La mayoría de los embarazos no presentan problemas médicos y terminan felizmente con el nacimiento de un bebé sano. El primer paso, y el más importante, es inscribirse en un programa prenatal completo con un obstetra (médico especializado en el embarazo y el parto) o una comadrona. Usted y su bebé en desarrollo recibirán un control rutinario para asegurarse de que todo va bien y, si no es así, se le remitirá para que reciba la atención adecuada. Tú y tu pareja recibiréis información que os dará confianza sobre cada etapa del embarazo, como el parto, el nacimiento y el cuidado y la alimentación del recién nacido.
Sin embargo, todavía tienes 40 semanas para preguntarte si ciertas molestias físicas son lo suficientemente serias como para una intervención médica o son problemas menores que puedes solucionar por ti misma.
Durante el embarazo tendrás varios tipos de molestias, algunas fugaces y otras más permanentes. Algunas pueden aparecer en las primeras semanas, mientras que otras surgen más cerca del momento del parto. Otras pueden empezar pronto y desaparecer, para volver más tarde.
El embarazo de cada persona es único, por lo que es posible que no se produzcan todos los cambios que se describen a continuación.
Cuándo llamar a su médico
Hable con su médico si:
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Tiene náuseas y vómitos intensos, deshidratación, latidos cardíacos rápidos y persistentes o piel pálida y seca; puede tener hiperémesis gravídica, una forma grave de náuseas matutinas.
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Presenta manchado o sangrado vaginal; puede estar sufriendo un aborto espontáneo o una complicación grave de la placenta.
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Tiene un aumento de peso repentino durante unos días, dolor de cabeza intenso o visión borrosa; puede tener preeclampsia, una forma de presión arterial alta que puede poner en peligro su salud y la de su bebé.
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Tiene fiebre de más de 100 F y escalofríos, dolor de espalda o sangre en la orina; puede tener una infección de riñón u otra infección.
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Después de que el bebé comienza a moverse, usted siente menos o ningún movimiento durante más de 2 horas; su bebé puede estar en sufrimiento fetal.
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Sientes humedad o una pérdida de líquido, a diferencia de las secreciones vaginales normales o de las pérdidas de orina; es posible que tengas rotura de membranas o pérdida de líquido amniótico.
Cambios en las mamas durante el embarazo
La mayoría de las mujeres embarazadas sentirán algunos cambios en sus pechos. Sus pechos aumentarán de tamaño a medida que las glándulas mamarias se agrandan y el tejido graso se agranda, provocando firmeza y sensibilidad en los senos, normalmente durante los primeros y últimos meses del embarazo. También pueden aparecer venas azuladas a medida que aumenta su riego sanguíneo. Sus pechos pueden perder un líquido amarillento llamado calostro, normalmente durante el tercer trimestre. El calostro es la pre-leche que alimentará a tu bebé en los primeros días de vida hasta que te suba la leche. A medida que se acerca el parto, cambia a un líquido fino e incoloro.
Los pezones también pueden oscurecerse. Pueden sobresalir más y las areolas pueden aumentar de tamaño. Las pequeñas glándulas que rodean los pezones se elevan. Producen aceite para mantener los pezones suaves. Estos cambios facilitan que el bebé encuentre y se agarre a tus pezones para amamantar.
Las pecas y los lunares de tu cuerpo también pueden ser más oscuros. Habla con tu médico si tienes un lunar o una peca que crece, cambia de color y forma, pica o sangra, o es más grande que la goma de un lápiz. Pueden ser signos de cáncer de piel.
Recomendaciones:
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Ÿ Utilice un sujetador que le proporcione un soporte firme.
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Ÿ Elija sujetadores de algodón o de fibras naturales.
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Ÿ Consigue un sujetador más grande a medida que tus pechos aumentan de tamaño y de volumen. Tu sujetador debe ajustarse bien sin irritar tus pezones. Prueba los sujetadores de maternidad o de lactancia, que proporcionan más sujeción y pueden utilizarse después del embarazo si decides dar el pecho.
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Ÿ Intenta usar un sujetador durante la noche.
