Diagnóstico, pruebas y tratamiento de la osteoporosis

Conozca los aspectos básicos del diagnóstico y el tratamiento de la osteoporosis de la mano de los expertos en salud de doctor.

¿Cómo se diagnostica la osteoporosis?

Si su médico cree que puede tener osteoporosis, puede empezar midiendo su estatura para ver si se ha vuelto más bajo. Los huesos de la columna vertebral suelen ser los primeros en verse afectados por la enfermedad, lo que puede modificar su estatura.

Su médico también puede recomendarle una prueba para medir su densidad ósea. Una prueba denominada DEXA (absorciometría de rayos X de doble energía) es la herramienta más utilizada para medir la densidad ósea y diagnosticar la pérdida de masa ósea y la osteoporosis en una fase temprana. La tomografía computarizada cuantitativa es otro método, pero utiliza niveles de radiación más altos que otras pruebas de densidad ósea. La ecografía, que suele examinar el talón del pie, también puede detectar signos tempranos de osteoporosis.

Además de estas pruebas de densidad ósea, el médico puede tomar muestras de sangre o de orina y analizarlas para ver si tiene otra enfermedad que cause pérdida de masa ósea.

Aunque la osteoporosis se diagnostica a veces por accidente después de una radiografía por una fractura o una enfermedad, no es una herramienta muy útil para la detección temprana.

Medicamentos para la osteoporosis

El objetivo de la mayoría de los medicamentos para la osteoporosis es ayudar a que sus huesos se mantengan lo más fuertes posible. Pero cada uno de ellos actúa de forma diferente:

Los bifosfonatos, como el alendronato (Binosto, Fosamax), el ácido ibandronato (Boniva) y el ácido risedrónico (Actonel, Atelva), tratan la osteoporosis impidiendo que el organismo descomponga el hueso. Boniva se toma una vez al mes, mientras que los otros pueden tomarse semanalmente. Si toma estos medicamentos de forma incorrecta, pueden provocar úlceras en el esófago, por lo que es importante seguir las instrucciones al pie de la letra.

El ácido zoledrónico (Reclast, Zometa) es una infusión anual de 15 minutos que se administra por vía intravenosa. Es un bifosfonato que puede aumentar la resistencia de los huesos y reducir las fracturas de cadera, columna vertebral, muñeca, brazo, pierna o costilla. Los efectos secundarios más comunes son dolor de huesos, náuseas y vómitos. Las personas cuyos riñones no funcionan muy bien deben evitarlo o utilizarlo con precaución.

El raloxifeno (Evista) es un tratamiento para la osteoporosis que actúa como la hormona estrógeno y puede ayudar a mantener la masa ósea. Pero los estudios han demostrado que no tiene algunos de los inconvenientes de los estrógenos, como el aumento del riesgo de cáncer de mama o de útero. Evista suele provocar sofocos y aumenta la probabilidad de sufrir coágulos de sangre.

La abaloparatida (Tymlos) o la teriparatida (Forteo) sirven para tratar la osteoporosis en mujeres y hombres posmenopáusicos con mayor probabilidad de sufrir fracturas graves. Es una forma artificial de la hormona paratiroidea que produce el cuerpo, y es el primer fármaco que ha demostrado que hace que el cuerpo forme hueso nuevo y aumente la densidad mineral ósea. Se toma en forma de inyección diaria durante un máximo de dos años. Los efectos secundarios son náuseas, calambres en las piernas y mareos.

Romosozumab-aqqg (Evenity) es un anticuerpo monoclonal utilizado para tratar la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas con alto riesgo de fractura. Bloquea los efectos de la proteína esclerostina y actúa principalmente aumentando la formación de hueso nuevo. Se administra por inyección una vez al mes, con un límite de 12 dosis.

El denosumab (Prolia, Xgeva) trata la osteoporosis interfiriendo en el proceso de degradación ósea del organismo. Está destinado a las mujeres con mayor riesgo de fractura que han probado otros medicamentos para la osteoporosis que no han funcionado. Los efectos secundarios pueden incluir dolor de espalda, brazos y piernas... Se recibe una inyección de este medicamento dos veces al año.

La osteoporosis y la terapia hormonal sustitutiva (THS)

La terapia hormonal sustitutiva (THS), ya sea con estrógenos solos o con una combinación de estrógenos y progestágenos, está aprobada para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis en las mujeres.

El estudio Womens Health Initiative descubrió que, aunque los estrógenos reducen las posibilidades de que las mujeres sufran fracturas, pueden hacerlas más propensas a tener otros problemas de salud. Se demostró que los estrógenos conjugados/acetato de medroxiprogesterona (Prempro), un tipo de terapia hormonal sustitutiva combinada, aumentan las posibilidades de que algunas mujeres padezcan cáncer de mama, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, la Premarina por sí sola no aumentó el riesgo de cáncer de mama.

