Si tiene síntomas del síndrome de las piernas inquietas (SPI), hable con su médico. Le preguntará sobre sus antecedentes familiares (por ejemplo, si tiene algún familiar con SPI) y observará síntomas como la somnolencia o el insomnio. Le preguntará si tiene una fuerte necesidad de mover las piernas cuando se relaja, especialmente por la noche. Si comparte la cama con alguien, el médico querrá saber si patea y mueve mucho las piernas.
Exámenes y pruebas
En la mayoría de las personas con el síndrome de las piernas inquietas (SPI), la falta de sueño y la somnolencia diurna son los síntomas más molestos. Muchas personas no relacionan su problema de sueño con las extrañas sensaciones en las piernas. Si tiene estas sensaciones, asegúrese de mencionarlo a su médico. Esto proporciona una pista muy importante sobre lo que está causando que duerma mal.
Los trastornos del sueño tienen muchas causas diferentes. Su médico puede hacerle preguntas detalladas, como problemas médicos actuales y anteriores, problemas médicos familiares, medicamentos, historial laboral, historial de viajes, hábitos personales y su estilo de vida. El médico buscará signos de una causa subyacente de su problema de sueño.
No hay ninguna prueba de laboratorio o estudio de imagen que pueda demostrar que usted tiene el SPI.
Sin embargo, ciertas pruebas pueden ayudar a identificar condiciones médicas subyacentes como la anemia y los trastornos metabólicos (diabetes o enfermedad renal, por ejemplo) que pueden estar relacionados con el SPI:
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Es posible que le saquen sangre para comprobar el recuento de células sanguíneas y la hemoglobina, la ferritina (para comprobar las reservas de hierro), las funciones orgánicas básicas, la química y los niveles de hormonas tiroideas.
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Se pueden realizar estudios de electromiografía con aguja y de conducción nerviosa si el médico observa signos de problemas nerviosos como la neuropatía.
La polisomnografía (prueba del sueño) puede ser necesaria para diagnosticar las alteraciones del sueño y determinar si tiene movimientos periódicos de las extremidades. Esto es especialmente importante en las personas que siguen teniendo alteraciones significativas del sueño a pesar del alivio de los síntomas del SPI con el tratamiento.