Medicamentos para la artrosis (de venta libre y con receta) y cirugía

El tratamiento actual de la artrosis puede ayudarle a vivir una vida sin dolor. Descubra más.

Aunque la artrosis no tiene cura, puede hacer mucho para aliviar el dolor y mantenerse activo. El tratamiento de la artrosis dependerá de varios factores, como la gravedad del dolor y el grado en que afecta a sus actividades cotidianas.

La artrosis suele progresar lentamente, con periodos en los que apenas hay cambios. Si la artrosis es leve o moderada, es probable que pueda controlar los síntomas con analgésicos de venta libre. Cuando éstos no funcionen, su médico le aconsejará los siguientes pasos en el tratamiento de la artrosis.

Medicamentos para el tratamiento de la artrosis

Analgésicos de venta libre

Analgésicos: Los medicamentos como el Tylenol, que contiene paracetamol, alivian el dolor leve o moderado con pocos efectos secundarios en la mayoría de las personas. El Tylenol suele ser el primer medicamento que se toma para el tratamiento del dolor de la artrosis.

Analgésicos tópicos: Las cremas, bálsamos o geles son analgésicos que alivian el dolor leve cuando sólo están afectadas unas pocas articulaciones, como la mano. También pueden utilizarse como complemento de los analgésicos orales. Entre sus ingredientes activos se encuentran la capsaicina (presente de forma natural en los pimientos picantes), el alcanfor, el aceite de eucalipto, el mentol y los salicilatos. ArthriCare, Aspercreme, BenGay, Capzasin-P, Eucalyptamint, Flexall, Icy Hot y Zostrix son analgésicos tópicos para el tratamiento de la artrosis.

Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): Estos fármacos alivian el dolor bloqueando las sustancias químicas que causan la inflamación. Son fármacos razonablemente seguros, pero debido a los posibles efectos secundarios, como la irritación del estómago y las hemorragias gastrointestinales, es mejor tomar dosis bajas durante períodos breves. Los AINE de venta libre son: Advil, Aleve, Anacin, Aspirina, Bayer y Motrin.

Suplementos de glucosamina-condroitina: Estos compuestos son sustancias naturales que se encuentran en el líquido articular. Se cree que activan la producción de cartílago y reducen la inflamación. Los últimos estudios demuestran su potencial para frenar la progresión de la artrosis de rodilla y aliviar el dolor de la artrosis de moderada a grave.

Medicamentos de prescripción

AINE de prescripción: Son versiones más fuertes de los analgésicos AINE, y se recetan cuando los analgésicos simples de venta libre no son eficaces. Son razonablemente seguros, pero pueden tener efectos secundarios si se toman en grandes dosis durante meses o años. La FDA exige una advertencia en la etiqueta sobre riesgos como el infarto de miocardio, la apoplejía y la hemorragia estomacal. Clinoril, Disalcid, Feldene, Indocin, Lodine, Mobic y Relafen son AINE de venta con receta.

Fármacos Cox-2: Este nuevo tipo de AINE se desarrolló para aliviar la inflamación sin la irritación estomacal de los AINE tradicionales. Estos fármacos son razonablemente seguros, pero aún existe cierto riesgo para el estómago. La FDA exige una advertencia en la etiqueta sobre el mayor riesgo de efectos secundarios cardiovasculares y hemorragias gastrointestinales. Otros dos fármacos Cox-2 fueron retirados del mercado por el mayor riesgo de ictus, infarto de miocardio y reacciones cutáneas potencialmente mortales. Celebrex es el único fármaco de Cox-2 que sigue en el mercado y se prescribe en el tratamiento de la artrosis.

Inyecciones de esteroides: El alivio rápido del dolor es posible cuando se inyectan glucocorticoides (un tipo de esteroide) en la articulación para el tratamiento de la artrosis. Suelen aconsejarse para el dolor de rodilla de moderado a intenso o para la inflamación que no se alivia con un AINE.

Inyecciones de hialuronano: El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra en el líquido articular. Administrado en forma de inyecciones semanales directamente en la articulación, aumenta la movilidad. Euflexxa, Hyalgan, Orthovisc, Supartz y Synvisc están aprobados para la artritis de rodilla de leve a moderada.

Analgésicos narcóticos: Estos analgésicos potentes contienen narcóticos y suelen combinarse con Tylenol. Estos fármacos actúan sobre los receptores del dolor en las células nerviosas, no sobre la inflamación. Existe el riesgo de dependencia con estos fármacos. Incluyen: Darvocet, Darvon, Lorcet, Lortab, Morfina, Oxycontin, Percocet, Tylenol con Codeína y Vicodin.

Tratamiento de la artrosis: La siguiente etapa

Si tiene un daño articular grave, un dolor intenso o un movimiento muy limitado a causa de la artrosis, es posible que necesite una intervención quirúrgica. Estos procedimientos alivian el dolor y permiten una mejor movilidad:

Cirugía artroscópica: Se trata de un procedimiento quirúrgico ambulatorio habitual para las rodillas y los hombros, que permite a los cirujanos reparar las superficies de las articulaciones dañadas, eliminando el cartílago suelto, reparando los desgarros de cartílago, como las roturas de menisco, y alisando las superficies óseas.

Ablación por radiofrecuencia (ARF): Se utiliza corriente eléctrica para calentar una pequeña zona de tejido nervioso, lo que disminuye las señales de dolor de ese tejido. El grado de alivio del dolor varía, pero este tratamiento de la artrosis ha demostrado ser útil para aliviar el dolor de las lesiones articulares.

Cirugía de sustitución articular: Cuando nada más ha funcionado, la articulación dañada puede sustituirse por una artificial. Las caderas y las rodillas son las que se sustituyen con más frecuencia, pero ahora existen articulaciones artificiales para los hombros, los dedos, los codos y la espalda.

Osteotomía: Cuando alguien es demasiado joven para la sustitución de una articulación, este procedimiento puede aumentar la estabilidad de una articulación de rodilla o cadera. Consiste en cortar el hueso para redistribuir el peso en la articulación, haciéndola más estable.

Fusión articular: También llamada artrodesis, esta cirugía consiste en fusionar dos huesos en cada extremo de una articulación, eliminando así la propia articulación. Se utiliza cuando las articulaciones están muy dañadas y causan mucho dolor. También se realiza cuando la sustitución de la articulación no es eficaz, como en el caso del tobillo. Aunque la articulación fusionada no es flexible, es más estable, soporta mejor el peso y deja de ser dolorosa, que son los puntos principales del tratamiento de la artrosis.

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