La concienciación sobre la depresión posparto va en aumento, y con razón: una de cada nueve mujeres se enfrenta a ella después de dar a luz. Sin embargo, la depresión durante el embarazo suele pasarse por alto, a pesar de que es tan frecuente como la depresión posparto.
Una de las principales razones es que muchos de los síntomas físicos del embarazo y la depresión son los mismos, como el cambio de apetito, los problemas de concentración, la sensación de cansancio, el insomnio e incluso los dolores, dice la doctora Veerle Bergink, profesora de los departamentos de psiquiatría y obstetricia, ginecología y ciencias de la reproducción de la Facultad de Medicina Icahn del Monte Sinaí de Nueva York.
Lo complicado de la depresión durante el embarazo es que tu cuerpo ya está cambiando mucho, dice. Ya te sientes atípica.
Otro factor que complica la situación es que, aunque algunos médicos hagan preguntas sobre el estado de ánimo, la detección de la depresión no es una parte rutinaria de la atención prenatal. Se ha prestado mucha más atención a la depresión posparto, dice Bergink. Es mucho más habitual detectar este tipo de depresión que la prenatal, aunque en realidad sería más lógico empezar a detectarla cuando las mujeres acuden a la consulta por primera vez durante el embarazo.
El historial de salud de la mujer puede aumentar la probabilidad de que desarrolle una depresión durante el embarazo, por lo que conocer el riesgo que corre puede ayudarle a estar en alerta. ¿Lo más importante? Los episodios previos de depresión o ansiedad. El factor de riesgo número uno para la depresión durante y después del embarazo son las mujeres que han tenido un episodio de estado de ánimo antes, dice Bergink.
Los trastornos de la tiroides pueden aumentar las probabilidades, al igual que las enfermedades, la preeclampsia o la detección de anomalías en una ecografía. Entre los factores de riesgo no físicos se encuentran los problemas económicos, los antecedentes de traumas o abusos sexuales, una relación inestable o un embarazo no deseado.
Aunque darse cuenta de que se padece depresión puede ser un obstáculo, Bergink afirma que, una vez que se sabe, es muy tratable. Dado que todos los medicamentos atraviesan la placenta, preferimos buscar primero opciones no farmacológicas, como el ejercicio y los cambios de comportamiento a través de la psicoterapia, dice. Pero para los ataques más graves, los medicamentos como los antidepresivos pueden ser opciones seguras.
La clave para reconocer y superar la depresión es ser abierta y honesta sobre cómo te sientes. Muchas mujeres se sienten culpables, especialmente durante el embarazo, porque creen que deberían sentirse felices, dice Bergink.
Sin embargo, dice, la depresión no es algo que se elija tener, y no puedes culparte por tenerla. Cuantas más mujeres compartan sus luchas, menos se ocultará la depresión prenatal.
4 Preguntas
Bergink ofrece estas preguntas como forma de determinar si usted o alguien que conoce puede estar deprimido durante el embarazo.
1. ¿Disfrutas de las cosas que normalmente disfrutas? Si no encuentra la felicidad en sus placeres habituales, es un indicio de que algo anda mal.
¿Cómo está su estado de ánimo la mayoría de los días? Se llama depresión por una razón: sentirse decaído o decaído es típico de la depresión.
¿Qué tipo de síntomas has tenido últimamente? El insomnio, el cansancio, la falta de apetito, los problemas de concentración, los dolores e incluso los episodios de llanto pueden aparecer tanto en el embarazo como en la depresión.
¿Te sientes deprimida? A menudo la pregunta más sencilla es la más acertada.
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