Por lo tanto, aunque la THS puede ayudar a preservar los huesos y prevenir las fracturas en las mujeres posmenopáusicas, es posible que su médico quiera que utilice primero otros medicamentos. Hable con su médico sobre la THS y sus beneficios y riesgos.

Nutrición para fortalecer los huesos

Su dieta es una parte importante del tratamiento y la prevención de la osteoporosis, especialmente la obtención de suficiente calcio para construir y mantener huesos fuertes. Coma muchos alimentos ricos en calcio, como leche descremada o baja en grasa, yogur bajo en grasa, brócoli, coliflor, salmón, tofu y verduras de hoja verde. Un vaso de leche desnatada tiene la misma cantidad de calcio que la leche entera: 300 miligramos.

Las mujeres de hasta 50 años deben tomar 1.000 miligramos de calcio al día. Las mujeres mayores necesitan 1.200 miligramos al día.

Para los hombres, la cantidad de calcio recomendada es de 1.000 miligramos al día entre los 25 y los 70 años y de 1.200 miligramos al día a partir de los 71 años.

El cuerpo también necesita vitamina D para absorber el calcio y moverlo dentro y fuera de los huesos. Los adultos de 19 a 70 años necesitan 600 unidades internacionales al día y los de 71 años en adelante necesitan 800 unidades internacionales al día. Los pescados grasos como el salmón y el atún son buenas fuentes. Pero no hay muchos otros alimentos ricos en vitamina D, por lo que puede ser necesario tomar un suplemento para obtener la cantidad suficiente.

Dado que los suplementos de calcio pueden impedir que el cuerpo absorba ciertos medicamentos, consulta con tu médico antes de empezar a tomarlos si estás tomando alguna medicación. Es posible que tenga que tomar los suplementos a una hora del día diferente a la de sus otros medicamentos.

Cómo comer para la salud de los huesos

Junto con los alimentos que son naturalmente ricos en calcio, hay otras maneras de obtener más de él en su dieta:

  • Añada leche en polvo descremada a las comidas y bebidas cotidianas, como sopas, guisos y estofados. Cada taza de leche en polvo añade aproximadamente un tercio del calcio que necesita cada día.

  • Evite los alimentos con mucho fósforo, que pueden favorecer la pérdida de masa ósea. Entre ellos están las carnes rojas, los refrescos y los que tienen aditivos alimentarios con fosfato. Beber mucho alcohol y cafeína también puede reducir la cantidad de calcio que el cuerpo absorbe. Las personas con osteoporosis deben evitar consumir demasiado.

  • Algunas personas dicen que las mujeres posmenopáusicas deberían consumir más estrógenos vegetales, especialmente a través de artículos como el tofu, la leche de soja y otros productos de soja. La idea es evitar que los niveles de estrógeno bajen. Sin embargo, no hay pruebas que demuestren que estas cosas ayuden a prevenir o retrasar la osteoporosis.

Ejercita tus huesos

El ejercicio es una forma clave de mantener los huesos fuertes. Asegúrate de hacer dos tipos principales:

  • Ejercicio de carga, que pone en tensión a los huesos. Correr, caminar, el tenis, el ballet, subir escaleras y el aeróbic entran en esta categoría.

  • Ejercicios de fortalecimiento muscular, como el levantamiento de pesas

Para obtener el máximo beneficio, debes intentar hacer tus ejercicios al menos tres veces por semana durante 30-45 minutos, pero incluso hacer un poco cada vez ayuda.

La natación y el ciclismo, aunque son buenos ejercicios para el corazón, no parecen ser tan útiles para prevenir la osteoporosis porque no soportan peso, es decir, no hacen que los huesos trabajen y se fortalezcan.

Osteoporosis y salud mental

Es importante reconocer que la osteoporosis puede tener un coste emocional y recibir tratamiento para ello también. La depresión es común en las personas con esta enfermedad.

La osteoporosis puede dañar su imagen personal. Es posible que se vea a sí mismo como alguien frágil y que tenga demasiado miedo de romperse un hueso como para realizar las actividades que siempre le han gustado. Si las fracturas por compresión de la columna vertebral han provocado un grave redondeo de la parte superior de la espalda, es posible que no le guste su aspecto.

Considere la posibilidad de hacer terapia o acudir a un grupo de apoyo. La Fundación Nacional de la Osteoporosis patrocina grupos de apoyo locales denominados Building Strength Together. Puedes encontrar uno, unirte a uno o empezar uno en su página web. Y el mismo ejercicio que mantiene los huesos fuertes también puede mejorar tu estado de ánimo.

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