La disminución de la actividad física, que puede ser el resultado de sentirse mal por el cáncer y/o el tratamiento del cáncer, puede provocar cansancio y falta de energía. El ejercicio regular y moderado puede disminuir estas sensaciones, ayudarle a mantenerse activo y aumentar su energía. Incluso durante el tratamiento del cáncer, a menudo es posible seguir haciendo ejercicio.
He aquí algunas pautas a tener en cuenta:
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Consulte a su médico antes de comenzar un programa de ejercicios.
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Un buen programa de ejercicios comienza lentamente, dando tiempo a su cuerpo para adaptarse.
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Mantenga un programa de ejercicio regular. Haga ejercicio al menos tres veces por semana.
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El tipo de ejercicio correcto nunca hace que te sientas dolorido, rígido o agotado. Si experimenta dolor, rigidez, agotamiento o se siente sin aliento como resultado de su ejercicio, se está excediendo.
La mayoría de los ejercicios son seguros, siempre y cuando te ejercites con precaución y no te excedas. Las actividades más seguras y productivas son:
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La natación
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Caminar a paso ligero
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Ciclismo estacionario en interiores
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Aeróbic de bajo impacto (impartido por un instructor certificado).
Estas actividades conllevan poco riesgo de lesión y benefician a todo tu cuerpo.