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Ÿ Mete un pañuelo de algodón o una gasa en cada copa del sujetador para absorber las pérdidas de líquido. También puedes comprar almohadillas de lactancia en la farmacia o en la tienda de maternidad/bebé que se ajustan a tu sujetador. Asegúrate de cambiar estas almohadillas cuando sea necesario para que tu piel no se irrite.
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Ÿ Lávate los pechos con agua tibia y un jabón suave que no provoque sequedad.
Fatiga en el embarazo
Te sientes cansada? Eso puede deberse a que tu bebé en crecimiento requiere energía extra. A veces, es un signo de anemia (bajo nivel de hierro en la sangre), que es común durante el embarazo.
Recomendaciones:
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Descansa mucho; acuéstate más temprano y haz siestas.
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Mantén un horario regular cuando sea posible.
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Ponle ritmo a tu vida. Equilibra la actividad con el descanso.
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El ejercicio moderado diario aumenta tu nivel de energía.
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Pida a su médico que le haga un análisis de sangre rutinario para detectar la anemia.
Náuseas o vómitos durante el embarazo
Es muy común -y normal- tener malestar estomacal cuando se está embarazada.
Hay que atribuirlo a los cambios hormonales del embarazo. Suele ocurrir al principio del embarazo, cuando tu cuerpo se está adaptando a los altos niveles de hormonas.
La buena noticia es que las náuseas suelen desaparecer: Las náuseas suelen desaparecer hacia el cuarto mes de embarazo (aunque en algunos casos pueden persistir durante toda la gestación). Pueden ocurrir en cualquier momento del día, pero pueden ser peores por la mañana, cuando tu estómago está vacío (por eso se llaman "náuseas matutinas") o si no estás comiendo lo suficiente.
Recomendaciones:
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Si las náuseas son un problema por la mañana, come alimentos secos como cereales, tostadas o galletas saladas antes de levantarte de la cama. Intente comer un bocadillo rico en proteínas, como carne magra o queso, antes de acostarse (las proteínas tardan más en digerirse).
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Si tienes hambre pero tienes muchas náuseas, prueba la dieta BRAT (plátanos, arroz y té), así como los alimentos suaves.
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Las pulseras de acupresión ofrecen comodidad a algunas embarazadas.
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El jengibre puede combatir las náuseas.
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Coma pequeñas comidas o tentempiés cada dos o tres horas en lugar de tres comidas grandes. Coma despacio y mastique completamente los alimentos.
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Bebe a sorbos durante todo el día. Evite tomar grandes cantidades de líquidos de una sola vez. Pruebe con zumos de fruta frescos y claros, como el de manzana o el de uva.
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Evite los alimentos picantes, fritos o grasos.
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Si le molestan los olores fuertes, coma los alimentos fríos o a temperatura ambiente para minimizar o evitar los olores que le molestan.
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Hable con su médico sobre la posibilidad de tomar vitamina B6. Otros tratamientos naturales y medicamentos recetados pueden proporcionar alivio.
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Contacte con el médico si los vómitos son constantes o tan intensos que no puede retener líquidos o alimentos. Esto puede causar deshidratación y debe ser tratado de inmediato.
Diarrea del embarazo
La diarrea no suele significar que algo vaya mal. Pero puede ser angustiosa. Puede estar relacionada con la vitamina prenatal o con tus intentos de comer mejor, o puede ser simplemente un bicho que has cogido. En cualquier caso, cuando la diarrea aparece durante el embarazo, es aún más importante cuidarse.
Llama al médico si la diarrea es grave o dura más de 24 horas, si te deshidratas o te mareas, si las heces tienen sangre o pus, si son negras y alquitranadas, si también tienes fiebre o un fuerte dolor de barriga, o si crees que la medicación podría ayudarte a aliviar los síntomas.
Recomendaciones:
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Coma alimentos suaves, blandos y con poca fibra, como plátanos, arroz, tostadas, puré de patatas, yogur o requesón.
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Bebe mucha agua y bebidas con electrolitos como Gatorade o Pedialyte para reponer los líquidos perdidos. (Si tienes diabetes gestacional, consulta antes con tu médico). Es especialmente peligroso deshidratarse durante el embarazo. La deshidratación puede desencadenar contracciones prematuras.
