Hiperactividad: ¿Realidad médica o excusa conveniente?

En contra de lo que afirman algunos críticos, existen pruebas convincentes de que el TDAH es un trastorno real con una fuerte base biológica y que suele estar infradiagnosticado.

Hiperactividad: ¿Realidad médica o excusa conveniente?

TDAH

Por el doctor Ronald Pies De los archivos del médico

Pocos diagnósticos en psiquiatría han suscitado tanta controversia como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Para algunos críticos, la etiqueta "TDAH" no es más que una excusa para que los padres frustrados y los médicos demasiado entusiastas puedan "medicar" los comportamientos molestos de los niños. Otros críticos admiten que el TDAH existe, pero creen que está sobrediagnosticado. Aunque a veces hay una pizca de verdad en estas afirmaciones, en la actualidad hay estudios clínicos y de investigación convincentes que demuestran que el TDAH es un trastorno real con una fuerte base biológica, y que, en todo caso, el TDAH suele estar infradiagnosticado.

La biología del TDAH

Aunque el TDAH no se hereda como el pelo rubio o los ojos azules, las probabilidades de que ambos miembros de una pareja de gemelos idénticos tengan TDAH son mucho mayores que las de los gemelos fraternos. Esto sugiere que cuanto más coincidan los genes de un gemelo con los del otro, más probable será que compartan el trastorno. Además, los estudios sobre la actividad cerebral han demostrado que, en los niños con TDAH, las regiones frontales del cerebro son en realidad poco activas. Esto puede parecer desconcertante, dado que la "hiperactividad" se suele relacionar con el TDAH. Pero dado que las regiones frontales del cerebro ejercen una influencia calmante sobre las regiones más primitivas, la subactividad de los lóbulos frontales puede significar que estas regiones no están "manteniendo la tapa" de los comportamientos disruptivos.

En contra de la idea popular, no hay pruebas convincentes de que el TDAH esté causado por un exceso de azúcar en la dieta. Además, los últimos 20 años han dejado claro que los niños con TDAH no siempre "superan" el trastorno. Entre el 4 y el 30 por ciento de los niños con TDAH mostrarán síntomas en la edad adulta, dependiendo de si contamos sólo el trastorno completo o incluso algunos síntomas del TDAH.

Imaginando el TDAH

¿Qué aspecto tiene el TDAH en los niños? Pensemos en Shawn, un niño de 11 años que fue un "niño problemático" durante más de cinco años. A partir de los 5 años, Shawn tenía problemas para permanecer sentado en clase. Los profesores se quejaban de que Shawn se movía, se retorcía en su asiento o incluso se levantaba después de media hora de clase. A veces corría por el aula, a pesar de las firmes instrucciones del profesor para que se sentara. Shawn tenía grandes dificultades para prestar atención al profesor y parecía estar "en una nube" durante la clase. Casi nunca cumplía con los deberes, las tareas o las obligaciones, ni en la escuela ni en casa. Cualquier tarea que requiriera más de unos minutos de atención sostenida estaba más allá de la capacidad de Shawn. Se distraía fácilmente con el más mínimo ruido y le costaba recordar incluso las instrucciones más sencillas. A veces, Shawn soltaba las respuestas antes de que la pregunta se hubiera completado, y tenía dificultades para esperar su turno en la fila. A veces, Shawn interrumpía el juego de otros niños, exigiendo que le dejaran entrar en sus actividades.

Aunque este cuadro es bastante típico de los chicos con TDAH, este trastorno puede declararse de otras maneras. Aunque muchos estudios sugieren que el TDAH es más común en los niños que en las niñas, esto puede reflejar el hecho de que las niñas tienden a ser menos disruptivas que los niños y, por lo tanto, provocan menos quejas de los padres y profesores. Por lo tanto, los problemas de atención graves en las niñas pueden deberse al TDAH, aunque el comportamiento exterior parezca normal. Por supuesto, hay muchos otros problemas que pueden causar una atención deficiente en los niños, desde el aburrimiento hasta la mala enseñanza o la depresión. Por eso el diagnóstico del TDAH infantil debe hacerse tras una cuidadosa evaluación por parte de un profesional de la salud mental y/o un pediatra. En los adultos, el TDAH no tratado puede aparecer bajo la forma de "trastorno de la personalidad", abuso de alcohol, irritabilidad o comportamientos antisociales.

Tratamiento

El pilar del tratamiento del TDAH es la medicación estimulante, como el metilfenidato (Ritalin). Numerosos estudios a corto plazo han demostrado que estos agentes son seguros y eficaces, aunque los datos a largo plazo son escasos. Aunque se sabe que los adolescentes sin TDAH abusan de los estimulantes, esto es muy raro entre los que padecen TDAH. Los estimulantes no hacen que el individuo con TDAH se sienta "drogado", sólo normal. Para la mayoría de los niños con TDAH, es esencial una alianza de trabajo entre los padres, los médicos y los profesores, ya que estos niños necesitan tanto un entorno educativo estructurado como un programa de modificación de la conducta que les ayude a aprender a manejar sus actos disruptivos o agresivos. Por último, los adultos con TDAH también pueden beneficiarse de una combinación de medicación y asesoramiento.

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