Muchos hombres con cáncer de próstata avanzado experimentan efectos secundarios. Algunos de estos efectos secundarios son consecuencia de los tratamientos utilizados para frenar la propagación del cáncer. Otros efectos secundarios provienen de la propia enfermedad. Comprender estos efectos secundarios puede aliviar los temores y ayudarle a afrontarlos mejor. También puede ser un participante activo en su propio cuidado. Haga preguntas a su médico. Infórmese sobre los posibles síntomas y opciones antes de recibir los tratamientos. Sopese cuidadosamente cada opción con la opinión de su médico.
Cáncer de próstata e impotencia
La impotencia, es decir, la incapacidad de lograr o mantener una erección, es uno de los principales efectos secundarios de la mayoría de los tratamientos para el cáncer de próstata avanzado. Entre los hombres a los que se les extirpan ambos testículos mediante una cirugía conocida como orquiectomía, alrededor del 90% experimentará impotencia. Los fármacos para reducir los niveles de testosterona, denominados terapia de privación de andrógenos o TDA, también provocan impotencia en la mayoría de los hombres. Si se interrumpe esta terapia, muchos hombres, aunque no todos, pueden recuperar las erecciones con el tiempo, sin ayuda. Los tratamientos para mejorar las erecciones incluyen medicamentos tomados por vía oral o inyectados en el pene, dispositivos de erección al vacío e implantes de pene. Analice estas opciones con su médico, incluyendo su probabilidad de éxito y la satisfacción del paciente, antes de someterse a un tratamiento que pueda provocar impotencia.
Cáncer de próstata e incontinencia
La incontinencia, es decir, la incapacidad de controlar el flujo de orina, es un efecto secundario común de todas las terapias dirigidas a la glándula prostática. La mayoría de los pacientes acaban recuperando el control urinario completo. Los ejercicios para fortalecer el esfínter y los músculos pélvicos circundantes pueden ayudarle a recuperar el control urinario. Son los llamados ejercicios de Kegel. Un programa de entrenamiento denominado biorretroalimentación ayuda a reforzar la realización correcta de los ejercicios de Kegel. Los medicamentos también pueden ayudar a aliviar la incontinencia. Un cabestrillo masculino es una opción quirúrgica, al igual que un esfínter urinario artificial que puede insertarse quirúrgicamente en casos de incontinencia grave. Consulte a su médico sobre estas opciones.
Cáncer de próstata e infertilidad
La mayoría de los tratamientos para el cáncer de próstata causan infertilidad. Varias técnicas pueden ayudar a preservar la fertilidad, pero deben realizarse antes de que se haya iniciado el tratamiento del cáncer. Si desea preservar su fertilidad, informe a su médico antes de someterse a cualquier tratamiento para el cáncer de próstata.
Dolor por cáncer de próstata y debilitamiento de los huesos
El cáncer de próstata se extiende con mayor frecuencia a los huesos. Esto se denomina metástasis ósea. Esta afección puede causar dolor. También puede debilitar los huesos y hacerlos propensos a las fracturas. También puede hacerlo la terapia endocrina que suele utilizarse para frenar la propagación del cáncer de próstata. Pero los médicos pueden ofrecer tratamientos para aliviar el dolor óseo y apoyar a los huesos debilitados.
Bifosfonatos para fortalecer los huesos
Estos medicamentos ayudan a reducir o retrasar problemas como las fracturas causadas por las metástasis óseas en el cáncer de próstata. El fármaco zoledronato?(Zometa) puede mejorar la densidad ósea, pero no está aprobado para reducir las fracturas o la pérdida de masa ósea en hombres con cáncer de próstata en tratamiento endocrino
Una nueva clase de fármacos, los antagonistas del ligando de rango, concretamente el denosumab?(Prolia), ha resultado ser superior al zoledronato en la reducción de las fracturas en el cáncer de próstata independiente de la castración. Se administra por vía subcutánea. El denosumab también se utiliza para prevenir la osteoporosis causada por el tratamiento endocrino del cáncer de próstata no metastásico,
El fármaco toremifeno (Fareston), un modificador de los receptores de estrógenos en suero utilizado principalmente para el cáncer de mama metastásico, también puede ser útil en el tratamiento de la osteoporosis relacionada con el cáncer de próstata.
Tanto el denosumab como el zoledronato tienen el singular efecto secundario de destruir el hueso de la mandíbula. Por lo tanto, antes de iniciar cualquiera de las dos terapias debe abordarse la enfermedad dental.
Radioterapia para el dolor óseo
La radiación se administra para reducir el dolor óseo en el cáncer de próstata avanzado.
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Radioterapia de haz externo: Radiación que utiliza una máquina de rayos X de alta energía que dirige la radiación a los huesos dolorosos.
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Radioisótopos: Radioterapia administrada mediante una inyección que se dirige y ataca la zona del hueso que contiene el cáncer. El samario-153 y el estroncio 89 son radioisótopos comúnmente utilizados para aliviar el dolor, pero no prolongan la supervivencia. El radio 223 (Xofigo) es un radioisótopo utilizado para tratar el cáncer de próstata metastásico, que mejora el dolor y prolonga la supervivencia.
Cirugía para estabilizar los huesos
Los médicos pueden recomendar la cirugía para estabilizar un hueso o huesos debilitados. Un cirujano puede insertar varillas, placas, tornillos, alambres u otros dispositivos para dar soporte a los huesos dañados por la metástasis. La cirugía suele realizarse sólo si hay una fractura inminente o real.
Otros tratamientos menos invasivos para aliviar el dolor de huesos
Un procedimiento no invasivo más reciente utiliza la resonancia magnética para que el cirujano aplique calor a partir de la energía de los ultrasonidos para destruir las terminaciones nerviosas del hueso que rodea al tumor. Esto puede proporcionar alivio del dolor óseo con un bajo riesgo de complicaciones. Está indicado para los hombres que no son candidatos a la radiación externa o que han fracasado en esa terapia. Otros tratamientos mínimamente invasivos incluyen el uso de frío extremo o corriente eléctrica para reducir el tamaño del tumor o destruirlo.
Cambios en el estilo de vida para mantener la salud ósea
Los cambios específicos en el estilo de vida pueden ayudar a mantener la salud ósea. Incluyen la disminución de la ingesta de alcohol, el abandono del tabaco, la realización de ejercicios regulares con peso y la toma de suplementos de vitamina D y calcio.