Hablar con el bebé: ¿Les ayuda a aprender?

El médico explica cómo nuestra voz puede afectar al desarrollo del bebé.

Arrullar a los bebés, ¿les ayuda a aprender?

De los archivos del médico

Por Jenn Sturiale

El rumor: La gente arrulla a los bebés porque son diminutos y bonitos, pero en realidad no sirve para nada

Es una ley irrefutable de la naturaleza, tan poderosa como la gravedad, a la que nadie parece ser inmune: pon a un bebé en los brazos del adulto más adulto, y pronto comenzarán los arrullos suaves y las conversaciones de bebé. La gente de todo el mundo utiliza tonos y entonaciones relajantes cuando habla con seres recién nacidos, independientemente del idioma o la cultura. Sólo hay que intentar hablar a un recién nacido en un tono de conversación "normal" y ver lo difícil que es mantenerlo. Pero arrullar a los bebés no sirve para nada. ¿O no?

El veredicto: Arrullar a los bebés es bueno para su mente y su bienestar

Los humanos utilizamos el "arrullo" como una especie de garantía melódica primigenia de que estamos protegiendo y cuidando a la personita que tenemos en brazos. Aunque podemos considerarlo un lenguaje sin sentido que nos permite calmar a los bebés antes de que tengan habilidades verbales, las investigaciones han descubierto que el lenguaje de los bebés no sólo es tranquilizador. También ayuda a los bebés a establecer el lenguaje antes y a desarrollar el sentido del yo y la conexión con los demás.

Los estudios demuestran que los bebés aprenden a hablar antes si se les dirige el discurso infantil, es decir, frases cortas y sencillas pronunciadas con un tono más alto y una entonación exagerada. Según el doctor Daniel J. Siegel, autor de The Whole-Brain Child, todo tiene que ver con el funcionamiento de los cerebros pre-lenguaje de los seres humanos; durante los dos o tres primeros años de vida, dice, "el lado derecho del cerebro domina su actividad y su crecimiento".

Los arrullos y las señales no verbales que utilizamos para comunicarnos con los bebés provienen del lado derecho de nuestro propio cerebro. "Como los bebés son realmente criaturas del hemisferio derecho, un padre que [arrulla] será mucho más eficaz para crear... una comunicación compartida", dice Siegel. "Si te envío una señal, tú la recibes, le das sentido y me respondes a tiempo. La señal que recibo de vuelta me da la sensación de que me has entendido, y me siento conectado contigo". La parentesis constituye la base de lo que es realmente el lenguaje: El envío y la recepción de señales entre un ser y otro.

Los gestos repetitivos que hacemos con los bebés también mejoran sus habilidades lingüísticas y su desarrollo cognitivo. (Por fin: una explicación para el "peekaboo") Cuando realizamos este tipo de "conductas de espejo" con los bebés, lo que realmente estamos haciendo es reconocerlos, hacer que se sientan vistos y escuchados. "Es validar su experiencia de forma auténtica", dice Siegel. "Estas interacciones de conexión crean un sentido de autenticidad y agencia en el mundo". Aww. ¡Qué bien!

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