Vas a salir a correr cuando te empiezan a doler los pies. O te enteras de que una estrella del fútbol se ha quedado en el banquillo durante toda la temporada tras oír un fuerte chasquido en la rodilla. O conoces a alguien que jugaba al fútbol y ahora tiene molestos dolores en la cadera.
Una y otra vez, los médicos especialistas en medicina deportiva ven a personas que acuden con ciertas lesiones deportivas y de ejercicio en las caderas, las rodillas, los tobillos y los pies. Cuáles son algunos de estos problemas comunes y qué se puede hacer con ellos?
Cadera e ingle
Varias lesiones comunes pueden atacar en esta zona.
Moretones: Estos pueden ocurrir si se da una mala caída al suelo o se recibe un golpe en la cadera durante un deporte de contacto.
Esguinces: Si te cortas rápidamente hacia un lado mientras corres, o te paras y te pones en marcha demasiado rápido, puedes sufrir una distensión en la ingle, en los isquiotibiales (parte posterior del muslo) o en los cuádriceps (parte anterior del muslo). El tratamiento de estas distensiones musculares suele ser la fisioterapia y el reposo.
Rotura del labrum: El labrum es un anillo de cartílago que rodea la cavidad de la cadera. Ayuda a sostener y estabilizar la articulación. Durante la actividad física, si el labrum se pellizca repetidamente entre la cavidad y la cabeza del hueso del muslo, puede acabar desgarrándose. Es más probable que ocurra en actividades como la gimnasia, la danza u otras actividades en las que se necesita una amplia gama de movimientos en las caderas.
Los médicos diagnostican los desgarros del labrum mediante una resonancia magnética. Los casos más leves no suelen requerir cirugía, pero los más graves y dolorosos pueden requerir una operación.
Rodillas
Las rodillas pueden doler por muchos motivos. También son vulnerables si tienes que pivotar mucho. La rodilla es una articulación de bisagra que puede tener una variedad de lesiones, incluyendo estas:
Rodilla de corredor. Los corredores con músculos del muslo débiles o desequilibrados pueden tener rótulas que se mueven lateralmente y rozan de forma anormal contra el hueso del muslo, causando dolor.
Lesiones de los ligamentos de la rodilla: Si la rodilla se gira repentinamente, se oye un chasquido y se hincha, podría tratarse de una lesión del LCA, o ligamento cruzado anterior. Las mujeres son más propensas a sufrir lesiones del LCA que los hombres, pero pueden ocurrirle a cualquiera.
Si practicas deportes de equipo, como el fútbol, los traumatismos en la rodilla pueden dañar los ligamentos; por ejemplo, si la rodilla se golpea durante un bloqueo o una entrada. Si se golpea desde el exterior, el ligamento colateral interno de la rodilla puede estirarse o incluso romperse.
Fortalecer la rodilla con ejercicios específicos y tener un buen equilibrio ayudará a prevenir las roturas de ligamentos. Llevar una férula en la rodilla también podría ayudar, pero pregunta a tu médico si la necesitas.
Tobillos y pies
La parte inferior de la pierna es propensa a muchas lesiones comunes, como los dolores de espinilla, la distensión de la pantorrilla, la tendinitis de Aquiles y los esguinces y fracturas.
Los esguinces de tobillo son comunes y causan hinchazón, hematomas y dolor, más a menudo en la parte exterior del pie. A menudo, estos esguinces se pueden tratar en casa con reposo, aplicación de hielo y elevación del tobillo, y compresión. Si el esguince es más grave, puede ser necesario entablillar el tobillo o intervenir quirúrgicamente. Después de un esguince de tobillo grave, es posible que necesites fisioterapia para rehabilitar y fortalecer el tobillo afectado.
Fracturas por estrés en el pie: Se trata de pequeñas grietas en el hueso, que pueden producirse cuando los pies golpean repetidamente el suelo. Se trata de una lesión por uso excesivo, que se produce sobre todo cuando se corre o se realiza una actividad de alto impacto.
Problemas del tendón de Aquiles: El tendón de Aquiles puede sufrir una distensión o incluso un desgarro, y es más probable que se produzca en actividades en las que se empuja, como durante un salto. Si se trata de una distensión leve, puede curarse por sí sola. Pero si se desgarra por completo, es posible que haya que operar para repararlo. También puede producirse una tendinitis de Aquiles, en la que el tendón se inflama debido a su uso excesivo.
Después de cualquier tipo de lesión en el tobillo o en el pie, acude al médico si te duele mucho o te cuesta apoyar tu peso en él.
Prevención
Estos sencillos pasos pueden ayudarte a prevenir las lesiones de la parte inferior del cuerpo.
Asegúrate de llevar un calzado adecuado a tu deporte y en buen estado.
Calienta siempre antes de empezar un partido o un entrenamiento.
Pregunta a tu médico o al entrenador de tu equipo si necesitas plantillas para sujetar tus pies, o si te ayudaría ponerte cinta adhesiva o una férula en los tobillos para mejorar la estabilidad.
Utiliza el calzado adecuado para una actividad, como las zapatillas de correr para correr y las de baloncesto para el baloncesto.
No hagas demasiado, ni demasiado duro, ni demasiado pronto. El descanso, o los días más fáciles, deben formar parte de tu plan de entrenamiento.
No corras sobre superficies irregulares.
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