Amigdalitis: Síntomas, causas, tratamientos, cirugía y remedios

La amigdalitis es una inflamación de las amígdalas, dos masas de tejido en la parte posterior de la garganta. Es más común en los niños y puede ser causada por infecciones virales y bacterianas.

La amigdalitis es una infección de las amígdalas, dos masas de tejido situadas en la parte posterior de la garganta.

Las amígdalas actúan como filtros, atrapando los gérmenes que, de otro modo, podrían entrar en las vías respiratorias y causar una infección. También producen anticuerpos para combatir las infecciones. Pero a veces se ven sobrepasadas por bacterias o virus. Esto puede hacer que se hinchen e inflamen.

La amigdalitis es frecuente, sobre todo en los niños. Puede ocurrir de vez en cuando o volver una y otra vez en un periodo corto.

Hay tres tipos:

  • Amigdalitis aguda. Estos síntomas suelen durar 3 o 4 días pero pueden durar hasta 2 semanas.

  • Amigdalitis recurrente. Es cuando se tiene amigdalitis varias veces en un año.

  • Amigdalitis crónica. Es cuando se tiene una infección de amígdalas de larga duración.

Síntomas de la amigdalitis

Los principales síntomas de la amigdalitis son la inflamación y la hinchazón de las amígdalas, a veces lo suficientemente graves como para dificultar la respiración por la boca. Otros síntomas son:

  • Dolor o sensibilidad en la garganta

  • Fiebre

  • Amígdalas rojas

  • Una capa blanca o amarilla en las amígdalas

  • Ampollas o úlceras dolorosas en la garganta

  • Dolor de cabeza

  • Pérdida de apetito

  • Dolor de oído

  • Problemas para tragar

  • Glándulas inflamadas en el cuello o la mandíbula

  • Fiebre y escalofríos

  • Mal aliento

  • Una voz rasposa o apagada

  • Cuello rígido

Síntomas de la amigdalitis en los niños

En los niños, los síntomas también pueden incluir:

  • Malestar estomacal

  • Vómitos

  • Dolor de estómago

  • Babeo

  • No querer comer o tragar

Causas y factores de riesgo de la amigdalitis

Las infecciones bacterianas y virales causan amigdalitis. Una causa común es la bacteria Streptococcus (estreptococo), que también puede causar faringitis estreptocócica. Otras causas comunes son:

  • Adenovirus

  • Virus de la gripe

  • Virus de Epstein-Barr

  • Virus de la parainfluenza

  • Enterovirus

  • Virus del herpes simple

Algunas cosas pueden suponer un mayor riesgo de padecer amigdalitis:

  • Edad.Los niños tienden a contraer amigdalitis más que los adultos. Los niños que tienen entre 5 y 15 años son más propensos a padecer amigdalitis causada por infecciones bacterianas. La amigdalitis por infecciones víricas es más frecuente en los niños muy pequeños. Los adultos mayores también corren un mayor riesgo de padecer amigdalitis.

  • Exposición a los gérmenes.Los niños también pasan más tiempo con otros niños de su edad en la escuela o el campamento, por lo que pueden contagiar fácilmente las infecciones que provocan la amigdalitis. Los adultos que pasan mucho tiempo cerca de niños pequeños, como los profesores, también pueden ser más propensos a contraer infecciones y padecer amigdalitis.

Diagnóstico de la amigdalitis

Su médico le hará un examen físico. Te examinará las amígdalas para ver si están rojas o hinchadas o si tienen pus. También comprobará si tiene fiebre. Es posible que le miren los oídos y la nariz para ver si hay signos de infección y que le palpen los lados del cuello para ver si hay hinchazón y dolor.

Es posible que haya que hacer pruebas para averiguar la causa de la amigdalitis. Entre ellas están:

  • Una muestra de la garganta. El médico analizará la saliva y las células de la garganta para detectar las bacterias estreptocócicas. Le pasarán un bastoncillo de algodón por la parte posterior de la garganta. Puede resultar incómodo, pero no duele. Los resultados suelen estar listos en 10 ó 15 minutos. A veces, el médico también pedirá una prueba de laboratorio que tarda un par de días. Si estas pruebas son negativas, la causa de la amigdalitis es un virus.

  • Un análisis de sangre. Su médico puede llamarlo recuento completo de células sanguíneas (CBC). Busca números altos y bajos de células sanguíneas para mostrar si un virus o una bacteria causó su amigdalitis.

