Síndrome de dolor crónico: Síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento

El dolor es la reacción normal del cuerpo a una lesión o enfermedad, un aviso de que algo va mal. Cuando el cuerpo se cura, suele dejar de doler.

Pero para muchas personas, el dolor continúa mucho después de que su causa haya desaparecido. Cuando dura de 3 a 6 meses o más, se denomina dolor crónico. Cuando te duele día tras día, puede pasar factura a tu salud emocional y física.

Alrededor del 25% de las personas con dolor crónico llegan a padecer una enfermedad denominada síndrome de dolor crónico (SDC). Es entonces cuando las personas tienen síntomas que van más allá del dolor, como la depresión y la ansiedad, que interfieren en su vida cotidiana.

El SDC puede ser difícil de tratar, pero no es imposible. Una combinación de tratamientos como el asesoramiento, la fisioterapia y las técnicas de relajación pueden ayudar a aliviar el dolor y los demás síntomas que lo acompañan.

¿Qué causa el síndrome de dolor crónico?

Los médicos no saben exactamente qué causa el SPC. A menudo comienza con una lesión o una condición dolorosa como:

  • Artritis y otros problemas articulares

  • Dolor de espalda

  • Dolores de cabeza

  • Tensiones y esguinces musculares

  • Lesiones por esfuerzo repetitivo, cuando el mismo movimiento una y otra vez pone en tensión una parte del cuerpo

  • Fibromialgia, una enfermedad que provoca dolor muscular en todo el cuerpo

  • Daños en los nervios

  • Enfermedad de Lyme

  • Rotura de huesos

  • Cáncer

  • Reflujo ácido o úlceras

  • Enfermedad inflamatoria del intestino (EII)

  • Síndrome del intestino irritable (SII)

  • Endometriosis, cuando el tejido del útero crece fuera de él

  • Cirugía

Las raíces del SPI son tanto físicas como mentales. Algunos expertos creen que las personas que lo padecen tienen un problema con el sistema de nervios y glándulas que el cuerpo utiliza para manejar el estrés. Eso les hace sentir el dolor de forma diferente.

Otros expertos dicen que el SPI es una respuesta aprendida. Cuando uno siente dolor, puede empezar a repetir ciertos comportamientos malos... incluso después de que el dolor haya desaparecido o haya disminuido.

El SPI puede afectar a personas de todas las edades y de ambos sexos, pero es más frecuente en las mujeres. Las personas con depresión grave y otros trastornos mentales son más propensas a padecer el SPI.

Síntomas

El SPI afecta a tu salud física, a tus emociones e incluso a tu vida social con el tiempo. El dolor puede provocar otros síntomas, como:

  • Ansiedad

  • Depresión

  • Dormir mal

  • Sentirse muy cansado o agotado

  • Irritabilidad

  • Culpabilidad

  • Pérdida de interés por el sexo

  • Abuso de drogas o alcohol

  • Problemas matrimoniales o familiares

  • Pérdida de empleo

  • Pensamientos suicidas

Algunas personas con SPI necesitan tomar cada vez más medicamentos para controlar su dolor, lo que puede hacerlas dependientes de estos fármacos.

Cómo obtener un diagnóstico

Su médico le preguntará sobre cualquier enfermedad o lesión que haya podido iniciar el dolor. También te harán otras preguntas para saber más sobre el tipo de dolor que sientes y desde cuándo lo tienes:

  • Cuándo empezó el dolor?

  • En qué parte del cuerpo te duele?

  • Cómo se siente el dolor? Es palpitante, punzante, punzante, agudo, pellizcante, urticante, ardiente, etc.?

  • En una escala del 1 al 10, ¿cuál es la intensidad de su dolor?

  • Qué parece desencadenar el dolor o empeorarlo?

  • Algún tratamiento lo ha aliviado?

Las pruebas de imagen pueden mostrar si tiene daños en las articulaciones u otros problemas que causen dolor:

  • TAC, o tomografía computarizada. Es una potente radiografía que realiza imágenes detalladas del interior de tu cuerpo.

  • Resonancia magnética, o imagen de resonancia magnética. Utiliza imanes y ondas de radio para obtener imágenes de los órganos y estructuras de tu interior.

  • Rayos X. Utiliza la radiación en dosis bajas para hacer imágenes de las estructuras de su cuerpo.

Tratamientos

Para tratar su dolor, puede visitar:

  • Su médico de atención primaria

  • Un especialista para la condición médica que está causando su dolor - por ejemplo, un reumatólogo para tratar la artritis

  • Una clínica o centro del dolor

Su médico adaptará su terapia al origen de su dolor. Es posible que recibas uno o varios de estos tratamientos:

  • Fisioterapia, que incluye calor o frío en la parte que le duele, masajes, ejercicios de estiramiento y estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS)

  • Terapia ocupacional

  • Asesoramiento, terapia individual o de grupo

  • Aparatos ortopédicos

  • Técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación

  • Biorretroalimentación

  • Estimulación de la médula espinal

  • Bloqueos nerviosos

  • Analgésicos como los AINE, antidepresivos, anticonvulsivos y relajantes musculares

  • Cirugía para tratar la afección que causó el dolor

Cuándo llamar a un médico por su dolor

Un poco de dolor puede ser normal, especialmente si has tenido recientemente una lesión, enfermedad o cirugía. Llame a su médico si el dolor es intenso, no cesa o le impide realizar sus actividades habituales de cada día.

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