Hipnosis, meditación y relajación como tratamiento del dolor

El estrés y el dolor suelen ir de la mano. La hipnosis, la meditación y la relajación pueden ayudar a romper el ciclo.

Si está pensando en probar estas formas de trabajar con su dolor, querrá saber qué esperar y qué tan bien funcionan.

Hipnosis (Hipnoterapia)

Si se imagina un acto escénico dirigido por un hombre con un reloj oscilante que hace que los voluntarios caminen como un pollo o ladren como un perro, olvídelo. La hipnosis clínica es una terapia real en la que se aprende a utilizar el poder de la mente para ayudar a realizar cambios positivos. Y usted tiene el control.

Durante la hipnosis, se centrará en la relajación y en dejar de lado los pensamientos que le distraen. Puede estar más abierto a sugerencias y objetivos específicos, como reducir el dolor. Después de la sesión, el terapeuta repasará las cosas que puede hacer para alcanzar esos objetivos.

Las investigaciones demuestran que la hipnosis médica puede ayudar con el dolor repentino (agudo) y a largo plazo (crónico) del cáncer, las quemaduras y la artritis reumatoide. También puede aliviar la ansiedad que sienten algunas personas antes de una intervención quirúrgica.

Cuando los investigadores de la Escuela de Medicina Mount Sinai de Nueva York analizaron 18 estudios, descubrieron que la hipnosis tenía efectos de moderados a grandes para aliviar el dolor, lo que apoya su uso para el tratamiento del dolor.

Para encontrar un hipnoterapeuta autorizado, hable con su médico o póngase en contacto con la Sociedad Americana de Hipnosis Clínica.

Meditación

La meditación es como un entrenamiento cerebral. Cualquiera puede hacerla... en cualquier momento y en cualquier lugar.

Los estudios sugieren que convertir la meditación en un hábito puede ayudar a las personas a controlar su dolor y su autoestima y a reducir su ansiedad, depresión y estrés.

Los detalles varían en función del tipo de meditación que se elija, pero se trata de dedicar unos minutos (o más) a centrar la atención en una cosa, como la respiración o una palabra o frase que te inspire o reconforte. Mientras meditas, es probable que surjan otros pensamientos. No pasa nada. Sólo tienes que volver a centrar tu atención en lo que has elegido.

La meditación es segura para probarla como complemento (no en lugar) de los tratamientos que te recomiende tu médico.

Terapias de relajación

Incluyen técnicas cuyo objetivo es aliviar el estrés. Además de la meditación, los principales tipos son:

Relajación muscular progresiva. Se tensa lentamente cada grupo muscular, se mantiene la tensión brevemente y luego se suelta. Se hace de forma sistemática, por ejemplo, empezando por los músculos de los dedos de los pies y subiendo por el cuerpo. Esto le ayudará a ser consciente de las zonas en las que está tenso y a liberarlas.

Si tiene una enfermedad cardiovascular (del corazón) que no está bien controlada, debe omitir la relajación muscular progresiva. Tensar los músculos abdominales puede aumentar la presión en la cavidad torácica, ralentizar el pulso y dificultar el flujo de sangre que regresa al corazón.

Entrenamiento autógeno. Esta técnica utiliza imágenes visuales y conciencia corporal para ayudar a relajarse. La persona se imagina que está en un lugar tranquilo y luego se centra en diferentes sensaciones físicas, como la pesadez de las extremidades o la calma de los latidos del corazón. Las personas pueden practicar por su cuenta, creando sus propias imágenes, o ser guiadas por un terapeuta.

La respiración. Es algo que se hace cada segundo de cada día, pero a menudo nos olvidamos de que está ocurriendo. Puedes practicar la sintonía con tu respiración como una forma de meditación: inhalar y exhalar, inhalar y exhalar. También puedes aprender a hacer ejercicios de respiración. Por ejemplo, puedes inspirar lentamente mientras cuentas hasta 4, aguantar la respiración durante 7 cuentas más y luego exhalar durante 8 cuentas.

La mejor manera de aprender técnicas de relajación es con la ayuda de un profesional capacitado. Normalmente, estas técnicas se enseñan en una clase de grupo y luego se practican regularmente en casa.

Si has padecido psicosis o epilepsia, es posible que quieras hablar con tu médico antes de probar la meditación. Se ha informado de que algunas personas han sufrido nuevos episodios agudos tras una meditación profunda y prolongada.

La hipnosis o la relajación profunda pueden a veces empeorar los problemas psicológicos en personas con trastorno de estrés postraumático o que son vulnerables a los falsos recuerdos. Debe consultar primero con su médico.

Tai Chi y Qi Gong

Ambas son prácticas de mente y cuerpo que existen desde hace siglos. Utilizan posturas, movimientos suaves, técnicas de respiración y concentración mental. Los estudios han descubierto que pueden ayudar a reducir el dolor de rodilla por la osteoartritis y ayudar a las personas con fibromialgia y dolor de espalda. Las pruebas son menos sólidas en cuanto a que el tai chi y el qi gong puedan ayudar con el dolor de cuello a largo plazo.

Biorretroalimentación

Utiliza sensores adheridos a tu cuerpo para ayudarte a practicar la relajación. En concreto, la biorretroalimentación te enseña a controlar respuestas involuntarias, como los latidos del corazón o la presión arterial. Los estudios sugieren que la biorretroalimentación puede aliviar las migrañas y las cefaleas tensionales. La evidencia para otros tipos de dolor es menos clara.

Acupuntura

Esta antigua técnica médica estimula determinados puntos del cuerpo, normalmente con finas agujas que se introducen en la piel. La acupuntura ha demostrado beneficiar a algunas personas con tipos específicos de dolor. Entre ellos, el dolor de cuello, de espalda y de rodilla provocado por la artrosis. La acupuntura también puede prevenir las migrañas y reducir la frecuencia de las cefaleas tensionales.

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