Hinchazón en el embarazo
Tus pantalones pueden sentirse apretados aunque no estés tan avanzada. Culpa de los cambios hormonales. Al principio del embarazo, el aumento de la progesterona puede hacer que tu sistema digestivo sea más lento y que tu tejido muscular liso se relaje. Esto puede provocar hinchazón. Es algo parecido a lo que les ocurre a muchas mujeres justo antes de que les venga la regla.
Recomendaciones:
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Hacer ejercicio suave, como caminar o nadar, que ayuda a mantener el sistema digestivo en movimiento.
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Bebe agua a lo largo del día para favorecer la digestión.
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Coma comidas más pequeñas con más frecuencia. Es más fácil para el sistema digestivo.
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Come alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales.
Embarazo Micción frecuente
Es normal tener que orinar mucho cuando se está embarazada. Al principio de su embarazo, su cuerpo produce una hormona que puede aumentar la micción. Tu útero en crecimiento y el bebé también presionan contra tu vejiga. La presión puede despertarte varias veces por la noche para ir al baño. También puede tener ganas de ir al baño incluso cuando la vejiga está casi vacía. Este problema suele desaparecer unos días después del nacimiento del bebé.
Llama al médico si tienes fiebre o sangre en la orina, o si tienes ganas de volver a orinar justo después de haber vaciado la vejiga. Si te duele, te arde o te escuece al orinar, podrías tener una infección urinaria. Esto requiere un tratamiento inmediato.
Recomendaciones:
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No uses ropa interior, pantalones o medias ajustadas.
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Bebe muchos líquidos para evitar la deshidratación. Intenta tomarlos sobre todo durante el día. Beba menos por la tarde y por la noche. Esto debería ayudarte a reducir las visitas nocturnas al baño.
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Evite el café, el té, los refrescos de cola y otras bebidas con cafeína. Estas pueden hacer que orines con más frecuencia.
Dolores de cabeza en el embarazo
Los dolores de cabeza pueden producirse en cualquier momento del embarazo. Pueden ser causados por la tensión, la congestión, el estreñimiento o, en algunos casos, la preeclampsia (detectada después de las 20 semanas).
Recomendaciones:
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Ponte una bolsa de hielo en la frente o en la nuca.
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Descansa, siéntate o túmbate tranquilamente en una habitación con poca luz. Cierra los ojos y trata de relajar la espalda, el cuello y los hombros.
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El paracetamol de venta libre, como Tylenol, puede ayudar. Pero si los dolores de cabeza no desaparecen, son intensos, le provocan náuseas o le afectan a la visión, informe a su médico.
Sangrado en el embarazo y encías inflamadas
Puede que no hayas esperado que el embarazo afecte a tu boca. Pero tu circulación sanguínea y los niveles hormonales pueden hacer que tus encías estén sensibles e hinchadas, y puedes notar que sangran con más facilidad. También puedes desarrollar hemorragias nasales.
Recomendaciones:
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Hazte una revisión dental al principio del embarazo para asegurarte de que tus dientes y tu boca están sanos. Acude a tu dentista si notas algún problema en particular.
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Cepíllate los dientes, utiliza el hilo dental regularmente y enjuágate a diario con un colutorio antiséptico.
Estreñimiento en el embarazo
Sus hormonas, así como las vitaminas y los suplementos de hierro, pueden causar estreñimiento (dificultad para hacer caca o evacuación incompleta o poco frecuente de heces duras). La presión del útero sobre el recto también puede provocar estreñimiento.
Llame a su médico si también tiene dolor abdominal o sangrado rectal. Si los suplementos de hierro le provocan estreñimiento, puede recomendarle otro.
Recomendaciones:
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Ÿ Añada más fibra (como alimentos integrales, frutas y verduras frescas) a su dieta.
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Ÿ Beba mucho líquido a diario (al menos 6-8 vasos de agua y 1-2 vasos de fruta o zumo de ciruelas).
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Ÿ Beba líquidos calientes, especialmente por la mañana.
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Ÿ Haga ejercicio a diario. Caminar y nadar son actividades suaves para tu cuerpo de embarazada.
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Ÿ Evita hacer esfuerzos al defecar.
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Hable con su médico sobre un laxante o ablandador de heces.
