Las caídas son una complicación frecuente de la enfermedad de Parkinson, y prevenirlas es muy importante. Aunque hay muchas cosas que puede hacer para reducir el riesgo de caídas, las dos más importantes son trabajar con su médico para asegurarse de que sus tratamientos son óptimos y consultar con un fisioterapeuta que pueda evaluar su forma de caminar y su equilibrio. El fisioterapeuta es el experto a la hora de recomendar dispositivos de ayuda o ejercicios para mejorar la seguridad.
Las caídas y los riesgos domésticos más comunes
Si usted o un ser querido tiene la enfermedad de Parkinson, aquí hay consejos para prevenir las caídas en el hogar:
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Pisos.
Retire todos los cables sueltos, cordones y alfombras tiradas. Reduzca al mínimo el desorden. Asegúrese de que las alfombras estén ancladas y sean lisas. Mantenga los muebles en su lugar habitual.
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Baño.
Instale barras de sujeción y cinta antideslizante en la bañera o la ducha. Utilice alfombras de baño antideslizantes en el suelo o instale una alfombra de pared a pared.
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Iluminación.
Asegúrese de que los pasillos, las escaleras y las entradas estén bien iluminados. Instala una luz nocturna en tu baño o pasillo. Asegúrese de que hay un interruptor de luz en la parte superior e inferior de la escalera. Encienda las luces si se levanta en mitad de la noche. Asegúrese de que las lámparas o los interruptores de la luz estén al alcance de la cama si tiene que levantarse durante la noche.
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Cocina.
Instala alfombras de goma antideslizantes cerca del fregadero y de los fogones. Limpie inmediatamente los derrames.
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Escaleras.
Asegúrese de que los peldaños, las barandillas y las alfombras estén bien sujetas. Instale una barandilla a ambos lados de las escaleras. Si las escaleras son una amenaza, puede ser útil organizar la mayoría de sus actividades en el nivel inferior para reducir el número de veces que hay que subir las escaleras.
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Entradas y portales.
Instale manillas metálicas en las paredes adyacentes a los pomos de todas las puertas para que sea más seguro al atravesar el portal.
Consejos para mantener el equilibrio con la enfermedad de Parkinson
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Mantén al menos una mano libre en todo momento; intenta utilizar una mochila o riñonera para sujetar cosas en lugar de llevarlas en las manos. Nunca lleves objetos en las dos manos al caminar, ya que esto interfiere con el equilibrio.
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Intente balancear ambos brazos de adelante hacia atrás mientras camina. Esto puede requerir un esfuerzo consciente si la enfermedad de Parkinson ha disminuido su movimiento; sin embargo, le ayudará a mantener el equilibrio, la postura y a reducir la fatiga.
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Levante conscientemente los pies del suelo al caminar. Arrastrar los pies puede hacerle perder el equilibrio.
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Cuando intente sortear los giros, utilice la técnica de la "U" de mirar hacia delante y hacer un giro amplio, en lugar de pivotar bruscamente.
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Intenta colocarte con los pies separados a la anchura de los hombros. Cuando los pies están muy juntos durante cualquier periodo de tiempo, aumenta el riesgo de perder el equilibrio y caer.
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¡Haz una cosa a la vez! No intentes caminar y realizar otra tarea, como leer o mirar a tu alrededor. La disminución de tus reflejos automáticos complica la función motora, así que cuanto menos te distraigas, ¡mejor!
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No lleves zapatos con suela de goma o de agarre, pueden "engancharse" en el suelo y provocar tropiezos.
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Muévete lentamente al cambiar de posición. Utilice movimientos deliberados y concentrados y, si es necesario, utilice una barra de agarre o una ayuda para caminar. Cuente 15 segundos entre cada movimiento. Por ejemplo, al levantarse de una posición sentada, espere 15 segundos después de ponerse de pie para empezar a caminar.
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Si te quedas "congelado", visualiza que pasas por encima de un objeto imaginario o haz que alguien ponga su pie delante del tuyo para que lo pises. Intenta que un cuidador o acompañante no te "tire", esto puede desequilibrarte e incluso prolongar el episodio.
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Si el equilibrio es un problema continuo, puede considerar la posibilidad de utilizar una ayuda para caminar, como un bastón, un mando o un andador. Una vez que hayas dominado el caminar con ayuda, ¡puede que estés preparado para volver a intentarlo por ti mismo!