La buena noticia es que hay medidas naturales que puedes incorporar a tu rutina diaria y que pueden ayudar a reducir tanto el estrés como el dolor resultante?
La respuesta del cuerpo al estrés
Para entender cómo funciona el alivio natural del dolor, es importante comprender cómo afecta el estrés a tu cuerpo. El dolor y el estrés tienen un efecto similar en el cuerpo: el ritmo cardíaco y la presión arterial aumentan, la respiración se vuelve rápida y superficial, y los músculos se tensan.
Puedes sentir la respuesta de tu cuerpo cuando te enfrentas a un acontecimiento repentino y estresante, como el temor de que un coche esté a punto de atropellarte. El coche no te atropella y, con el tiempo, tu sistema vuelve a la normalidad. Te relajas.
El episodio provoca la liberación de hormonas como el cortisol, que puede ayudarte a afrontar un gran reto. Pero si ocurre con demasiada frecuencia, puede empezar a hacer mella en el sistema inmunitario de tu cuerpo, lo que dificulta la lucha contra las infecciones y las enfermedades.
El estrés también puede provocarle esa sensación de mariposas en el estómago y podría aumentar su conciencia de dolor, hinchazón y náuseas. Algunas personas incluso empiezan a vomitar cuando sienten una presión importante. Este es el efecto del estrés no sólo en el estómago, sino también en el tracto digestivo. Incluso puede afectar a la función mental y al estado de ánimo, en parte debido a los receptores hormonales especiales del intestino que están vinculados al cerebro.
Con el estrés crónico, como la preocupación por la salud o las finanzas, la sensación de estar atrapado en un mal trabajo o matrimonio, o el miedo a que ocurra algo malo, el sistema nervioso mantiene al cuerpo en alerta. Esto tiene un gran impacto en el cuerpo. Los niveles de hormonas del estrés aumentan y los músculos permanecen en un estado de tensión casi constante. También puede hacer que tu cuerpo esté en un estado crónico de inflamación, lo que puede conducir a la presión arterial alta, el ataque al corazón y el accidente cerebrovascular.
Técnicas de relajación para el alivio natural del dolor
Los ejercicios de relajación calman la mente, reducen la cantidad de hormonas del estrés en la sangre, relajan los músculos y elevan la sensación de bienestar. Utilizarlos con regularidad puede provocar cambios a largo plazo en tu cuerpo para contrarrestar los efectos nocivos del estrés.
No te estreses tratando de elegir la técnica de relajación "correcta" para el alivio natural del dolor. Elige cualquier técnica que te relaje, como la música, la oración, la jardinería, el paseo o la conversación telefónica con un amigo. Aquí tienes otras técnicas que puedes probar:
-
Respiración cuádruple: respira profundamente para que tu abdomen se expanda y contraiga como un globo con cada respiración. Inhala contando hasta cuatro, mantén la cuenta hasta cuatro, exhala contando hasta cuatro y mantén la cuenta hasta cuatro. Repite la operación durante diez ciclos.
-
Respira lenta y profundamente. Por ejemplo, imagine una escena tranquila en la que se sienta cómodo, seguro y relajado. Incluya colores, sonidos, olores y sus sentimientos. Hazlo durante 5 a 10 minutos cada día.
-
Cambia tu forma de pensar sobre el dolor y sobre ti mismo. Por ejemplo, cambia "El dolor me impide mantener la casa como antes, así que soy un fracaso" por "Nadie morirá si la casa no está perfecta. Puedo hacer muchas cosas dividiendo las tareas en pasos de bebé".
-
Hipnosis... Los hipnoterapeutas pueden inducir la hipnosis e implantar sugestiones, como "Esta noche vas a... dormir profundamente". Graba la sesión para poder repetirla en casa.
-
Meditación de atención plena: siéntate o túmbate en silencio y observa tu respiración sin controlarla. Si el dolor o los pensamientos interfieren, simplemente obsérvalos sin tratar de apartarlos. Piensa en ellos como en una nube que pasa por encima; luego vuelve a observar tu respiración. Haz esto durante unos 20 minutos.
