El médico explica cómo el calor, la humedad y el frío extremo pueden agravar los síntomas de la esclerosis múltiple.
Los síntomas relacionados con el calor no son perjudiciales y desaparecen en cuanto te enfrías. También hay muchas formas de enfriarse para que el calor le moleste menos.
Por qué eres sensible al calor
La esclerosis múltiple daña la vaina protectora que rodea las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. Esto ralentiza las señales nerviosas, por lo que el cuerpo no siempre responde como debería. El calor puede ralentizar aún más estas señales. La EM también puede afectar a la parte del cerebro que controla la temperatura del cuerpo. Síntomas como la fatiga, el dolor y la dificultad para pensar pueden agudizarse, dificultando la realización de tareas. También pueden empeorar otros síntomas, como:
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Visión borrosa
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Debilidad muscular
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Problemas con la marcha o el equilibrio, que a veces provocan caídas
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Problemas con los intestinos o la vejiga
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Problemas de concentración y memoria
Lo que puedes hacer
Podrías poner el aire acondicionado todo el verano (no es una opción respetuosa con el presupuesto ni con el medio ambiente) y evitar el gimnasio. Pero hay algunas soluciones mucho mejores. Prueba estos consejos:
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Haz ejercicio de forma segura. El ejercicio ayuda a su equilibrio, fuerza, estado de ánimo y salud en general. Pero también puede elevar su temperatura central y empeorar brevemente los síntomas. Aquí hay algunas cosas que puede probar:
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Si haces ejercicio al aire libre, ve temprano por la mañana o por la noche.
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No lleves demasiadas capas, aunque haga frío.
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Nadar en una piscina sin calefacción. (La natación es genial por muchas razones).
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Usa un collarín refrigerante. Te colocas este ligero dispositivo alrededor del cuello como si fuera una bufanda. Te enfría al derretirse el hielo de su interior.
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Cuidado con tu ropa activa. Es difícil seguir la pista de todos los tejidos de alta tecnología que se utilizan en la ropa de gimnasia hoy en día. Haz los deberes antes de comprar. Por ejemplo, la ropa que absorbe la humedad puede mantenerte seco pero también atrapar el calor. Busca ropa y calzado con paneles de malla.
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Usa ropa holgada que respire. El algodón, el lino y el rayón permiten que el aire se mueva libremente a través del tejido para que estés más fresco. Son lo más parecido al aire acondicionado para tu piel.
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Luz con LEDs. Las bombillas de diodos emisores de luz (LED) emiten una fracción del calor de las luces incandescentes y fluorescentes compactas (CFL). Además, duran más y consumen menos energía.
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Desenchufa. Los aparatos y dispositivos generan calor, incluso cuando no los utilizas. Desenchúfalos antes de acostarte.
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Come ligero. En lugar de cocinar comidas pesadas que calientan la casa -y tu cuerpo- opta por más ensaladas y fruta fresca.
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Hidrátate. Bebe mucha agua. Ayuda a prevenir la niebla cerebral y la fatiga, dos síntomas comunes relacionados con el calor. No te preocupes por tomar ocho vasos al día. Utiliza la prueba de la orina en su lugar. Si tu orina es clara o de color amarillo pálido, estás bebiendo lo suficiente. Si su color es más oscuro, necesitas más H2O.
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Prueba con hielo y especias. Las bebidas heladas sin alcohol (el alcohol empeora las cosas), los trozos de hielo y las paletas heladas te ayudan a mantenerte fresco. Sorprendentemente, la comida extra picante también lo hace.
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Busca un ventilador. Los ventiladores te ayudan a sentirte más fresco porque evaporan el sudor. Asegúrate de colocar el ventilador de forma que cojas la brisa; sólo podrá refrescarte a ti, no a toda la habitación.
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Comprueba la tecnología. Puedes comprar todo tipo de aparatos de refrigeración de alta tecnología... por un precio. Busca sábanas, toallas y fundas de almohada refrescantes que eliminen el sudor. Un chaleco refrigerante puede ayudarte a disfrutar con seguridad de las actividades al aire libre:
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Refrescan tu núcleo con paquetes o geles congelados.
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Algunos los metes en el congelador o el frigorífico; otros llevan pilas.
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Muchos son lo suficientemente finos como para llevarlos discretamente bajo la ropa.
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Puedes permanecer refrescado hasta 3 horas.
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Estos artilugios pueden costar cientos de dólares, así que haz tus deberes primero. Unos cuantos programas proporcionan chalecos refrigerantes para personas con EM, como el Programa de Distribución de Refrigeración de la Asociación de Esclerosis Múltiple de América y el Programa de Refrigeración de la Fundación de Esclerosis Múltiple.