Dolor de muñeca en el embarazo (túnel carpiano)
Puede que te sorprenda que llevar un bebé pueda provocar dolor en la muñeca. Pero hasta el 35% de las mujeres tienen dolor o debilidad en la muñeca durante el embarazo, normalmente en el tercer trimestre. La retención de líquidos ejerce más presión sobre el túnel carpiano, que va desde la muñeca hasta la parte inferior de la palma de la mano. Lo más probable es que el dolor mejore a los pocos meses del nacimiento de tu bebé.
Llama a tu médico si tienes entumecimiento, hormigueo o dolor en la mano o la muñeca o si tienes dolor o sensaciones extrañas que suben por el brazo hasta el hombro.
Recomendaciones:
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Realiza ejercicios de rango de movimiento que estiren tu muñeca.
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Aplique hielo para el dolor.
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Evite los movimientos repetitivos de la muñeca y la mano, o las posiciones o actividades que empeoren el dolor o el entumecimiento. Utilice una férula para la muñeca si su trabajo requiere movimientos repetitivos.
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Si el trabajo en el ordenador le causa dolor, ajuste la altura de su silla o del teclado para cambiar la posición de sus muñecas.
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Lleva una férula de muñeca a la cama si tienes dolor por la noche. Evita que las muñecas se curven mientras duermes, lo que contribuye al dolor.
Mareos en el embarazo (sensación de desmayo)
Los mareos pueden ocurrir en cualquier momento durante la mitad o el final del embarazo. A continuación se explica por qué ocurre:
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La hormona progesterona dilata los vasos sanguíneos por lo que la sangre tiende a acumularse en las piernas.
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También va más sangre a tu útero en crecimiento. Esto puede provocar una bajada de la tensión arterial, especialmente al cambiar de posición, y eso puede hacer que te marees. Si tus niveles de azúcar en sangre bajan demasiado, puedes sentirte débil.
Recomendaciones:
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Muévete con frecuencia cuando estés de pie durante mucho tiempo.
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Acuéstese sobre su lado izquierdo para descansar. Esto ayuda a la circulación en todo el cuerpo.
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Evite los movimientos bruscos. Muévete lentamente cuando te levantes desde una posición sentada.
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Coma con regularidad y en pequeñas cantidades a lo largo del día para evitar la bajada de azúcar.
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Bebe mucha agua.
Problemas para dormir durante el embarazo
Encontrar una posición de descanso cómoda puede resultar difícil al final del embarazo. Y tu vientre abultado y las pausas para ir al baño no son las únicas cosas que te mantienen despierta. Desde los dolores de espalda hasta el ardor de estómago y la ansiedad, hay una gran variedad de problemas que pueden afectar al sueño. Las hormonas también pueden alterar tus patrones de sueño, dejándote exhausta durante el día y muy despierta por la noche.
Aunque no estés durmiendo bien, ahora es cuando más necesitas dormir. Tu cuerpo necesita descansar para poder alimentar y albergar a tu bebé en crecimiento.
Recomendaciones:
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No tomes medicamentos para dormir.
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Pruebe a tomar leche caliente a la hora de acostarse.
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Tomar una ducha o baño caliente antes de acostarse.
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Utilice almohadas adicionales para apoyarse mientras duerme. Acostado de lado, coloque una almohada debajo del abdomen, detrás de la espalda y entre las rodillas para evitar la tensión muscular y ayudarle a obtener el descanso que necesita.
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Utiliza bloques para apoyar la cabecera de la cama unos centímetros. Esto puede facilitar la respiración y ayudar a prevenir cualquier reflujo de ácido estomacal por el reflujo.
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Probablemente te sentirás mejor tumbado sobre el lado izquierdo; esto mejora la circulación de la sangre por todo el cuerpo... Duerma con las rodillas dobladas para quitarle presión a la espalda.
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Haz ejercicio. Todos los días, intenta dar un paseo de 30 minutos o una clase de ejercicios para embarazadas. Mantenerte activa puede ayudarte a dormir mejor. Eso sí, hazlo a primera hora del día. Hacer ejercicio a menos de 4 horas de la hora de acostarse puede ser lo suficientemente estimulante como para mantenerte despierta.
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Relájate antes de acostarte. Prueba un vídeo de yoga para embarazadas o algunos ejercicios de respiración profunda.
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Estira. Haz unos cuantos estiramientos de piernas para evitar que se acalambren durante la noche.
