Artritis psoriásica: cómo combato la fatiga

Por Teresa Stallone, en declaraciones a Hope Cristol

La artritis psoriásica (APs) conlleva una fatiga que puede ser difícil de entender para la gente. El aspecto físico es fácil de entender: falta de energía, falta de resistencia. Pero la fatiga también es mental, y eso es más difícil de explicar. También es una falta de energía mental y niebla cerebral.

Un ejemplo es que tengo que llamar a Medicare tanto para mí -tengo 45 años pero estoy incapacitado por mis problemas de salud- como para mi madre. La fatiga mental me impide hacer la llamada. Con cosas como esta, necesito comprender realmente lo que se me dice, y ahora mismo me falta la concentración que necesito.

El cansancio mental y físico también me impide hacer las tareas domésticas habituales. En este momento me estoy quedando con una familia, y tengo una pequeña montaña de cosas -ropa, artículos de aseo, todo- detrás de la puerta de mi pequeña habitación. No tengo energía para organizarlo, pero el mero hecho de mirarlo me causa estrés.

Es mucha energía para cuidar de uno mismo cuando se tiene una enfermedad crónica. También soy el cuidador de mi madre, y eso implica muchas llamadas en su nombre. Sólo pensar en todo ello me cansa.

La medicación ayuda hasta cierto punto. Desde que me diagnosticaron en 2015, he estado en prednisona, metotrexato, y ahora un biológico, junto con los medicamentos anti-inflamatorios. En cuanto a la fatiga, creo que las cosas que tienen el mayor impacto son mantener mi estrés bajo control, la meditación, la buena nutrición y el ejercicio.

Trucos para domar el estrés

El estrés influye en muchas cosas, especialmente cuando se padece una enfermedad autoinmune. Con el estrés viene la tensión, que puede causar tensión muscular o aumentar la inflamación. En mi caso, el estrés me deja exhausto y dolorido. Me hace sentir como si me hubiera atropellado un camión. Pero con el tiempo he encontrado algunos trucos que me ayudan a sentirme mejor.

La aromaterapia me ayuda a relajarme. Puedo rociar un aroma en mi almohada o aplicarlo en mis puntos de presión. Algunos aromas, como la lavanda, pueden ayudarme a relajarme, pero tengo que tener cuidado con las mezclas que elijo. Algunos aromas, como el romero, me hacen sentir mal.

La música me da energía. Soy un gran fan de Buddy Guy, y si me siento bien, me encuentro bailando. Otras veces, la música me relaja. En cualquier caso, escuchar la música que me gusta es una forma de recargar mi mente, lo que a su vez me ayuda con los síntomas físicos.

El apoyo social es vital. Es importante tener amigos y familiares que estén ahí para escuchar y que entiendan que puedes tener que cancelar planes en el último momento por cómo te sientes.

Las redes sociales reducen el aislamiento. Una enfermedad crónica como la APs puede ser aislante, y eso por sí solo provoca estrés y fatiga. Lo bueno de las redes sociales es que puedes acudir a la comunidad de la APS en cualquier momento del día y alguien estará ahí.

Dieta y ejercicio

La buena nutrición y el movimiento físico no son iguales para todos. Lo que molesta o ayuda al cuerpo de una persona puede no molestar a otra. Yo aprendí esto por las malas... porque tuve que hacerlo.

Hacia finales de 2019, tuve una cirugía oral y solo pude comer alimentos blandos durante un tiempo. Mi dieta incluía zumos prensados en frío, algunos batidos de frutas, yogur griego, salmón, batatas, aguacate y verduras blandas. Cuando me recuperé de la operación, dejé de comer tan sano y noté una gran diferencia (para mal) en cómo me sentía. Eso me hizo ser realmente consciente de que cuando pongo cosas saludables en mi cuerpo, mis síntomas de la APS mejoran.

Ahora estoy trabajando en una dieta que se adapte a mi vida y a mi salud. Estoy buscando el apoyo de un nutricionista para encontrar el equilibrio adecuado, ya que mis otros problemas de salud, incluidas las alergias alimentarias, pueden impedirme comer algunos alimentos antiinflamatorios.

Además de una buena nutrición, otra cosa importante es el movimiento. Esforzarse para superar el cansancio puede ayudar a combatirlo. No estoy diciendo que corras una maratón; un paseo alrededor de la manzana puede darte energía.

Cuando tienes artritis inflamatoria, hay días en los que no quieres salir de la cama ni hacer nada. Pero si te esfuerzas un poco, descubres que el movimiento lo ayuda todo, tus articulaciones y tu fatiga.

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