Si tienes dolor, tu médico tiene muchas formas de averiguar cuál es la causa. Le preguntará sobre sus síntomas y su historial médico, incluyendo cualquier enfermedad, lesión o cirugía.
El médico también le examinará y puede pedirle análisis de sangre o radiografías. Entre las pruebas que pueden ayudar a determinar la causa de su dolor están:
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Tomografía computarizada: La tomografía computarizada utiliza rayos X y ordenadores para producir una imagen de un corte transversal del cuerpo. Durante la prueba, usted se tumba lo más quieto posible sobre una mesa. Se moverá a través de un gran dispositivo de exploración con forma de rosquilla. A veces, el médico puede inyectar una solución en una vena antes de la exploración. Esto puede facilitar la visualización de lo que ocurre en el interior. La mayoría de las exploraciones por TC duran entre 15 minutos y una hora.
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Resonancia magnética:La resonancia magnética puede ofrecer a su médico imágenes claras sin necesidad de rayos X. Esta prueba utiliza un gran imán, ondas de radio y un ordenador para obtener imágenes. Una resonancia magnética puede durar entre 15 minutos y más de una hora, dependiendo del número de imágenes que se tomen. Para ciertas resonancias magnéticas, se necesitará una inyección de un material de contraste para ayudar a obtener imágenes más claras. Debido a que la resonancia magnética utiliza imanes, algunas personas, como las que tienen marcapasos, no deberían someterse a ella.
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Bloqueos nerviosos: Estas pruebas pueden tratar y diagnosticar la causa de tu dolor. El médico inyecta algo para adormecer el dolor (un anestésico) en las localizaciones nerviosas. Pueden utilizar una prueba de imagen para encontrar el lugar más adecuado para la aguja. Su respuesta al bloqueo nervioso puede ayudar a descubrir la causa del dolor o su origen.
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Discografía: Esta prueba es para las personas que están considerando la posibilidad de operarse por su dolor de espalda. Los médicos también la utilizan cuando quieren hacer pruebas antes de decidir un tratamiento. Durante esta prueba, se inyecta un tinte en el disco que se cree que está causando el dolor. El tinte perfila las zonas dañadas en las radiografías.
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Mielograma: Esta prueba también sirve para el dolor de espalda. Durante una mielografía, se inyecta un tinte en su canal espinal. La prueba ayuda a identificar la compresión de los nervios causada por hernias discales o fracturas.
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EMG: Un electromiograma permite a los médicos comprobar la actividad muscular. El médico introduce finas agujas en los músculos para medir su respuesta a las señales eléctricas.
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Escáneres óseos: Ayudan a diagnosticar y rastrear infecciones, fracturas u otros trastornos en el hueso. Un médico inyecta una pequeña cantidad de material radiactivo en el torrente sanguíneo. El material se acumula en los huesos, especialmente en las zonas que no son normales. A continuación, un ordenador puede identificar esas zonas específicas.
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Imágenes por ultrasonido: También llamada ecografía o sonografía, esta prueba utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para obtener imágenes del interior del cuerpo. Los ecos de las ondas sonoras se registran y se muestran como una imagen en tiempo real.