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Limita las bebidas. Deja de beber en las dos o tres horas anteriores a la hora de acostarte para no tener que levantarte e ir al baño en mitad de la noche.
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Evite las comidas tardías, así como los alimentos picantes, grasos o ácidos cerca de la hora de acostarse.
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Orinar antes de dormir. Haz un último viaje al baño antes de apagar la luz.
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Baja el termostato. Ahora vas a sentir más calor porque la sangre extra se dirige a tu piel. Mantener tu dormitorio fresco te hará estar más cómodo y evitará que tengas que quitar las sábanas en mitad de la noche.
Acidez o indigestión en el embarazo
La acidez es una sensación de ardor que comienza en el estómago y parece subir hasta la garganta. Durante el embarazo, los cambios en los niveles hormonales ralentizan el sistema digestivo, debilitan el esfínter del estómago y el útero puede agolparse en el estómago, empujando los ácidos estomacales hacia arriba.
Recomendaciones:
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Coma varias comidas pequeñas cada día en lugar de tres comidas grandes.
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Coma despacio.
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Beba líquidos calientes.
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Evite los alimentos fritos, picantes o ricos, o cualquier alimento que parezca provocarle indigestión.
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Ÿ No te acuestes justo después de comer.
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Ÿ Mantenga la cabecera de su cama más alta que los pies de la misma. O coloque almohadas bajo los hombros para evitar que los ácidos del estómago suban a la garganta.
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No mezcles alimentos grasos con dulces en una misma comida, y procura separar los líquidos de los sólidos en las comidas.
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Pruebe con calmantes para la acidez estomacal como Gaviscon, Maalox, Mylanta, Riopan, Titralac o Tums.
Hemorroides en el embarazo
Las hemorroides son venas hinchadas que aparecen como bultos dolorosos en el ano. Durante el embarazo, pueden formarse como resultado del aumento de la circulación y de la presión sobre el recto y la vagina de tu bebé en crecimiento.
Recomendaciones:
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Intente evitar el estreñimiento. El estreñimiento puede provocar hemorroides y las hará más dolorosas.
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Evite estar sentado o de pie durante mucho tiempo; cambie de posición con frecuencia.
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No haga esfuerzos durante la defecación.
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Aplique bolsas de hielo o compresas frías en la zona o tome un baño caliente unas cuantas veces al día para proporcionar alivio.
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Evite la ropa interior, los pantalones o las medias ajustadas.
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Si todavía necesita más ayuda, consulte a su médico.
Venas varicosas del embarazo
Las hormonas del embarazo pueden hacer que las paredes de tus venas se debiliten y se hinchen. La presión sobre las venas situadas detrás del útero también ralentiza la circulación de la sangre hacia el corazón, lo que hace que las venas más pequeñas de la pelvis y las piernas se hinchen. Lo más probable es que estas venas azuladas e hinchadas aparezcan en las piernas. Pero al final del embarazo pueden aparecer en la vulva, la zona exterior de la vagina. Las varices mejorarán probablemente después del nacimiento del bebé, cuando la presión sobre las venas desaparezca.
Llame a su médico si siente las venas duras, calientes o dolorosas, o si la piel sobre ellas se ve roja.
Recomendaciones:
Aunque las varices suelen ser hereditarias, estas cosas podrían ayudar:
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Evita estar de pie o sentado en un mismo sitio durante mucho tiempo. Es importante levantarse y moverse a menudo.
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Evite permanecer en cualquier posición que pueda restringir la circulación en las piernas (como cruzar las piernas mientras está sentado).
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Eleve las piernas y los pies mientras está sentado.
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Haga ejercicio con regularidad.
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Use medias de soporte. Evite las medias o los calcetines que le aprieten o constriñan demasiado.
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Ÿ Duerme o descansa sobre el lado izquierdo para aliviar la presión sobre la vena que lleva la sangre de los pies al corazón. Está en su lado derecho.
Calambres en las piernas durante el embarazo
La presión de tu útero en crecimiento puede provocar calambres en las piernas o dolores agudos que bajan por ellas.
Recomendaciones:
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Asegúrese de comer y beber alimentos ricos en calcio (como la leche, el brócoli o el queso).
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Lleva zapatos cómodos y de tacón bajo.
