Cómo se dirigen y tratan los radiofármacos al cáncer de próstata

Por Marsha Walton

El cáncer de próstata es uno de los más diagnosticados en los Estados Unidos. Esta enfermedad del aparato reproductor masculino puede tratarse con cirugía, quimioterapia o radiación.

En la actualidad, los avances en radiología permiten atacar mejor las células cancerosas de la próstata en su cuerpo, al tiempo que protegen las células sanas que las rodean. Los médicos utilizaron por primera vez la radiación para tratar el cáncer hace más de 100 años. Los haces de rayos X de alta energía procedentes del exterior del cuerpo se dirigen a matar las células cancerosas del interior del organismo. Aproximadamente la mitad de los pacientes con cáncer reciben algún tipo de radiación durante su tratamiento.

Pero el reto durante todos estos años ha sido cómo detener o ralentizar el crecimiento de un tumor, protegiendo al mismo tiempo el tejido normal que lo rodea de la exposición a la radiación dañina. Incluso con los equipos más modernos, la radioterapia estándar puede provocar su pérdida de gusto, cambios en la piel, pérdida de cabello, diarrea y problemas sexuales.

Qué son los radiofármacos?

Algunas respuestas pueden encontrarse en una nueva clase de fármacos llamados radiofármacos. Estos fármacos radiactivos se dirigen al cáncer a nivel celular. Persiguen y eliminan sólo las células cancerosas de la próstata y de otras partes del cuerpo donde puedan haberse extendido. Pueden reducir los efectos secundarios a corto y largo plazo.

Estos fármacos constan de dos partes: un átomo radiactivo, también conocido como radionúclido, y una molécula dirigida a las células que las encuentra y destruye.

Esta terapia supone un avance en el tratamiento, sobre todo si se padece una forma de la enfermedad conocida como cáncer de próstata metastásico resistente a la castración. Esto se debe a que estos fármacos pueden formar parte de un tratamiento personalizado de su cáncer. Pueden modificarse según las propiedades moleculares de su tumor específico y ser más eficaces para mejorar sus síntomas.

Cómo le administra su médico un radiofármaco?

He aquí cómo funciona: Su médico le inyectará estos fármacos en una vena. Cuando el radiofármaco llega y se adhiere a una célula cancerosa, el compuesto radiactivo comienza a descomponerse. Al descomponerse, daña el ADN de las células cercanas. Las células cancerosas son sensibles a los daños en el ADN causados por la radiación. Así, esa energía puede penetrar y matar más células cancerosas.

Es probable que reciba varias inyecciones, con algunas semanas de diferencia. Las investigaciones demuestran que esta terapia también puede aliviar el dolor.

Cómo encuentra un radiofármaco su objetivo?

Las células del cáncer de próstata tienen grandes cantidades de una proteína llamada antígeno de membrana específico de la próstata, o PSMA. Se encuentra en casi todas las formas de la enfermedad, incluidos los cánceres metastásicos y resistentes a la castración. Se ha creado un radiofármaco (llamado lutecio Lu 177 vipivotide tetraxetan, de marca Pluvicto) que se adhiere al PSMA. Así, cuando este fármaco entra en el torrente sanguíneo, persigue sus objetivos cancerígenos por todo el cuerpo. Puede destruir incluso pequeñas cantidades de células cancerosas con radiación de partículas beta. Las partículas beta son pequeñas y rápidas partículas de radiación que son menos dañinas para los tejidos vivos.

Posibles efectos secundarios

Usted puede experimentar algunos de estos efectos secundarios mientras es tratado con un radiofármaco:

  • Recuento bajo de glóbulos rojos

  • Recuento bajo de glóbulos blancos

  • Cansancio

  • Daños en los riñones

  • Sequedad en la boca

  • Náuseas

  • Estreñimiento

  • Pérdida de apetito

Cómo tratan los radiofármacos el cáncer de próstata que se ha extendido a los huesos?

Cuando el cáncer de próstata se extiende más allá de la glándula prostática y los ganglios linfáticos que la rodean, puede atacar los huesos de la pelvis y la columna vertebral. Eso puede causar dolor y fracturas que pueden afectar a todos los aspectos de su salud. Uno de los principales objetivos del tratamiento con radiofármacos es retrasar o impedir que el cáncer llegue a los huesos.

Estos fármacos están hechos para conseguirlo:

  • Estroncio-89 (Metastron)

  • Samario-153 (Quadramet)

  • Radio-223 (Xofigo)

Se inyectan en una vena y van a las zonas donde el cáncer ha dañado los huesos. Emiten radiación para matar las células cancerosas. También pueden ayudar a aliviar el dolor. Estos fármacos pueden utilizarse para tratar el cáncer que se ha extendido a otros huesos además de la pelvis y la columna vertebral, también. A diferencia de la radiación externa, pueden llegar a todos los huesos que tienen cáncer al mismo tiempo.

Se ha demostrado que el radio-223 sirve para tratar a los hombres cuyo cáncer de próstata se ha extendido sólo a los huesos, en lugar de a los órganos. Si su cáncer se ha extendido de este modo, este tratamiento puede ayudarle a vivir más tiempo.

Estos medicamentos también reducen el recuento de células sanguíneas, y eso puede suponer un mayor riesgo de hemorragias e infecciones.

Avances y desafíos del tratamiento del cáncer de próstata

Muchos radiofármacos más recientes son en realidad versiones rediseñadas de compuestos que se diseñaron por primera vez para captar una imagen de su cáncer. Las moléculas utilizadas para mostrar la ubicación de las células cancerosas (como las utilizadas en las exploraciones PET) se están creando ahora con una radiactividad más potente. De este modo, pueden ser capaces de encontrar y matar sus células cancerosas, en lugar de limitarse a crear una imagen de ellas.

Otro avance es la terapia combinada. En una de las combinaciones, los tratamientos radiofarmacéuticos se utilizan junto con la inmunoterapia. La inmunoterapia (también conocida como inmuno-oncología) utiliza el poder del propio sistema inmunitario del cuerpo para prevenir, controlar y eliminar el cáncer. Algunos estudios han demostrado que los radiofármacos pueden hacer que las células cancerosas sean más visibles a la inmunoterapia y hacerla más eficaz contra los tumores.

Disparidades en la atención al cáncer de próstata

El progreso de los radiofármacos podría ayudar a compensar uno de los grandes retos de la comunidad sanitaria en el tratamiento de los hombres con cáncer de próstata: la diferencia en las tasas de supervivencia entre razas. Aunque la mayoría de los cánceres presentan algunas diferencias atribuidas a la raza, el de próstata muestra una de las más dramáticas.

Los hombres negros de Estados Unidos tienen 1,5 veces más posibilidades de padecer cáncer de próstata que los blancos. Tienen más del doble de probabilidades de morir por esta causa. Los hombres negros representan aproximadamente el 30% de todas las muertes por cáncer de próstata.

Así que, tanto si se trata de un tratamiento con nuevas tecnologías, como los radiofármacos, como de terapias más tradicionales, una mejor comprensión de la biología asociada a la raza C y otros factores C puede ayudar a mejorar los resultados de supervivencia del cáncer de próstata.

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