Esclerosis múltiple: ¿los cambios de humor forman parte de ella?

Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden variar mucho. ¿Son comunes los cambios de humor? Tenemos la respuesta.

Pero los cambios de humor son una respuesta común. Hay dos formas en las que pueden ser parte de tu esclerosis múltiple.

Pueden ser parte de tu reacción a la EM. Su diagnóstico puede afectar a su estado de ánimo. Los síntomas de la enfermedad también pueden cambiar cómo te sientes al respecto.

Pueden ser un síntoma de tu EM. Las lesiones que causan otros síntomas de la enfermedad, como la debilidad, los temblores y los problemas de visión, también pueden provocar cambios emocionales. Esto puede ocurrir cuando esas lesiones atacan algunas zonas de tu sistema nervioso central.

Los cambios de humor como reacción a la EM

Esta es la forma más común en que la EM afecta a su estado de ánimo. Una reacción emocional intensa tiene sentido, porque tienes que procesar mucha información que puede ser difícil de aceptar, especialmente al principio. Más adelante, a medida que tu enfermedad cambia tu vida cotidiana, tus emociones podrían volver a pasar a primer plano.

Podrías sentir

Ansiedad: La preocupación y el miedo a lo que es posible con la EM pueden hacer que te sientas ansioso por lo que puede ocurrirte a ti y a tus seres queridos. Puede sentirse de mal humor y nervioso. Un poco de preocupación es normal. Pero hable con su médico si empieza a interferir en su vida cotidiana.

Dolor: Cuando te enteras de que tienes esclerosis múltiple, puede ser muy difícil de asimilar. Es natural que te sientas molesto de vez en cuando cuando te enteres de la evolución de la enfermedad o cuando empieces a notar los síntomas. Un poco de dolor es normal. Pero puede derivar en ansiedad y depresión si se prolonga demasiado.

Depresión: Es un síntoma común de la EM. El tratamiento con terapia o medicación puede ayudar. Consulte inmediatamente a su médico si no consigue salir de su estado de ánimo o si piensa en quitarse la vida. La depresión no tratada es la principal causa de suicidio en personas con EM.

Síntomas

El lóbulo frontal del cerebro, que se encuentra justo detrás de la frente, ayuda a controlar el estado de ánimo y la forma de expresar las emociones. Las lesiones de la EM pueden dañar esta parte del cerebro. Eso puede hacer que te comportes de una manera que parezca diferente o anormal a quienes te conocen.

La forma más común de daño es el afecto pseudobulbar, o PBA. Puedes empezar a reír o llorar de forma incontrolada y desproporcionada con respecto a la emoción que sientes. Por ejemplo, puede echarse a llorar por un anuncio triste en la televisión o enfadarse de repente sin motivo aparente. Aproximadamente 1 de cada 10 personas con EM padece PBA.

Los médicos suelen tratar la PBA con antidepresivos o con un medicamento recetado llamado dextrometorfano-quinidina (Nuedexta). Si éstos no funcionan, puede haber otros fármacos que pueden ayudar. Hable con su médico al respecto.

En raras ocasiones, las lesiones cerebrales pueden provocar euforia. Puede parecer que estás excesivamente feliz cuando las circunstancias parecen graves. Es posible que no se sienta preocupado, ni siquiera por los grandes problemas. A veces, su expresión externa de euforia puede no coincidir con lo que siente por dentro.

La euforia es más probable si su esclerosis múltiple está avanzada, con muchas lesiones, y el cerebro se encoge por la enfermedad. No existe ningún tratamiento para la euforia.

Algunos de los fármacos que tratan la EM también pueden afectar al estado de ánimo.

Por ejemplo, los esteroides, que los médicos utilizan a veces para tratar una recaída, pueden volverte hiperactivo o deprimido. Además, en algunos casos, un subidón de esteroides precede a un periodo de bajón después del tratamiento.

El modafinilo (Provigil), que ayuda a combatir el cansancio, puede provocar ansiedad y depresión.

La EM es una enfermedad compleja, tanto física como emocionalmente. Por eso es mejor no dar por sentado el origen de los cambios emocionales graves.

Asegúrate de informar a tu equipo médico sobre tus problemas de salud mental a medida que vayan surgiendo con tu EM. Habla de todos tus síntomas físicos y emocionales, así como de todos tus medicamentos, y deja que te guíen hacia el diagnóstico correcto y un plan para manejarlo. Independientemente de que necesites o no medicación y terapia, tu equipo debería ser capaz de ayudarte a encontrar formas de hacerte sentir mejor.

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