Bañarse
1/12
Para protegerse de resbalones y caídas en el baño, utilice siempre alfombras antideslizantes en el suelo. Coloca barras de sujeción para ayudarte a entrar y salir de la ducha o la bañera. Siéntese en una silla o banco para mantenerse firme mientras se ducha. Un dispensador con botón en la pared de la ducha te permite coger el jabón y el champú sin necesidad de levantar pesados frascos o luchar con los tapones. Es fácil enjabonarse con una manopla de baño, y un cepillo de mango largo facilita el acceso a la espalda. Cuando salgas, envuélvete en un acogedor albornoz de rizo para secarte sin tener que agacharte.
Vestirse
2/12
Opta por prendas holgadas con grandes aberturas. Puedes añadir un cinturón o un fajín para conseguir un aspecto más elegante. Pasa el cinturón por las trabillas antes de ponerte los pantalones o la falda. En lugar de botones, prueba con cinturillas elásticas, cierres de gancho y ojo, velcro y cremalleras. Los tiradores de cremalleras pueden ayudarte a agarrarlas y tirar de ellas más fácilmente. Puedes comprar un tirador de cordón o enganchar un clip en el agujero de la lengüeta.
Zapatos cómodos
3/12
Los zapatos con espacio adicional para los dedos y plantillas acolchadas pueden ayudar a aliviar la tensión en las articulaciones de los pies y las piernas. Un calzador de mango largo te ayudará a ponértelos sin tener que agacharte. Los cierres de velcro también son tu amigo. Los cordones elásticos también te permitirán un ajuste perfecto sin tener que atarlos.
En la cocina
4/12
Los abridores eléctricos de latas o tarros y los utensilios de mango largo que te permiten hacer más palanca pueden facilitarte la tarea de cocinar. Las ollas y sartenes con dos asas en lugar de una reparten el peso y reducen el esfuerzo de ambas manos. Un lazy Susan te permite encontrar la lata de maíz o de guisantes sin tener que mover todo el armario. Si te cuesta abrir la puerta del frigorífico, ata una cinta o bufanda a ella y luego engancha el brazo a través de ella para utilizar el peso de tu cuerpo. Reserva un día en el que tu energía sea alta para cocinar lo suficiente para al menos unos días, así tendrás comidas para los días en los que te sientas cansado. ?
Limpieza
5/12
Pon el poder del agua caliente y la solución limpiadora a trabajar para ti: Rocía una mancha o pon la vajilla en el fregadero a remojo mientras haces otra cosa. Cuando vuelvas, fregar será un trabajo rápido. Aligera la carga vertiendo los productos de limpieza de las botellas grandes y pesadas en otras más pequeñas. Utiliza un carro con ruedas para trasladar los suministros de un lugar a otro, o tenlos a mano en distintos lugares de la casa. Siempre que puedas, soluciona el desorden de inmediato. Siempre es más fácil limpiar los derrames antes de que se sequen o poner orden antes de que se acumule el desorden.
Haz un poco de palanca
6/12
Sustituir los pomos de las puertas por abridores de palanca puede facilitar el desplazamiento por la casa. Los accesorios que permiten agarrar y girar las llaves con toda la mano en lugar de sólo con el pulgar y dos dedos pueden ayudarte a cerrar la casa y arrancar el coche.
Organice su espacio de trabajo
7/12
Mantenga al alcance de la mano los objetos de uso frecuente. Utiliza herramientas eléctricas como grapadoras o sacapuntas cuando puedas. Si trabajas con un ordenador, utiliza un trackpad en lugar de un ratón. Los bolígrafos de punta gruesa con tinta de gel te permiten escribir con menos resistencia, mientras que los agarres de goma o plástico para bolígrafos o lápices pueden aliviar la tensión en las articulaciones de las manos y los dedos. Los programas de reconocimiento de voz permiten dictar textos sin necesidad de escribir o pulsar el teclado.
No te sientes demasiado tiempo
8/12
Estar sentado o de pie demasiado tiempo en una misma posición puede desencadenar un brote. Tómate un descanso para moverte de vez en cuando. Los temporizadores o las alarmas pueden ayudarte a recordar cuándo debes tomar un descanso y cambiar de posición. También puedes cargar en tu teléfono una aplicación "take a break" que te ayude a programar los descansos de un día, te dé ejercicios para hacer, etc. Descansar de vez en cuando ayuda a reducir la tensión en tus articulaciones.
Despeja la niebla cerebral
9/12
La artritis psoriásica no sólo afecta a la piel y las articulaciones. Puede liberar sustancias químicas en su cerebro que interfieren en su funcionamiento. Puede sentirse cansado, olvidadizo e incapaz de pensar con claridad. En otras palabras, tienes "niebla cerebral". Lo mejor es planificarla: Anota todo, desde las citas con el dentista hasta las listas de la compra. Utiliza notas adhesivas, una agenda, una pizarra o una aplicación de notas en tu teléfono. Lleva un registro de los momentos en los que te sientes perezoso y planifica en torno a ellos los momentos en los que necesitas estar alerta.
Haz una pose
10/12
El yoga es una forma estupenda de aliviar tanto los síntomas físicos como los emocionales. Los estiramientos ayudan a aliviar la rigidez, y mantener las posturas es una forma de bajo impacto para desarrollar la fuerza. Y unos músculos más fuertes proporcionan un mejor equilibrio, lo que puede ayudar a protegerte de las caídas. El yoga también puede ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad. Esto te ayudará a dormir mejor y a mantener a raya los brotes.
Conozca sus derechos
11/12
Si tu enfermedad hace que necesites un equipo especial, una silla o un escritorio que te funcione mejor, o incluso tiempo libre en el trabajo cuando se produce un brote grave, pregúntale a tu jefe. La Ley de Estadounidenses con Discapacidades exige a las empresas con más de 15 trabajadores que realicen ajustes razonables para los trabajadores. La Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo, los grupos de defensa de los derechos de los discapacitados o un abogado podrían ayudarte.
Conozca sus factores desencadenantes
12/12
Cosas como el estrés, una infección, una lesión en la piel o los cambios de tiempo pueden provocar un brote de tu enfermedad. El alcohol, el tabaquismo y ciertos alimentos pueden desencadenar un nuevo episodio de dolor o inflamación. Si anotas en un diario lo que hacías en el momento de la reagudización, puedes aprender a evitarlo.