El médico habla de los síntomas comunes asociados a la osteoartritis.
El síntoma más común de la artrosis es el dolor en las articulaciones afectadas tras un uso repetitivo. El dolor de las articulaciones suele empeorar a última hora del día. Puede haber hinchazón, calor y crujidos en las articulaciones afectadas. El dolor y la rigidez de las articulaciones también pueden producirse tras largos periodos de inactividad, por ejemplo, al sentarse en un teatro. En la artrosis grave, la pérdida completa del cartílago provoca la fricción entre los huesos, causando dolor en reposo o dolor con movimiento limitado.
Los síntomas de la artrosis varían mucho de un paciente a otro. Algunos pacientes pueden verse debilitados por sus síntomas. Por otro lado, otros pueden tener muy pocos síntomas a pesar de la dramática degeneración de las articulaciones que se ve en las radiografías. Los síntomas también pueden ser intermitentes. No es raro que los pacientes con osteoartritis de manos y rodillas tengan intervalos de años sin dolor entre los síntomas.
La osteoartritis de las rodillas suele estar asociada a la obesidad o a un historial de lesiones repetidas y/o de cirugía articular. La degeneración progresiva del cartílago de las articulaciones de la rodilla puede provocar una deformidad y una curvatura hacia fuera de las rodillas, lo que se conoce como "piernas arqueadas". Los pacientes con artrosis de las articulaciones que soportan peso (como las rodillas) pueden desarrollar una cojera. La cojera puede empeorar a medida que se degenera el cartílago. En algunos pacientes, el dolor, la cojera y la disfunción articular pueden no responder a los medicamentos ni a otras medidas conservadoras. Por lo tanto, la artrosis severa de las rodillas es una de las razones más comunes para los procedimientos quirúrgicos de reemplazo total de rodilla en los Estados Unidos.
La artrosis de la columna vertebral provoca dolor en el cuello o en la parte baja de la espalda. Los espolones óseos que se forman a lo largo de la columna vertebral artrósica pueden irritar los nervios de la columna vertebral, causando dolor intenso, entumecimiento y hormigueo en las partes del cuerpo afectadas.
La artrosis provoca la formación de agrandamientos óseos duros en las pequeñas articulaciones de los dedos. El clásico agrandamiento óseo de la pequeña articulación del extremo de los dedos se denomina nódulo de Heberden, en honor a un médico británico. La deformidad ósea es el resultado de los espolones óseos de la artrosis en esa articulación. Otra protuberancia ósea (nódulo) común se produce en la articulación media de los dedos en muchos pacientes con artrosis y se denomina nódulo de Bouchard, en honor a un médico francés que estudió a los pacientes con artritis a finales del siglo XIX. Los nódulos de Heberden y Bouchard pueden no ser dolorosos, pero a menudo se asocian a una limitación del movimiento de la articulación. El aspecto característico de estos ganglios de los dedos puede ser útil para diagnosticar la artrosis. La artrosis de la articulación de la base de los dedos gordos del pie conduce a la formación de un juanete. La artrosis de los dedos de las manos y de los pies puede tener una base genética, y puede encontrarse en muchas mujeres de algunas familias.