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Intenta usar mangueras de apoyo, pero evita cualquier prenda para las piernas que sea demasiado ajustada.
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Eleve las piernas cuando sea posible; evite cruzarlas.
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Haga ejercicio a diario.
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Estire las piernas antes de acostarse.
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Evita acostarte boca arriba, ya que el peso de tu cuerpo y la presión del útero agrandado pueden ralentizar la circulación de las piernas, provocando calambres.
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Estira suavemente cualquier músculo que se acalambre enderezando la pierna, flexionando el pie y tirando de los dedos hacia ti.
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Masajea el calambre o aplica calor o una bolsa de agua caliente en la zona dolorida.
Congestión nasal en el embarazo
Es posible que tengas la nariz tapada o que sientas que estás resfriada. Las hormonas del embarazo a veces resecan el revestimiento de la nariz, haciendo que se inflame e hinche.
Recomendaciones:
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Aplique una toallita húmeda y caliente en las mejillas, los ojos y la nariz para reducir la congestión.
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Evite el uso de aerosoles nasales a menos que se lo prescriba su médico, ya que pueden agravar los síntomas.
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Beba mucho líquido (al menos 6-8 vasos de líquido al día) para diluir la mucosidad.
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Eleve la cabeza con una almohada adicional mientras duerme para evitar que la mucosidad obstruya la garganta.
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Utilice un humidificador o vaporizador para añadir humedad al aire.
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Tome una ducha o un baño caliente.
Dificultad para respirar durante el embarazo
La falta de aire puede ocurrir debido a un aumento de la presión ascendente del útero y a cambios en la función pulmonar fisiológica.
Recomendaciones:
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Al caminar, reduce la velocidad y descansa unos momentos.
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Levanta los brazos por encima de la cabeza (esto eleva la caja torácica y te permite inspirar más aire).
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Evita tumbarte boca arriba e intenta dormir con la cabeza elevada.
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Si la falta de respiración prolongada continúa o experimenta un dolor agudo al inhalar, póngase en contacto con su médico. Podría tener una embolia pulmonar (coágulo de sangre en los pulmones).
Las estrías del embarazo
Las estrías son un tipo de tejido cicatricial que se forma cuando la elasticidad normal de la piel no es suficiente para el estiramiento que se produce durante el embarazo. Suelen aparecer en el abdomen y también pueden aparecer en los pechos, las nalgas o los muslos.
Aunque no desaparecen por completo, las estrías se desvanecen después del parto. Las estrías afectan a la superficie bajo la piel y no se pueden prevenir.
Recomendaciones:
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Asegúrate de que tu dieta contiene suficientes fuentes de los nutrientes necesarios para una piel sana (especialmente las vitaminas C y E).
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Aplica loción a tu piel para mantenerla suave y reducir la sequedad.
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Haz ejercicio a diario.
Hinchazón en los pies y las piernas durante el embarazo
La presión que ejerce tu útero en crecimiento sobre los vasos sanguíneos que transportan la sangre de la parte inferior del cuerpo provoca la acumulación de líquido. El resultado es la hinchazón (edema) de las piernas y los pies.
El peso adicional durante el embarazo también puede hacer que tus pies aumenten de tamaño. Además, las hormonas del embarazo aflojan los ligamentos y los músculos para que las articulaciones de la pelvis se abran y se preparen para el parto. Esto afecta a todo el cuerpo, incluso a los pies. Llama a tu médico si la hinchazón es más que leve o si empeora de repente.
Recomendaciones:
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Procura no permanecer de pie durante mucho tiempo. Evite estar de pie en un solo lugar.
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Bebe mucho líquido (al menos 6-8 vasos de líquido al día).
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Evite los alimentos con alto contenido en sal (sodio).
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Eleve las piernas y los pies mientras está sentado. Evite cruzar las piernas.
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Utilice ropa holgada y cómoda; la ropa ajustada puede ralentizar la circulación y aumentar la retención de líquidos.
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Sumerge los pies en agua fría.
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Manténgase en movimiento. Ejercite las piernas para evitar la acumulación de líquido.
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No lleves zapatos ajustados; elige zapatos de apoyo con tacones bajos y anchos.
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Mantén una dieta rica en proteínas; un exceso de proteínas puede provocar retención de líquidos.