  • Erupción cutánea.Su médico comprobará si hay escarlatina, una erupción relacionada con la infección de garganta por estreptococos.

Complicaciones de la amigdalitis

Las complicaciones suelen ocurrir sólo si las bacterias causaron su infección. Incluyen:

  • Una acumulación de pus alrededor de su amígdala (absceso periamigdalino)

  • Infección del oído medio

  • Problemas respiratorios o respiración que se detiene y comienza mientras duerme (apnea obstructiva del sueño)

  • Celulitis amigdalina, o infección que se extiende y penetra profundamente en los tejidos cercanos

Amigdalitis e infección por estreptococos

Si tiene la bacteria del estreptococo y no recibe tratamiento, su enfermedad podría derivar en un problema más grave, incluyendo:

  • Fiebre reumática

  • Fiebre escarlata

  • Sinusitis

  • Una infección renal llamada glomerulonefritis

Tratamientos de la amigdalitis

Su tratamiento dependerá en parte de la causa de su enfermedad.

Medicación

Si los análisis detectan bacterias, te darán antibióticos. El médico puede administrarle estos medicamentos en una inyección única o en pastillas que deberá ingerir durante varios días. Empezará a sentirse mejor en dos o tres días, pero es importante que tome toda la medicación.

Remedios caseros

Si tienes un virus, los antibióticos no te ayudarán, y tu cuerpo combatirá la infección por sí mismo. Mientras tanto, puedes probar algunos remedios caseros:

  • Descansa mucho

  • Beber líquidos calientes o muy fríos para ayudar al dolor de garganta

  • Comer alimentos suaves, como gelatinas de sabores, helados y compota de manzana

  • Utiliza un vaporizador de agua fría o un humidificador en tu habitación

  • Haga gárgaras con agua salada tibia

  • Chupar pastillas con benzocaína u otros medicamentos para adormecer la garganta

  • Tomar analgésicos de venta libre como el paracetamol o el ibuprofeno

Cirugía de amigdalectomía

Las amígdalas son una parte importante de su sistema inmunitario, por lo que su médico tratará de ayudarle a conservarlas. Pero si la amigdalitis sigue reapareciendo o no desaparece, o si las amígdalas inflamadas te dificultan la respiración o la alimentación, es posible que tengas que extirparte las amígdalas. Esta operación se llama amigdalectomía.

La amigdalectomía solía ser un tratamiento muy común. Pero ahora, los médicos sólo la recomiendan si la amigdalitis vuelve a aparecer. Eso significa que usted o su hijo tienen amigdalitis más de siete veces en un año, más de cuatro o cinco veces al año en los últimos dos años o más de tres veces al año en los últimos tres años.

Normalmente, el médico utiliza un instrumento afilado llamado bisturí para extraer las amígdalas. Pero existen otras opciones, como el láser, las ondas de radio, la energía ultrasónica o el electrocauterio para extirpar las amígdalas agrandadas.

Consulta las opciones con tu médico para decidir cuál es el mejor tratamiento para ti.

Recuperación de la amigdalectomía

La amigdalectomía es un procedimiento ambulatorio, lo que significa que no tendrá que permanecer en el hospital. Suele durar menos de una hora. Probablemente pueda volver a casa unas horas después de la intervención.

La recuperación suele durar entre 7 y 10 días. Es posible que tenga algo de dolor en la garganta, los oídos, la mandíbula o el cuello después de la operación. Su médico puede indicarle qué medicamentos debe tomar para aliviarlo.

Descanse mucho y beba mucho líquido mientras se recupera. Pero no coma ni beba productos lácteos durante las primeras 24 horas.

Es posible que tenga poca fiebre y que vea un poco de sangre en la nariz o en la boca durante varios días después de la operación. Si la fiebre es superior a 38 grados o tiene sangre de color rojo intenso en la nariz o la boca, llame a su médico de inmediato.

Prevención de la amigdalitis

La mejor manera de prevenir la amigdalitis es mediante una buena higiene, que incluye:

  • Lavarse las manos con frecuencia

  • No compartir la comida, la bebida, los utensilios o los objetos personales como los cepillos de dientes con nadie

  • Mantenerse alejado de alguien que tenga dolor de garganta o amigdalitis

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