Comer juntos en familia ayuda a tus hijos de muchas maneras. He aquí algunas formas de iniciar la conversación en la mesa.
¿Quieres que tus hijos tengan mejores notas, mejor humor y mejores hábitos alimenticios? Empieza a cenar en familia.
"Comer juntos es una forma fundamental de crear cercanía en la familia", dice el doctor Brad Sachs, psicólogo familiar de Columbia, MD, y autor de The Good Enough Child y The Good Enough Teen. "Es nutritivo y reparador, tanto física como emocionalmente". Los estudios han encontrado beneficios concretos de las cenas en familia, que van desde el aumento de las calificaciones hasta una mejor adaptación social.
Pero si comer juntos en familia es tan bueno, ¿por qué puede ir tan mal? ¿Qué pasa con los lloriqueos, los silencios hoscos y las discusiones explosivas? Prueba estos consejos para crear una buena conversación en la cena familiar - y ayuda a tu familia a comunicarse mejor.
Consejos para la conversación en la cena familiar
Es inteligente pensar un poco en lo que se discute en la cena. He aquí las sugerencias de los expertos sobre cómo hacer avanzar la conversación... y qué temas evitar.
Sé específico.
Evita las preguntas amplias y abiertas, dice la doctora Eileen Kennedy-Moore, psicóloga de Princeton (Nueva Jersey) y coautora de Smart Parenting for Smart Kids: Nurturing Your Child's True Potential. Si preguntas cosas como "¿Qué has hecho hoy?" o "¿Qué tal el colegio?", recibirás respuestas como "Nada" o "Bien"", dice. Sugiere que se especifique. ¿Con quién te has sentado a comer? ¿Has podido salir al recreo? ¿Cómo le va a tu amiga Sarah en matemáticas? Cuál ha sido el mejor o el peor momento del día?
No interrogues
. Si tus hijos no están respondiendo a una pregunta, no sigas insistiendo en ella.
No des sermones.
"No utilices la conversación de la cena como un momento para repartir sermones o lecciones de moral", dice Sachs. No convierta todo lo que dice su hijo en un "momento de enseñanza" ni lo convierta en una lección. Deje que sus hijos hablen... mientras usted escucha.
Mántese la lengua.
Habrá momentos en los que te mueras de ganas de sacar un tema delicado. No lo hagas. No merece la pena estropear vuestra cena juntos. Hay otras oportunidades para regañar a tus hijos por los deberes o interrogarles sobre sus novios.
Rememora.
Te has dado cuenta de que las familias unidas tienden a rememorar mucho? "Hablar de experiencias compartidas es una gran manera de crear cercanía", dice Kennedy-Moore. Contar una historia familiar entrañable o divertida puede hacer que tus hijos participen. Kennedy-Moore dice que recordar tiene un beneficio adicional. Recordar los retos a los que se enfrentaron tus hijos -y que superaron- refuerza la confianza del niño en su capacidad para resolver problemas.
Hable de su propio día.
Poner en marcha la pelota. Habla de algo divertido que te haya pasado hoy. Como alternativa, Sachs sugiere hablar de algo que te haya preocupado. "Habla de los problemas cotidianos y de las vulnerabilidades y de cómo los has superado", dice Sachs. "Estás mostrando a tus hijos cómo afrontarlos".
No tener todas las respuestas.
No tienes que tener una solución para cada problema que te plantee tu hijo. "Si tu hijo está hablando de problemas con sus amigos, tu respuesta no debe ser 'voy a llamar a sus madres'", dice Kennedy-Moore. En su lugar, pregúntele a su hijo qué cree que debería hacer. "Si intentas resolver todos los problemas de tus hijos, les estás robando la capacidad de resolverse a sí mismos", dice la doctora.
Asegúrate de que todos tengan su turno.
Un niño tiende a monopolizar la conversación en la cena, mientras otro permanece en silencio? No te limites a amordazar al niño hablador. "Anima al niño más elocuente a hacer preguntas al hermano", dice el médico. "Haz que tus hijos hablen entre ellos en lugar de limitarse a hablar contigo".
5 formas de hacer más fácil la hora de la cena
El éxito de una cena en familia no sólo tiene que ver con la conversación (o con la comida). Establecer el tono y la estructura de tu comida te ayudará. Aquí tienes algunos consejos.
Deshazte de las distracciones.
Retira los libros y las revistas de la mesa. Apaga la televisión. Silencia los móviles y ponlos en otra habitación.
Haz que los niños participen en la elaboración de la comida.
Es más probable que tus hijos se entusiasmen con la cena -y prueben nuevos alimentos- si han participado en la elaboración de la comida. También podéis empezar a hablar mientras cocináis juntos. "Es más probable que los niños se abran cuando estáis hombro con hombro, trabajando juntos, en lugar de enfrentaros en una conversación directa", dice Kennedy-Moore.
Adaptar.
Si el ensayo tardío de la obra de teatro de tu hijo o la práctica hacen imposible la cena familiar, cambia las cosas. Qué tal cambiar a un desayuno familiar en su lugar? "No hay nada mágico en la hora de la cena específicamente", dice Kennedy-Moore. "Todo lo que necesitas es un momento predecible que paséis juntos". Si tu hijo adolescente llega a casa muy tarde, siéntate a tomar una taza de té con él mientras come las sobras, dice Kennedy-Moore.
Que sea corto.
"La cena no tiene que ser interminable", dice Kennedy-Moore. "Muchos niños terminan de comer en 15 minutos". No es necesario alargar las cosas artificialmente.
Mantén la sencillez.
No tienes tiempo para preparar una deliciosa y nutritiva comida casera cada noche? ¿Quién lo tiene? Que eso no te impida cenar en familia la mayoría de las noches.
"Comer juntos no significa que mamá tenga que trabajar como una esclava durante horas en un asado", dice Kennedy-Moore. "Si vais a pedir comida para llevar o macarrones con queso de caja, haced el mínimo esfuerzo para ponerlo en los platos y sentaros juntos". Lo importante es la unión, no el plato principal.