La relación entre las hormonas y la esclerosis múltiple puede arrojar luz sobre la enfermedad y los posibles tratamientos.
Los estudios demuestran que las hormonas también pueden afectar a la forma en que la esclerosis múltiple se desarrolla en el cuerpo, a la cantidad de daños que produce y a las probabilidades de padecer la enfermedad.
Testosterona
Al igual que otras enfermedades autoinmunes, que hacen que tu cuerpo se vuelva contra sí mismo, la EM es más común en las mujeres. Una de las razones podría tener que ver con las hormonas sexuales como el estrógeno y la testosterona. Los estudios sugieren que los altos niveles de testosterona en los hombres jóvenes pueden protegerlos de la enfermedad. Además, los hombres tienden a contraer la esclerosis múltiple más tarde, cuando sus niveles de testosterona suelen descender.
Es posible que la testosterona sea un tratamiento contra la EM. Un pequeño estudio descubrió que los hombres con la enfermedad que utilizaban un gel de testosterona a diario mostraban una mejora de la memoria y la atención. También perdieron células nerviosas en el cerebro más lentamente. Una razón podría ser el poder antiinflamatorio de las hormonas. Con la EM, las células inmunitarias atacan el sistema nervioso. Esto conduce a la inflamación. Esto daña los nervios y su capa protectora, llamada mielina. La testosterona puede disminuir o incluso prevenir esto.
Estrógeno
Los niveles normales de esta hormona sexual femenina, o la cantidad de las píldoras anticonceptivas, no parecen proteger contra la EM. Pero dosis elevadas sí podrían hacerlo. Las mujeres con EM tienden a tener menos síntomas durante el embarazo, una época en la que los niveles de estrógeno se disparan.
Se ha demostrado que los niveles elevados de dos tipos de estrógeno, el estriol y el estradiol, son beneficiosos contra la EM. En el caso de las personas que padecen el tipo de EM remitente-recurrente, las hormonas pueden hacer que las recaídas, cuando aparecen los síntomas, sean menos frecuentes. Se cree que el estrógeno actúa del mismo modo que la testosterona, reduciendo la inflamación.
Hormonas tiroideas
Estas hormonas afectan a casi todos los tejidos del cuerpo. Las dos principales son la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4). Las primeras investigaciones realizadas en ratones sugieren que estas dos hormonas pueden ralentizar, e incluso revertir, el daño nervioso provocado por la EM. Esto puede aliviar síntomas como el hormigueo, los problemas de visión y el cansancio.
Las hormonas tiroideas actúan activando las células que ayudan a fabricar la mielina protectora. Los investigadores afirman que tomar un suplemento de hormonas tiroideas entre los brotes puede aumentar la producción de mielina.
Hormona del crecimiento humano (HGH)
Esto ayuda a los niños y adolescentes a crecer y madurar. En los adultos, ayuda a controlar su metabolismo, el crecimiento muscular y óseo, y otras actividades. Los síntomas de la esclerosis múltiple suelen ser más graves en las personas con niveles bajos de HGH. Los investigadores siguen estudiando cómo la hormona puede ayudar a proteger contra la enfermedad.
Vitamina D
En realidad es una hormona. Una parte se obtiene de los alimentos, como el pescado y los productos lácteos enriquecidos. El cuerpo también la produce a partir de la luz solar.
Hace tiempo que se conoce la relación entre la EM y la luz solar. La enfermedad es más frecuente cuanto más se aleja del ecuador soleado. Las investigaciones sugieren que la vitamina D puede reforzar el sistema inmunitario y proteger contra la esclerosis múltiple.
Si ya la padeces, la vitamina D puede disminuir tus síntomas y hacer que los brotes sean menos frecuentes. Es posible que tu médico quiera comprobar el nivel de vitamina para ver si necesitas tomar un suplemento.