Conozca lo básico sobre el diagnóstico y tratamiento de la amigdalitis de la mano de los expertos de doctor.
Para comprobar las amígdalas de su hijo, coloque suavemente el mango de una cuchara, si es posible, sobre su... lengua y pídale que diga "aaahhh" mientras usted ilumina la parte posterior de la garganta. Si las amígdalas se ven rojas e hinchadas, acude al pediatra o al médico de familia. No insistas en hacer este examen si tú o el niño sois reacios.
A menudo la amigdalitis debida a un virus no tiene un aspecto diferente de la causada por una bacteria. El pediatra examinará las amígdalas de tu hijo y tomará una muestra de la garganta para comprobar si se trata de una faringitis estreptocócica. La prueba puede realizarse con resultados disponibles durante la visita a la consulta. Se trata de la prueba rápida de los estreptococos. Si el resultado es negativo, se realiza un cultivo para confirmarlo, que tarda entre 24 y 48 horas. Para comprobar si hay un absceso amigdalino, el médico examinará las amígdalas y el paladar blando.
Cuáles son los tratamientos para la amigdalitis?
Como la mayoría de las veces la infección se debe a un virus y no a una bacteria, los antibióticos no son necesarios de forma rutinaria. En el caso de una infección bacteriana, como los estreptococos, el médico recetará un antibiótico, normalmente durante 10 días. Asegúrate de dar a tu hijo el tratamiento completo; si no se controla, la bacteria estreptocócica puede causar afecciones graves, como un absceso o fiebre reumática (una afección cardíaca). Si la infección se debe a los estreptococos, el periodo de contagio termina tras las primeras 24 horas de uso de los antibióticos.
Si el cultivo de garganta es negativo para las bacterias, la infección es probablemente causada por un virus y sólo requiere un tratamiento para aliviar los síntomas. Para aliviar el dolor, el médico también puede recomendar paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Advil).
No le dé a su hijo aspirina, ya que se ha relacionado con el síndrome de Reye, una enfermedad potencialmente mortal.
Hacer gárgaras tres veces al día con agua salada tibia (1 cucharadita de sal en 8 onzas de agua tibia) puede aliviar parte del dolor.
Si el médico descubre o sospecha que se trata de un absceso, puede ser necesario que te vea un otorrinolaringólogo para que te evalúe el posible drenaje de pus.
Los casos frecuentes de amigdalitis que afectan a la salud general de su hijo, interfieren con la asistencia a la escuela, causan problemas respiratorios (ronquidos), ronquidos o dificultad para tragar pueden justificar la extirpación quirúrgica de las amígdalas (amigdalectomía). Este procedimiento suele realizarse como cirugía ambulatoria y su hijo puede volver a casa tras unas horas de observación.
La recuperación suele ser más fácil si se descansa y se evita la actividad vigorosa. Intente que su hijo beba mucho líquido, pero no le obligue a comer o beber. A los niños mayores hay que darles al menos medio litro más de líquido al día. Aunque el helado suele ser el alimento preferido para refrescar la garganta, no pasa nada por ofrecerle a su hijo cualquier alimento que desee... si eso le hace sentirse más cómodo y le ayuda a comer. Haz sólo lo que te aconseje el médico para bajar la fiebre de tu hijo.
Cómo puedo prevenir la amigdalitis?
Lavarse las manos sigue siendo crucial para prevenir la propagación de los virus y las bacterias que causan la amigdalitis. Evite el contacto prolongado con cualquier persona que tenga faringitis estreptocócica y no haya tomado antibióticos durante al menos 24 horas. Para estar seguro, evite a las personas que han estado enfermas hasta que esté seguro de que ya no lo están.
La amigdalectomía, la extirpación quirúrgica de las amígdalas, es una de las operaciones más frecuentes en los niños. Las nuevas técnicas quirúrgicas y los avances en la anestesia han hecho que esta operación de 20 minutos sea mucho más tolerable y segura que antes. Los motivos de la amigdalectomía también han cambiado. Hasta la década de 1980, la razón más común para la amigdalectomía era la infección recurrente. En los últimos 30 años, aunque la amigdalectomía se realiza con frecuencia por infecciones recurrentes, el motivo más común para extirpar las amígdalas es el aumento de tamaño de las mismas (hipertrofia) que provoca síntomas obstructivos como ronquidos, apnea del sueño y dificultad para tragar.