Aunque la lesión de rodilla se haya producido hace tiempo, puede seguir causando dolor. Pero también pueden hacerlo muchas otras cosas, como la artritis y otras enfermedades. Para saber qué ocurre en su caso, tendrá que visitar a su médico.
En esa visita, le hablará de sus síntomas y de la lesión. También le hará un examen físico y es posible que tenga que hacerse una radiografía, una resonancia magnética, una tomografía computarizada u otras pruebas.
8 preguntas que puede hacerle su médico
Tu médico querrá saber todo lo posible sobre lo que te ocurre en la rodilla. Esté preparado para responder a preguntas como:
¿Cuándo empezó el dolor?
Dónde le duele: la parte delantera, el centro, el lateral o la parte trasera de la rodilla?
Comenzó de forma repentina o lenta?
Cómo describiría el dolor: sordo, agudo o doloroso?
El dolor está siempre presente, o sólo de vez en cuando?
Hay hinchazón o enrojecimiento? Se siente caliente?
Alguna actividad mejora o empeora el dolor?
Su dolor comenzó debido a una lesión específica? Si es así, tu médico querrá detalles específicos de lo que sucedió, incluyendo lo que estabas haciendo y si tuviste que dejar de hacerlo de inmediato.
Tus respuestas darán al médico pistas sobre la causa de tu dolor. Por ejemplo, un sonido de chasquido o de chasquido puede significar que te has roto un ligamento. Si el dolor empeora cuando descansa y la rodilla está rígida al levantarse, podría tener un tipo de artritis.
Su médico también le preguntará por:
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Problemas con cualquier otra articulación
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Cualquier lesión o cirugía de rodilla que haya tenido
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Otros problemas de salud que puedan estar causando el dolor
Un problema de cadera, por ejemplo, puede hacer que camines con torpeza, lo que desvía la alineación de tus rodillas, causando dolor. Además, el dolor de la cadera puede hacer que te duela la rodilla.
Informa a tu médico de lo que ya has probado para tratar el dolor de rodilla, como medicamentos, aparatos ortopédicos y fisioterapia.
Examen físico
En primer lugar, su médico comparará su rodilla dolorosa con la sana, buscando cualquier diferencia.
Además del enrojecimiento, la hinchazón, los hematomas y la decoloración, el médico comprobará si hay diferencias en los músculos. El dolor de rodilla suele producirse cuando los músculos exteriores del muslo son más fuertes que los de la parte media del muslo (lo que hace que la rótula se desvíe del camino), por lo que el médico prestará especial atención al vasto medial, un músculo de la parte media del muslo que se extiende hasta la rodilla.
El médico también le palpará la rodilla, comprobando si hay dolor, calor e hinchazón. A continuación, doblará, enderezará, rotará o presionará la rodilla para detectar lesiones y averiguar si la rodilla se mueve bien y dónde está el dolor.
Pruebas de imagen
Dependiendo de su historial médico y de los hallazgos del examen físico, su médico puede recomendar una o más de estas pruebas para ver el interior de su rodilla:
Radiografía. Esta prueba rápida e indolora produce una imagen bidimensional de sus huesos que ayuda a encontrar roturas y enfermedades articulares como la artrosis.
TAC. Combina radiografías tomadas desde muchos ángulos diferentes para ofrecer una visión tridimensional de la rodilla. Esta prueba muestra muchos más detalles de los huesos que las radiografías normales, y puede ayudar a diagnosticar problemas óseos y a encontrar roturas en los huesos que las radiografías no pueden detectar.
Gammagrafía ósea. Esta prueba crea imágenes de los huesos en una pantalla de ordenador o en una película. En primer lugar, se le inyecta un material radiactivo inofensivo en el torrente sanguíneo. El material se acumula en los huesos, sobre todo en las zonas anormales de los mismos, y aparece en un escáner.
RESONANCIA MAGNÉTICA. En esta prueba, un potente imán conectado a un ordenador crea imágenes de zonas del interior de la rodilla. Es útil para detectar daños en los tejidos blandos, como músculos, ligamentos, cartílagos y tendones.
Pruebas de laboratorio
Su médico puede solicitar pruebas de laboratorio para confirmar un diagnóstico. Por ejemplo, un análisis del líquido extraído de la rodilla puede detectar una infección, una inflamación o la gota. El procedimiento también puede ayudar a aliviar el dolor y la presión.