Síntomas del ictus frente a la EM: la diferencia entre un ictus y la EM

Aprenda qué tienen en común la esclerosis múltiple (EM) y los accidentes cerebrovasculares, cómo diferenciarlos y cuándo debe acudir al médico.

Se trata de dos enfermedades muy diferentes, pero que pueden parecerse. Esto se debe a que ambas dañan el cerebro. Los síntomas de la esclerosis múltiple y los accidentes cerebrovasculares pueden ser tan parecidos que incluso los médicos no siempre aciertan.

Es importante conocer la diferencia. Mientras que puedes esperar a hablar con tu médico sobre un brote de EM, esperar a recibir tratamiento para un ictus puede ser una cuestión de vida o muerte.

¿En qué se parecen?

El punto en común de la EM y los accidentes cerebrovasculares son los síntomas que provocan. Dependiendo de la parte del cerebro a la que afecten, ambos pueden hacerte:

  • Sentirse confundido o tener cambios en la forma de pensar y concentrarse

  • Tener mareos y aturdimiento

  • Tener dolor de cabeza

  • Sentirse entumecido o débil en los brazos, la cara o las piernas

  • Tiene problemas en el habla, como arrastre de palabras

  • Tienen dificultades para caminar

  • Tiene problemas para ver

Cómo puedo diferenciar la esclerosis múltiple y los accidentes cerebrovasculares?

Puede que no sea fácil. Una prueba llamada resonancia magnética puede mostrar la diferencia con bastante claridad, pero eso no ayuda cuando estás en casa con un brazo entumecido o la visión borrosa y te preguntas qué hacer. Si tienes alguna duda, llama al 911 de inmediato.

Ninguna de estas medidas es infalible, pero aquí tienes algunas pistas que puedes buscar:

Presta atención a la rapidez con la que han aparecido los síntomas. Un ictus es repentino. En un momento, estás bien. Al siguiente, definitivamente no. Un brote de esclerosis múltiple tiende a manifestarse más lentamente, normalmente a lo largo de horas o días.

Por lo tanto, la rapidez con la que aparecen los síntomas puede dar una idea de lo que está ocurriendo. Sin embargo, si estás dormido cuando se inicia el brote o no ves los primeros síntomas, puede que no esté tan claro.

Lleva un registro de cómo suelen ser tus brotes de EM. Tú eres quien mejor conoce tu cuerpo. Con el tiempo, es probable que conozcas los altibajos de los síntomas de la EM y te des cuenta de cuándo tienes un brote. Es posible que esa experiencia te sirva para diferenciar entre un brote y los síntomas de un ictus.

Dicho esto, cuando tienes un brote, tus síntomas empeoran mucho o puedes tener otros nuevos. Y eso puede desvirtuar su juicio. Así que mantén siempre informado a tu médico.

Esté atento a los síntomas inusuales. La pérdida de la capacidad de hablar y entender no son síntomas muy comunes de la EM. Por lo tanto, si normalmente no tienes este problema con un brote, podrían ser una señal de alerta de ictus.

La EM puede causar otros problemas que el ictus normalmente no provocaría, como espasmos musculares, dolor y problemas intestinales y de vejiga. Tener estos síntomas podría significar que es más probable que se trate de un brote.

También es inusual desarrollar EM después de los 50 años, mientras que los accidentes cerebrovasculares son más comunes después de esa edad.

Ten en cuenta que estos son sólo indicios, y es posible que necesites la ayuda de un médico para resolverlo.

Cuándo debo llamar al médico?

Busca siempre ayuda médica si tienes dudas sobre si se trata de un ictus o de una esclerosis múltiple. Se necesita experiencia para aprender a diferenciar las afecciones. Incluso entonces, puede no estar claro. Teniendo en cuenta lo grave que puede ser un ictus, más vale prevenir que curar.

Si se trata de un ictus, no tiene tiempo para esperar. Un tratamiento rápido puede salvarle la vida y ayudarle a prevenir problemas a largo plazo. Si resulta ser sólo una recaída de la EM, también es importante que tu médico lo sepa. Podría ser una señal para hacer algunos cambios en el manejo de la EM. Los brotes de esclerosis múltiple pueden requerir tratamiento hospitalario con esteroides intravenosos. Las pseudoflagelaciones causadas por una infección también pueden requerir tratamiento.

Una de las mejores cosas que puedes hacer es hablar con tu médico sobre tus posibilidades de sufrir un ictus. Si tiene problemas como diabetes, enfermedades cardíacas, presión arterial alta o colesterol alto, su riesgo es mayor. Su médico puede ayudarle a controlarlos.

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