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Avise a su proveedor de atención médica si se le hinchan las manos o la cara. Esto puede ser un signo de advertencia de preeclampsia.
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Descansa de lado durante el día para ayudar a aumentar el flujo de sangre a los riñones.
Flujo vaginal durante el embarazo
Las secreciones vaginales normales aumentan durante el embarazo debido a un mayor aporte de sangre y de hormonas. El flujo vaginal normal es blanco o transparente, no es irritante, no tiene olor y puede tener un aspecto amarillo cuando se seca en la ropa interior o en los salvaslips.
Recomendaciones:
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Elige ropa interior de algodón o de marcas hechas con fibras naturales.
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Evita los vaqueros o pantalones ajustados.
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No te hagas duchas vaginales. Las duchas vaginales pueden introducir aire en tu sistema circulatorio o romper la bolsa de aguas en las últimas etapas del embarazo.
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Limpia la zona vaginal a menudo con agua y jabón.
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Límpiese de adelante hacia atrás.
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Comuníquese con su proveedor de atención médica si tiene ardor, picazón, irritación o hinchazón, mal olor, secreción con sangre o secreción amarilla o verde brillante (estos síntomas podrían ser un signo de infección).
Dolores de espalda en el embarazo
Los dolores de espalda suelen estar causados por la tensión ejercida sobre los músculos de la espalda, los cambios en los niveles hormonales y los cambios en la postura.
Recomendaciones:
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Llevar calzado de tacón bajo (pero no plano).
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Evite levantar objetos pesados.
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Póngase en cuclillas con las rodillas dobladas al recoger objetos en lugar de agacharse por la cintura.
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No permanezca de pie durante mucho tiempo. Si necesita estar de pie durante mucho tiempo, coloque un pie en un taburete o caja para apoyarse.
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Siéntese en una silla con un buen apoyo para la espalda, o coloque una pequeña almohada detrás de la parte baja de la espalda. Además, coloque los pies en un reposapiés o taburete.
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Comprueba que tu cama es firme. Si es necesario, ponga una tabla entre el colchón y el somier.
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Duerme sobre tu lado izquierdo con una almohada entre las piernas para apoyarte.
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Aplique una bolsa de agua caliente o una almohadilla térmica a baja potencia en la espalda, tome un baño o una ducha caliente, o pruebe a darse un masaje.
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Realiza ejercicios, según te aconseje tu médico, para fortalecer los músculos de la espalda y ayudar a aliviar el dolor.
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Mantén una buena postura. Estar erguido aliviará la tensión en la espalda.
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Ponte en contacto con tu médico si tienes un dolor de espalda baja que rodea tu estómago y no desaparece en una hora después de cambiar de posición o descansar. Esto podría ser un signo de parto prematuro.
Dolor o malestar abdominal
Los dolores agudos y punzantes a ambos lados del estómago pueden ser consecuencia del estiramiento del tejido que sostiene el útero en crecimiento. Estos dolores también pueden bajar por el muslo hasta la pierna.
Recomendaciones:
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Cambia de posición o de actividad hasta que te sientas cómodo; evita los giros o movimientos bruscos.
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Si tiene un dolor repentino en el abdomen, inclínese hacia delante hasta el punto de dolor para aliviar la tensión y relajar el tejido.
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Aplique una bolsa de agua caliente o una almohadilla térmica en la espalda, o tome un baño o una ducha caliente.
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Prueba a darte un masaje.
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Asegúrese de que está tomando suficientes líquidos.
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Tome Tylenol (paracetamol) de vez en cuando.
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Ponte en contacto con tu médico si el dolor es intenso o constante o si estás embarazada de menos de 36 semanas y tienes signos de parto. (Los signos de parto incluyen calambres repetitivos como las contracciones).
Contracciones de Braxton-Hicks
Los músculos uterinos se contraen (se tensan) a partir del segundo trimestre del embarazo. Las contracciones irregulares y poco frecuentes se denominan contracciones de Braxton-Hicks (también conocidas como "falsos dolores de parto"). Son normales durante el embarazo.
Recomendaciones:
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Trata de relajarte
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Cambia de posición. A veces esto puede aliviar las contracciones.
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Llame a su médico si no desaparecen.