Cómo controlar la ansiedad y el dolor en la consulta del dentista

La consulta del dentista provoca ansiedad a muchas personas. El doctor le muestra las distintas técnicas que puede utilizar para controlar la ansiedad y el dolor durante el procedimiento dental.

Medicamentos en la consulta del dentista

  • Anestésicos tópicos.

    Los anestésicos tópicos, aplicados con un bastoncillo, se utilizan de forma rutinaria para adormecer la zona de la boca o de las encías donde se va a realizar el trabajo dental. El anestésico tópico se administra antes de la inyección con un anestésico local, como la Lidocaína.

  • Taladros láser.

    Algunos dentistas utilizan ahora el láser para eliminar la caries dentro de un diente y preparar el esmalte circundante para la colocación del empaste. Los láseres pueden causar menos dolor en algunos casos y dar lugar a una menor necesidad de anestesia.

  • Anestesia administrada por vía electrónica

    (también llamada estimulación nerviosa eléctrica transcutánea - o TENS). Es una alternativa a la inyección de un anestésico local. Se colocan almohadillas adhesivas en la cara y un dispositivo alimentado por pilas envía impulsos eléctricos a la zona de tratamiento para adormecerla. El paciente controla el nivel de estimulación mediante una unidad manual. Otra forma de anestesia administrada electrónicamente es la denominada estimulación craneal por electroterapia. Con esta técnica, se introduce electricidad en el cerebro, lo que provoca una relajación. De nuevo, el paciente controla la intensidad de la corriente, aumentándola o disminuyéndola para controlar el dolor según sea necesario. Las ventajas de estos métodos son que, en cuanto se apaga el dispositivo, el efecto se invierte instantáneamente. El paciente puede conducir y retomar sus actividades normales inmediatamente después de la visita al dentista.

  • Óxido nitroso

    (también llamado gas de la risa). Este gas, que es inhalado por el paciente a través de una máscara facial de goma, ayuda a que las personas se sientan relajadas y es una de las formas más comunes de sedación utilizadas en el consultorio dental. Los efectos desaparecen rápidamente después de apagar el gas. Esta es la única forma de sedación bajo la cual los pacientes pueden conducir después del procedimiento y pueden comer alimentos dentro de un período de 12 horas del procedimiento. Con la anestesia intravenosa, oral y general, el paciente no puede conducir después de la intervención ni comer después de la medianoche de la noche anterior.

  • Sedación intravenosa.

    Esta forma de control del dolor y la ansiedad consiste en inyectar un sedante en una vena del brazo o la mano del paciente. Este método suele reservarse para pacientes sometidos a procedimientos dentales extensos o para el paciente extremadamente ansioso. Los dentistas deben controlar el nivel de oxígeno de los pacientes que reciben sedación intravenosa y puede ser necesario administrarles oxígeno adicional durante el procedimiento. Con la sedación IV, el paciente está despierto pero muy relajado. Si cree que puede estar interesado en la sedación intravenosa, pregunte a su dentista si está autorizado a administrar sedantes intravenosos. Sedación oral. Un medicamento oral, como Halcion, actúa sobre el sistema nervioso central para ayudar a los pacientes a relajarse. Los sedantes orales no suelen recetarse porque tardan unos 30 minutos en hacer efecto y pueden provocar una somnolencia que puede durar horas.

  • Anestesia general.

    Con esta técnica, se "duerme" al paciente durante la duración del procedimiento. Los pacientes que requieren anestesia general pueden ser tratados en la consulta del dentista, pero lo más probable es que sean tratados en un entorno hospitalario. Esto se debe a que este tipo de anestesia tiene riesgos, que incluyen una caída repentina de la presión arterial y latidos irregulares del corazón, por lo que el paciente debe ser monitoreado de cerca. Por estas razones, la anestesia general sólo se utiliza normalmente si se necesita un trabajo dental extenso y cuando otras formas de sedación o control del dolor no son suficientes para vencer el miedo. Si cree que puede estar interesado en la sedación general, pregunte a su dentista si está autorizado a administrar esta forma de sedación.

