Cuándo llamar al pediatra

Son las 2 de la mañana. Tu bebé llora y no puedes calmarlo. Tiene fiebre y la nariz tapada. ¿Llamas al pediatra o esperas a que amanezca?

La maternidad está llena de incertidumbre. Cuando se es padre por primera vez, es fácil cuestionar cada decisión que se toma.

"A veces puede ser difícil saber cuándo llamar o no", dice la doctora Katie Lockwood, pediatra del Hospital Infantil de Filadelfia. "Yo tranquilizo a los padres para que sigan sus instintos. Si algo no les parece bien o si no están seguros de si algo es normal o no, los consultorios de los pediatras prefieren que se equivoquen y nos llamen."

Unos cuantos síntomas clave pueden servirte de guía para decidir si coges el teléfono y llamas a tu pediatra.

Fiebre

La forma de actuar ante la fiebre depende de la edad de tu hijo. En un bebé de menos de 2 meses, una temperatura rectal de 100,4 F o más es una emergencia.

"Acude directamente a urgencias", aconseja Lockwood. "A veces los bebés pueden tener una infección grave y el único signo es la fiebre". En el hospital se hará un estudio completo que incluye análisis de sangre y orina, y a veces una punción lumbar.

En los niños mayores, el número del termómetro es menos revelador que otros indicios. "Lo más importante es cómo actúa el niño con la fiebre y cuánto tiempo la ha tenido", dice Lockwood. "Si un niño tiene 101 [grados] de fiebre pero está muy irritable, no quiere comer, no se comporta como él mismo o no deja de llorar, eso me preocupa". Esta regla se aplica a los niños vacunados; en los bebés no vacunados, la mayoría de las fiebres deben ser vistas por un médico de inmediato.

Tres días suele ser el número mágico para que las fiebres virales duren, dice. Cualquier fiebre que dure más tiempo merece una llamada al médico. Puede haberse convertido en una infección bacteriana como la neumonía.

Vómitos y diarrea

Estos síntomas suelen señalar una infección vírica. Por sí solos, no son motivo de preocupación. Pero cuando son muy intensos, pueden ser un problema.

"Lo principal que me preocupa es la deshidratación", dice la doctora Amy Guiot, profesora asociada de la División de Medicina Hospitalaria del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati. "Si el niño está llorando, quiero ver lágrimas. Si no ve lágrimas, se dirige a la deshidratación".

Otros signos de deshidratación son:

  • Menos orina de lo habitual: menos de 6 pañales mojados al día en los bebés.

  • Orina oscura

  • Labios y boca secos y agrietados

  • Ojos hundidos

  • Crankiness

  • Punto blando hundido en la parte superior de la cabeza (en bebés menores de 18 meses)

Muchos virus estomacales que causan vómitos o diarrea duran 24 horas o menos, dice Lockwood. Llame a su pediatra si estos síntomas duran más tiempo o su hijo también tiene fiebre. Estos son signos más probables de una infección bacteriana que debe ser tratada.

Otra gran señal de advertencia es un color rojo o negro en las cacas o vómitos, o manchas que parecen granos de café. Podría tratarse de sangre. Eso es una emergencia médica.

Resfriados y otras infecciones respiratorias

Las infecciones de las vías respiratorias altas, como los resfriados, son habituales en los niños, que padecen hasta ocho al año. Normalmente son virales y duran unos 10 días, dice Guiot.

Los niños pueden tener fiebre durante los tres primeros días. "Luego la fiebre empieza a desaparecer y esa secreción nasal clara se vuelve espesa, verde y amarilla. Eso sólo significa que las células que combaten la infección son llamadas a luchar. No significa que se trate de una infección bacteriana", dice.

Si la fiebre dura más de tres días o los síntomas empeoran, es necesario que el pediatra los examine. Es posible que tu hijo haya contraído una infección de oído u otra enfermedad bacteriana.

Si en algún momento tu hijo tiene que esforzarse más para respirar, llama enseguida al médico. Notarás que las fosas nasales de tu hijo se ensanchan o que sus costillas se hunden con cada respiración. Puede hacer un ruido raro o silbar cuando intente respirar.

Un color azulado alrededor de los labios o las uñas significa que tu hijo no está recibiendo suficiente oxígeno. Llama inmediatamente al 911.

Sarpullido

Este es uno de los síntomas más difíciles de averiguar. Los sarpullidos tienen muchas formas y muchas causas posibles.

Un sarpullido que no molesta a tu hijo no suele ser motivo de preocupación. Pero si no desaparece en unos días, llame a su médico, dice Lockwood. Los sarpullidos con fiebre son más preocupantes porque podrían indicar una infección.

Otros posibles síntomas que debes comunicar a tu médico son:

  • Una erupción que rezuma o llora

  • Una erupción con ampollas o burbujas

  • Una erupción que parece una diana o un ojo de buey

  • Bultos inflamados en la piel, junto con problemas para respirar o hinchazón de la cara

  • Un sarpullido en un niño que parece enfermo o que no se comporta como él mismo

Otros síntomas

Estos síntomas también requieren una llamada al pediatra de inmediato:

  • Problemas para despertar a su hijo

  • Dolor de vientre agudo o constante

  • Ardor cuando su hijo orina, o sangre en la orina

  • Una necesidad constante de orinar

  • Convulsiones

Mantener las notas

Si la enfermedad de su hijo es lo suficientemente leve como para esperar hasta la mañana, lleve un diario. Escriba una lista de síntomas y preguntas para el pediatra, sugiere Lockwood. Esto le ayudará a guiar su charla con el médico a la mañana siguiente.

Cuando llames, ten notas a mano para poder decirle a la enfermera o al médico lo que tiene tu hijo:

  • Condiciones médicas

  • Historial de vacunas

  • Tipos de medicamentos y dosis: tanto los recetados como los de venta libre

  • Temperatura

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