Enfermedades que pueden parecerse a la PsA pero que no lo son

La artritis psoriásica (PsA) es un tipo de artritis que afecta a algunas personas con psoriasis. Puede hacer que sus articulaciones se vuelvan rígidas, dolorosas, hinchadas o calientes al tacto. Puede notar los síntomas en la columna vertebral, las manos, los pies o la zona lumbar, pero la APS puede afectar a cualquier parte del cuerpo.

Los signos de la APS también pueden ser signos de otras enfermedades. Si cree que su dolor está relacionado con la APS, visite a su médico. Ellos podrán determinar si sus síntomas son causados por esta u otra enfermedad.

Artritis reumatoide

La artritis reumatoide (AR) es un trastorno inflamatorio que se produce cuando el sistema inmunitario ataca los tejidos del organismo. Puede afectar a las articulaciones, la piel, los ojos, los pulmones, los vasos sanguíneos y el corazón.

Los síntomas de la AR incluyen articulaciones sensibles, hinchadas, calientes y rígidas. Estos signos suelen ser más intensos por la mañana o después de no haberse movido durante un tiempo. También puede sentirse fatigado, tener fiebre o perder el apetito.

El dolor articular suele empezar en los dedos de las manos, los pies y los dedos de los pies. A medida que la AR avanza, puede afectar a las muñecas, las rodillas, los tobillos, los hombros, las caderas o los codos.

A primera vista, la AR y la APS parecen muy similares. Pero su médico podrá identificar qué enfermedad padece basándose en las diferencias clave en las articulaciones específicas afectadas, la simetría de la enfermedad, la presencia de autoanticuerpos y otras características biológicas.

Osteoartritis

Esta enfermedad afecta a millones de personas en todo el mundo, lo que la convierte en el tipo de artritis más común. La artrosis (OA) se produce cuando el cartílago que protege los extremos de los huesos se desgasta. Puede dañar cualquier articulación, pero suele afectar a las de la mano, la cadera, la rodilla y la columna vertebral.

Los síntomas de la OA suelen desarrollarse lentamente y empeorar con el tiempo. Puede notar dolor, rigidez, sensibilidad o una sensación de rozamiento en las articulaciones. La pérdida de flexibilidad, los espolones óseos (que son trozos de hueso adicionales que crean bultos) o la hinchazón son también efectos secundarios comunes de esta enfermedad.

La APS es una artritis inflamatoria, y los signos de inflamación suelen aparecer en la sangre. Normalmente, los expertos pueden diferenciar ambas enfermedades. Pero a veces, los síntomas similares pueden dificultar la tarea. La osteoartritis a veces viene acompañada de una inflamación de las articulaciones, y ambas afecciones implican espolones óseos, lo que hace que se parezcan al principio. Dado que el tratamiento de cada afección es muy diferente, es importante realizar un diagnóstico correcto.

Gota

Esta afección es una forma común y compleja de artritis. La gota provoca ataques repentinos de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en las articulaciones. Suele afectar a los dedos gordos del pie, pero puede provocar síntomas en más de una articulación.

Los síntomas de la gota pueden aparecer y desaparecer. Pueden incluir dolor intenso en las articulaciones, molestias persistentes, enrojecimiento, inflamación, calor en las articulaciones, sensibilidad y limitación de la amplitud de movimiento. Los efectos secundarios de la gota suelen aparecer de forma repentina y por la noche.

Tanto la gota como la APS están relacionadas con el ácido úrico, que es una sustancia que se forma cuando el organismo descompone las purinas. Las personas que padecen ambas enfermedades tienen más ácido úrico en su organismo. Por ello, las personas con APS tienen 5 veces más probabilidades de padecer gota que las que no la padecen.

Lupus

El lupus es una enfermedad autoinmune crónica que puede causar inflamación y dolor en cualquier parte del cuerpo. Afecta más comúnmente a la piel, las articulaciones y los órganos internos como los riñones y el corazón.

Los síntomas del lupus incluyen fatiga, dolor articular o una erupción en forma de mariposa. Pero los primeros signos pueden variar en cada persona.

El lupus no es una forma de artritis, pero la artritis es uno de los síntomas más comunes. Sin embargo, es raro que la artritis sea el único signo de que alguien tiene esta enfermedad. Por lo general, las personas con lupus también presentan otros síntomas.

Fibromialgia

Este trastorno causa dolor musculoesquelético, fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo. Los médicos creen que la fibromialgia empeora las sensaciones de dolor al influir en el modo en que la médula espinal y el cerebro procesan las señales dolorosas y no dolorosas.

Los síntomas de esta enfermedad suelen aparecer tras un acontecimiento determinado, como un traumatismo físico, una infección, una operación quirúrgica o un estrés psicológico intenso. Pero los casos también pueden desarrollarse a lo largo del tiempo sin un único desencadenante. Los síntomas principales son el dolor generalizado y sordo, la fatiga debida a los trastornos del sueño o a la falta de sueño, y los problemas cognitivos que afectan a la capacidad de concentración.

Un estudio demostró que las personas con APS tenían más probabilidades de padecer fibromialgia que las que no padecían la enfermedad. Llegaron a la conclusión de que el dolor y la fatiga de la fibromialgia eran más frecuentes en los enfermos de APS. Debido a esto, los expertos creen que los médicos deberían comprobar si las personas con APS padecen fibromialgia antes de iniciar el tratamiento, ya que ambas afecciones suelen presentarse juntas.

Espondilitis anquilosante

La espondilitis anquilosante (EA) es una enfermedad inflamatoria que puede hacer que los huesos pequeños de la columna vertebral se fusionen con el tiempo. Esto hace que la columna vertebral se vuelva menos flexible y puede dar lugar a una postura encorvada hacia delante.

Los síntomas de esta enfermedad suelen comenzar en los primeros años de la vida adulta. Pueden incluir dolor y rigidez en la parte baja de la espalda y las caderas, dolor de cuello y fatiga.

La APS y la EA son dos formas de artritis que presentan síntomas similares. Pero la principal diferencia es que la EA suele afectar a las articulaciones de la espalda y la cadera, mientras que la APS suele causar también dolor en las articulaciones de las manos y los pies.

Fascitis plantar

Esta afección se produce cuando la fascia plantar, el tejido que recorre la parte inferior del pie y conecta el hueso del talón con los dedos, se inflama. Es una de las causas más comunes de dolor en el talón y puede causar un dolor intenso, especialmente por la mañana, después de estar de pie un tiempo, o después de levantarse después de estar sentado durante mucho tiempo.

La fascitis plantar tiende a ser más común en corredores, personas con sobrepeso o que usan zapatos sin un buen soporte. Las personas con PsA también son más propensas a padecer fascitis plantar.

Con esta afección, puede notar un dolor punzante en la parte inferior del pie, cerca del talón.

La APS y la fascitis plantar pueden parecer similares en el sentido de que el dolor de pies es común en ambas. Pero en la mayoría de los casos de APS, también notará dolor articular o inflamación en otras zonas del cuerpo.

Enfermedad de Lyme

Esta enfermedad se produce cuando te infectas con las bacterias de una garrapata de patas negras infectada. Si no se trata la enfermedad de Lyme, la infección puede extenderse al corazón, al sistema nervioso o a las articulaciones.

Los síntomas de la enfermedad de Lyme incluyen dolor de cabeza, fiebre, fatiga y una erupción cutánea llamada eritema migratorio.

Las infecciones tardías no tratadas pueden causar artritis, especialmente en las rodillas. Pero la enfermedad de Lyme en su fase inicial se asemeja a una gripe leve, no a la APS.

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