El trastorno bipolar y el TDAH suelen diagnosticarse juntos en niños y adolescentes. El médico examina las similitudes y diferencias entre ambos trastornos y el tratamiento de cada uno de ellos.
La ciencia médica está aprendiendo más sobre el trastorno bipolar en niños y adolescentes. Pero esta enfermedad sigue siendo difícil de diagnosticar. Esto es especialmente cierto en el caso de los adolescentes, en los que la irritabilidad y el mal humor suelen coexistir como parte de una adolescencia normal. Un preadolescente o adolescente con cambios de humor puede estar pasando por una etapa de desarrollo difícil pero normal. O puede tener un trastorno bipolar con cambios de humor periódicos que pasan de la depresión a la manía.
Los síntomas del TDAH pueden coincidir con los del trastorno bipolar. Con el TDAH, un niño o adolescente puede tener un discurso rápido o impulsivo, inquietud física, problemas de concentración, irritabilidad y, a veces, un comportamiento desafiante o de oposición.
Según un estudio, los niños y adolescentes de hoy tienen 40 veces más probabilidades de ser diagnosticados de trastorno bipolar que hace 10 años. La razón no está del todo clara. La mayor tasa podría ser el resultado de una mayor concienciación por parte de los profesionales de la salud. Sin embargo, hay quienes dicen que podría ser el resultado de una falta de crianza que lleva a comportamientos que se etiquetan como enfermedades mentales u otras condiciones diagnosticadas erróneamente como trastorno bipolar.
Algunos estudios han demostrado que los niños y adolescentes diagnosticados con trastorno bipolar tienen más probabilidades que los adultos de ser diagnosticados también con TDAH.
Trastorno bipolar en la infancia
El trastorno bipolar es una enfermedad mental persistente y difícil. Cuando se produce en la infancia o en la adolescencia, puede alterar por completo la vida de una familia. El trastorno bipolar no diagnosticado, mal diagnosticado o mal tratado está relacionado con:
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Mayores tasas de intentos de suicidio y de consumación de los mismos
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Menor rendimiento académico
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Relaciones difíciles
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Mayores tasas de abuso de sustancias.
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Múltiples hospitalizaciones
En los adultos, el trastorno bipolar se caracteriza por cambios de humor que van de la depresión a la manía. La manía en el adulto se caracteriza por una menor necesidad de dormir, habla rápida, euforia, grandiosidad, irritabilidad, pensamientos acelerados y actividad frenética.
La definición de manía no está tan clara para el trastorno bipolar en la infancia. Algunos expertos afirman que estar irritable, de mal humor y negativo pueden ser los únicos signos de manía en los niños con trastorno bipolar. Y otros expertos sostienen que el trastorno bipolar infantil puede no ser ni siquiera la misma enfermedad que el trastorno bipolar de los adultos.
Lo que está claro, sin embargo, es que el trastorno bipolar es un diagnóstico cada vez más frecuente en los niños, incluidos los de edad preescolar.
Señales de alerta en niños y adolescentes
Con el trastorno bipolar, hay tanto síntomas maníacos como síntomas depresivos. Si su hijo o adolescente tiene cinco o más síntomas que duran al menos una semana, llame a su médico para obtener ayuda. Con medicamentos y/o psicoterapia, los profesionales de la salud mental pueden ayudar a estabilizar el estado de ánimo de su hijo. El tratamiento también puede disminuir o eliminar los pensamientos y comportamientos depresivos o maníacos.
Los síntomas maníacos incluyen:
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Cambios severos en el estado de ánimo, ya sea extremadamente irritable o excesivamente tonto y eufórico
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Autoestima excesivamente inflada, grandiosidad
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Más energía
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Puede ir con muy poco o nada de sueño durante días sin cansarse
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Habla demasiado y muy rápido, cambia de tema muy rápido o no se le puede interrumpir
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Distraído, la atención pasa constantemente de una cosa a otra
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Hipersexualidad, con más pensamientos, sentimientos o comportamientos sexuales; utiliza un lenguaje sexual explícito
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Más actividad dirigida a objetivos o agitación física
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No se preocupa por el riesgo, adopta conductas o actividades de riesgo
Los síntomas depresivos incluyen:
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Estado de ánimo triste o irritable que no desaparece
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Pérdida de interés en las actividades que antes disfrutaban
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Gran cambio en el apetito o en el peso corporal
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Dificultad para dormir o dormir en exceso
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Agitación o enlentecimiento físico
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Pérdida de energía
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Sentimientos de inutilidad o de culpabilidad inapropiados
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Dificultad para concentrarse
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Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio
En qué se diferencia el TDAH?
El trastorno bipolar es principalmente un trastorno del estado de ánimo. El TDAH afecta a la atención y al comportamiento; provoca síntomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
Mientras que el TDAH es crónico o continuo, el trastorno bipolar suele ser episódico, con períodos de estado de ánimo normal intercalados con depresión, manía o hipomanía.
Tratamiento del trastorno bipolar
Los médicos suelen tratar el trastorno bipolar en los jóvenes de la misma manera que lo hacen en los adultos. Utilizan medicamentos llamados estabilizadores del estado de ánimo, que incluyen anticonvulsivos como:
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Carbamazepina (Tegretol)
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Lamotrigina (Lamictal)
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Litio (Eskalith, Lithobod)
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Oxcarbazepina (Trileptal)
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Valproato (Depakote)
Los medicamentos antipsicóticos atípicos también pueden estabilizar el estado de ánimo. Incluyen:
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Aripiprazol (Abilify)
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Asenapina (Saphris)
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Lurasidona (Latuda)
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Quetiapina (Seroquel)
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Risperidona (Risperdal)
A veces, los médicos recetan una combinación de medicamentos, como un estabilizador del estado de ánimo y un antidepresivo.
Tratamiento del TDAH
El tratamiento del TDAH incluye medicamentos y terapia conductual. Los medicamentos para el TDAH pueden ser psicoestimulantes, no estimulantes o antidepresivos. Estos incluyen:
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Anfetamina y dextroanfetamina (Adderall, Adderall XR).
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Atomoxetina (Strattera)
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Bupropión (Wellbutrin)
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Dexmetilfenidato (Focalin, Focalin XR)
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Guanfacina (Intuniv)
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Dimesilato de lisdexanfetamina (Vyvanse)
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Metilfenidato (Concerta, Ritalin)
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Sales mixtas de un producto anfetamínico de una sola entidad (Mydayis)
Obtenga el diagnóstico y el tratamiento adecuados
Si el médico sospecha que su hijo padece un trastorno bipolar o un TDAH, pregunte cómo se ha realizado el diagnóstico y revise toda la información que ha aportado.
Haga que el médico evalúe a su hijo durante un período de tiempo, no durante una sola visita. Asegúrate de que habla con los profesores o de que recibe informes escritos de ellos.
Antes de decidir el tratamiento, pide una segunda opinión a un experto en psiquiatría infantil y juvenil.
Visite a su médico con frecuencia... para comprobar cómo funciona la medicación y los efectos secundarios.