El tratamiento de la esclerosis múltiple plantea retos únicos para las mujeres a medida que envejecen.
La esclerosis múltiple (EM) puede añadirse a los retos del envejecimiento. Caminar, el equilibrio, la fuerza de los huesos y el control de la vejiga se convierten en problemas mayores en las mujeres mayores con EM que en las que no la padecen. El tratamiento de la EM también se vuelve más complejo para las mujeres a medida que envejecen.
En el lado positivo, los nuevos tratamientos están ayudando a las mujeres (y a los hombres) con EM a vivir más tiempo. Controlar los síntomas y centrarse en un estilo de vida saludable también puede ayudar a que esos años sean mejores.
La EM y la menopausia: Cómo controlar los síntomas del duelo
La EM cambia con la edad. Al principio suele ser la forma remitente-recurrente. Se alternan recaídas y periodos sin síntomas. A medida que envejece, la EM se convierte en una enfermedad más progresiva. Es posible que notes que los síntomas de la EM empiezan a empeorar justo cuando llegas a la menopausia.
En la menopausia, los ovarios dejan de producir las hormonas estrógeno y progesterona. Los niveles de estas hormonas disminuyen y acaban desapareciendo. Este descenso hormonal provoca síntomas como sofocos, sequedad vaginal y fatiga.
La esclerosis múltiple conlleva su propio conjunto de síntomas, muchos de los cuales son similares a los de la menopausia. Ambas enfermedades pueden afectar al estado de ánimo, la memoria, el sueño, las relaciones sexuales y el control de la vejiga. Puede ser difícil saber si sus síntomas son los de la menopausia o los de la EM.
La terapia hormonal, un tratamiento eficaz para algunos síntomas de la menopausia, también podría ayudar con algunos síntomas de la EM. Algunas mujeres menopáusicas con EM que prueban la terapia hormonal informan de mejoras en sus síntomas y en su calidad de vida.
El envejecimiento y sus huesos
Las mujeres de más de 50 años ya tienen un alto riesgo de padecer osteoporosis. La EM las hace aún más propensas a tener huesos débiles.
Los esteroides de larga duración que tratan las recaídas de la EM pueden hacer que pierdas densidad ósea. Hacer poco ejercicio con peso debido a problemas de movilidad también debilita los huesos.
Pregunte a su médico si necesita una densitometría ósea. Si tus huesos son débiles, puedes tomar algunas medidas para apuntalarlos, entre ellas:
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Consumir más calcio y vitamina D
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Realiza ejercicios con peso como caminar y subir escaleras
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Limitar el alcohol
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Evitar fumar u otras cosas que debiliten los huesos
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Hable con su médico para ver si tiene riesgo de fracturas y necesita iniciar un tratamiento para la osteoporosis
Tratamiento de la esclerosis múltiple a medida que se envejece
El tratamiento de la EM es básicamente el mismo para personas de todas las edades. Pero su cuerpo no elimina la medicación con tanta facilidad a medida que envejece, por lo que puede tener más efectos secundarios de sus medicamentos para la EM. Si esto ocurre, es posible que el médico tenga que ajustar la dosis.
Algunas personas pueden dejar de tomar la medicación con seguridad después de los 60 años. A partir de ese momento, estos fármacos pueden dejar de ser útiles. Algunos podrían incluso aumentar el riesgo de infecciones. Su médico sopesará la necesidad de controlar sus síntomas frente a los riesgos de su medicación a la hora de decidir si le retira el tratamiento.
Aunque el envejecimiento puede suponer cambios para las mujeres con EM, no todos son malos. Envejecer también puede ayudarte a hacer las paces con tu enfermedad. Las investigaciones demuestran que las personas de 50 y 60 años que padecen EM tienen menos depresión y una mejor calidad de vida que las de 30 y 40 años.