Es importante discutir todas estas opciones con tu dentista. También es importante que le cuentes a tu dentista cualquier enfermedad o condición de salud que puedas tener, si estás tomando algún medicamento con o sin receta, o si alguna vez has experimentado algún problema o tienes alguna alergia a algún medicamento. Con toda esta información, su dentista trabajará con usted para determinar qué método para reducir la ansiedad y el dolor puede ser la mejor opción para usted. Sepa también que su dentista puede estar autorizado a administrar algunas, pero no necesariamente todas, las estrategias para reducir el dolor y la ansiedad identificadas aquí. Por último, tenga en cuenta que aunque algunos profesionales de la salud pueden considerar que el uso de la sedación podría ser inapropiado para los procedimientos dentales de rutina, muchos dentistas creen que los beneficios de un buen cuidado oral para los pacientes con alta ansiedad y/o fobia dental superan los riesgos de la sedación.

Técnicas de mente y cuerpo para controlar la ansiedad o el dolor

  • Estrategias de distracción.

    Una forma de reducir el estrés y la ansiedad es distraerse con algo agradable. Lleve un iPod u otro dispositivo personal para escuchar su música favorita. Algunos dentistas los tienen en sus consultorios que se pueden tomar prestados, y otros están empezando a ofrecer gafas de realidad virtual, que proporcionan imágenes y sonidos para alejar tu mente del trabajo que tu dentista está realizando en tu boca.

  • Técnicas de relajación.

    Los estudios han demostrado que la práctica de técnicas de relajación ayuda a reducir los niveles de dolor y ansiedad en los pacientes. Hay muchos tipos de estrategias de relajación. Algunas de las más comunes incluyen:

  • Imágenes guiadas.

    Se trata de la técnica de imaginar una experiencia agradable o un entorno especialmente relajante. Al concentrarse en crear el mayor número de detalles posible, su mente se absorbe en esta tarea en lugar de centrarse en lo que hace el dentista.

  • Respiración profunda.

    Esta técnica consiste en respirar profunda y lentamente, lo que inunda el cuerpo de oxígeno y otras sustancias químicas que actúan sobre el sistema nervioso central y mejoran su confort.

  • Relajación progresiva.

    Con esta técnica, te concentras conscientemente en relajar cada músculo del cuerpo empezando por los dedos de los pies y subiendo hasta la cabeza. La reducción de la tensión muscular ayuda a reducir el dolor.

  • Biorretroalimentación.

    Esta técnica consiste en aprender a relajarse y a afrontar mejor el dolor y el estrés mediante la modificación de la conducta, los pensamientos y los sentimientos. Los especialistas que imparten formación en biorretroalimentación van desde psiquiatras y psicólogos hasta dentistas, internistas, enfermeros y fisioterapeutas.

  • Hipnosis.

    La hipnosis, ya sea autoinducida o ayudada por un dentista o terapeuta, es otra forma de producir un estado de relajación.

  • Acupuntura.

    Esta técnica consiste en la colocación de agujas muy finas en determinados lugares del cuerpo. El cuerpo responde liberando numerosas sustancias químicas que tienen un efecto analgésico (que mata el dolor) en el organismo. Una técnica relacionada, la acupresión, utiliza la presión aplicada en determinados lugares en lugar de agujas.

  • Grupos de apoyo.

    La mayoría de las comunidades cuentan con grupos de apoyo que ofrecen consejos prácticos y habilidades de afrontamiento, además de apoyo emocional para quienes sufren ansiedad o fobias. Pregunte a su dentista si puede ayudarle a encontrar un grupo de apoyo en su zona.

  • Terapia de salud mental.

    Trabajar con profesionales de la salud mental, como psicólogos y psiquiatras, es otra opción que merece la pena considerar para quienes padecen ansiedad y fobias graves. Los tipos de terapias que podrían probarse en este entorno incluyen:

    • Desensibilización sistemática.

      Con esta técnica, los pacientes son expuestos gradualmente a las cosas que les dan miedo, por ejemplo, en este caso, el consultorio y los instrumentos dentales.

    • Terapia cognitiva conductual.

      Este enfoque enseña a los pacientes a calmar su mente y su cuerpo y a cambiar los patrones de pensamiento negativos o perjudiciales para que puedan sentirse mejor, pensar con más claridad, tomar mejores decisiones y superar los miedos.

    • Psicoterapia.

      Es un proceso mediante el cual los pacientes aumentan su conciencia personal y llegan a comprender y hacer las paces con los acontecimientos difíciles o los miedos de su pasado.

  • Clínicas de dentofobia.

    Son clínicas, atendidas por terapeutas, que se especializan en ayudar a quienes padecen ansiedad severa. Pregunte a su dentista o proveedor de salud mental sobre las clínicas de su zona.

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