento de la AR. Su médico también le recomendará otras medidas, como:
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Hacer ejercicio, como movimientos de amplitud de movimiento y ejercicios para aumentar la fuerza y la resistencia
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Descansar las articulaciones cuando están inflamadas
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Llevar una dieta saludable
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Dejar de fumar
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Reducir el consumo de alcohol