¿Qué más provoca los síntomas del TDAH? ¿Qué parece TDAH pero no lo es?

Los problemas que usted o su hijo tienen pueden no ser un trastorno o una enfermedad. ¿Qué cuestiones no médicas pueden confundirse con el TDAH y qué puede hacer usted al respecto?

Tal vez cometa errores por descuido en el trabajo y siga perdiendo las llaves. ¿Es TDAH si le cuesta seguir las presentaciones en las reuniones?

Antes de sacar conclusiones precipitadas, considera qué otra cosa podría estar causando este tipo de comportamientos. Puede que, después de todo, no se trate de una enfermedad y que sea algo que puedas solucionar fácilmente.

Deshidratación

Tu cerebro necesita agua para funcionar. Cuando tienes poco líquido, la química de tu cerebro se altera, y tu memoria y tu capacidad para pensar con claridad y tomar decisiones se resienten.

Bebe un vaso de agua cuando sientas que tus pensamientos no funcionan. Para ayudar a mantener tu cuerpo hidratado, toma uno con cada comida y al menos uno entre comidas. Bebe también antes, después y mientras haces ejercicio.

Dieta

Cuánto tiempo hace que no comes? Si estás malhumorado, de mal humor, somnoliento o confundido, puede ser porque tienes un nivel bajo de azúcar en la sangre.

Una comida o un tentempié saludable -como una ensalada de espinacas con salmón y aguacate, o un puñado de nueces- podría ayudarte a concentrarte. Sin embargo, comer muchos dulces podría ralentizar tu cerebro.

Cafeína

Un poco de cafeína puede ayudarte a concentrarte, pero demasiada puede ponerte nervioso e inquieto. Puede que no te des cuenta de la cantidad que tomas. Se encuentra en el chocolate y en algunos medicamentos para el dolor de cabeza, así como en el café, los tés negros y verdes, los refrescos y las bebidas energéticas. Y tomar cafeína a última hora del día puede provocar problemas para dormir, lo que también puede hacer que te distraigas.

Si te has excedido con la cafeína, retírala lentamente para evitar los desagradables síntomas de abstinencia.

Falta de sueño

Seamos realistas: Normalmente no hay suficientes horas en el día. Y ganar algo de tiempo trasnochando o madrugando puede parecer una solución. Pero cuando no duermes lo suficiente, tu juicio, tu estado de ánimo y tu capacidad de aprender y recordar se resienten. Es más probable que cometas errores.

Deja que tu cerebro descanse y se repare. Un horario regular, un ritual relajante a la hora de acostarse y unas condiciones cómodas en el dormitorio pueden ayudarle a conciliar el sueño más rápidamente. Para mejorar la calidad de su sueño, haga algo de ejercicio durante el día y limite la cantidad de comida y bebida justo antes de acostarse. Intenta reducir o evitar las siestas para favorecer el sueño nocturno.

Estrés

El estrés es la reacción de su cuerpo cuando se siente amenazado de alguna manera. Tu hijo puede tener problemas con una asignatura en el colegio, pelearse con un amigo o captar la tensión en casa. Tal vez tú estés intentando cumplir un plazo o estés preocupado por un gasto inesperado.

Es normal que pienses en lo que te molesta en lugar de en lo que deberías prestar atención, pero estar distraído puede acarrear problemas. El estrés prolongado también puede perjudicar a la memoria.

Para despejar la cabeza, empieza por reconocer que estás molesto o ansioso. Admitirlo ayudará a tu cuerpo a relajarse. Respira y anímate a pensar que las cosas se solucionarán. Da un paseo, sal a correr o haz algo de yoga para aliviar la tensión y sentirte más alerta.

Acoso escolar

Esto puede ser realmente estresante para los niños, especialmente cuando ocurre a través del correo electrónico, los mensajes de texto, una sala de chat o en un sitio web. Es difícil evitar el ciberacoso, y es fácil que otros se amontonen y lo amplifiquen. Los efectos del acoso pueden manifestarse en las notas, la actitud y la salud de los niños.

Habla con tu hijo sobre lo que ocurre. Si se trata de acoso, la mayoría de los centros escolares tienen programas de prevención y políticas antiacoso. Averigüe cuáles son estas políticas y compruebe que se están aplicando.

Apoye a su hijo de forma positiva para reforzar su autoestima y su confianza y quitarle poder al acosador. Ayúdale a descubrir cómo responder cuando ocurre y qué podéis hacer tú y ellos para detenerlo.

Aburrido o superdotado

Algunos niños, especialmente los superdotados, pueden aburrirse fácilmente y ser impulsivos, sobre todo en el colegio. Se quedan mirando por la ventana o se quedan dormidos en clase. Un niño superdotado también puede volverse mandón y no hacer amigos fácilmente porque se le ve como un "sabelotodo". No les gusta la rutina, se resisten a ser dirigidos y pueden ser perturbadores. Buscarán algo para mantener su mente ocupada.

Reúnete con el profesor de tu hijo para hablar sobre el entorno del aula y el trabajo escolar. Puede que tenga más información sobre lo que hay detrás del comportamiento, y puede que sea capaz de hacer ajustes para mantener a su hijo interesado.

Abuso de sustancias

Los problemas en la escuela o el trabajo, la mala memoria, el mal juicio y el mal humor son sólo algunos síntomas del abuso de drogas o alcohol. Lo que hay que buscar son grandes cambios en la apariencia, el comportamiento y la interacción con los demás.

Si crees que este puede ser el problema, acude a alguien -un consejero, un trabajador social, un médico o un miembro del clero- que pueda ayudarte a ti mismo, a tu hijo o a un ser querido. La adicción a las drogas puede tratarse con terapia conductual, a veces con medicamentos, y con apoyo.

Cuándo puede ser el TDAH

Un patrón continuo de comportamiento que sugiere falta de atención, hiperactividad o ser impulsivo podría ser TDAH si:

  • Comenzó antes de los 12 años

  • Ha durado más de 6 meses

  • Interfiere en la vida cotidiana

  • Ocurre en múltiples escenarios

El pediatra o el médico de atención primaria pueden diagnosticar el trastorno. Querrán escuchar a los padres, a los profesores y a otras personas que tengan contacto habitual con la persona. El médico puede hacer pruebas o hacer que te vea un especialista para descartar también otras causas.

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