Conozca las alternativas a la cirugía de sustitución articular para aliviar el dolor de rodilla y sepa cuándo debe plantearse la cirugía.
Medicamentos que se toman por vía oral.
Las opciones de venta libre incluyen el paracetamol (Tylenol), así como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno (Advil, Motrin) o el naproxeno (Aleve). Los AINE combaten la inflamación. Los AINE más potentes se pueden adquirir con receta médica.
Cremas o ungüentos que se frotan sobre la piel.
Hay diferentes formas que se venden sin receta. Puedes obtener versiones más fuertes con receta médica.
Medicamentos inyectados en la articulación.
Las inyecciones de corticosteroides, también llamadas inyecciones de cortisona, combaten la inflamación y pueden ofrecer un rápido alivio del dolor que puede durar hasta varios meses. Las inyecciones de ácido hialurónico refuerzan el líquido articular natural que mantiene las rodillas en movimiento. Pueden tardar un par de meses en surtir todo su efecto, pero pueden durar hasta 6 meses o más.
Ejercicio y fisioterapia.
El ejercicio fortalece los músculos que sostienen la rodilla. La fisioterapia también ayuda. Un fisioterapeuta puede diseñar el programa para ti y ver si necesitas aparatos ortopédicos de apoyo, férulas o bastones. Si necesitas perder peso, la dieta y el ejercicio pueden ayudarte a perder algunos kilos y a aliviar parte de la presión sobre las rodillas.
Pérdida de peso.
Cada kilo que ganes pone un kilo extra de presión en tus rodillas. Si eventualmente necesita una cirugía de reemplazo de rodilla, sus posibilidades de éxito son mucho mayores si primero pierde el peso extra.
Suplementos nutricionales.
Algunas personas toman glucosamina y condroitina para la OA. Los estudios sobre su eficacia han obtenido resultados contradictorios. Otro suplemento, llamado SAMe, ha demostrado funcionar tan bien como los analgésicos de venta libre y puede tener menos efectos secundarios. Sin embargo, tarda más en hacer efecto. Antes de empezar a tomar cualquier suplemento, aunque sea natural, díselo a tu médico para que pueda comprobar si hay efectos secundarios.
Estas opciones de tratamiento pueden proporcionar un alivio suficiente para que te muevas cómodamente. Si no lo hacen, si pierden eficacia con el tiempo o si no los toleras, tu médico puede sugerirte que te operes. Los dos tipos de cirugía que se recomiendan con más frecuencia para la OA de rodilla son la cirugía artroscópica y la cirugía de sustitución de rodilla.
Cirugía artroscópica
En este tipo de cirugía, el cirujano introduce un tubo delgado con una cámara diminuta en el extremo a través de una pequeña abertura en la piel para ver el interior de la rodilla. A continuación, el cirujano puede retirar el cartílago dañado, la cubierta lisa que protege los huesos de la articulación. La rodilla puede limpiarse o enjuagarse para eliminar los trozos de hueso o cartílago sueltos que puedan estar causando dolor.
La mayoría de las personas pueden volver a sus actividades habituales unos días después. La recuperación no suele ser dolorosa.
La cirugía artroscópica puede proporcionar un alivio a corto plazo del dolor y posiblemente retrasar una cirugía más compleja.
Cirugía de sustitución de rodilla
Si ha probado todas las demás opciones de tratamiento de la artrosis y sigue teniendo dolor de rodilla, su médico puede sugerirle la sustitución de rodilla. Puede ayudar a reducir su dolor y mejorar su capacidad de movimiento.
La cirugía de sustitución de rodilla consiste en retirar toda o parte de la articulación de la rodilla y sustituir las partes dañadas por una articulación artificial. Éstas se fabrican con metales y plásticos. En algunos casos, la operación puede realizarse de forma robotizada.
La recuperación total puede tardar meses, pero el alivio puede durar muchos años o incluso toda la vida.
Puede ser el momento de someterse a una cirugía de sustitución de rodilla si tiene:
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Dolor severo de rodilla que limita sus actividades cotidianas
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Dolor de rodilla moderado o severo mientras descansa, de día o de noche
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Inflamación e hinchazón de la rodilla de larga duración que no mejora con el reposo o los medicamentos
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Una inclinación hacia dentro o hacia fuera de la pierna
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No se alivia el dolor con los AINE o no los tolera