Elegir la mejor unidad de ducha para usted.
A la hora de elegir la unidad de ducha, lo primero que hay que tener en cuenta es lo débiles y entumecidas que pueden estar las piernas cuando se tiene EM. Puede que le resulte difícil incluso caminar hasta el baño. Asegúrate de compensar esta situación instalando barandillas en todo el cuarto de baño en las que puedas apoyarte si lo necesitas.
Estar de pie durante largos periodos de tiempo también es difícil para las personas con EM. Es posible que empiece a balancearse o que sus piernas empiecen a tener espasmos. Esto puede convertirse en un peligro en el entorno de la ducha, donde el suelo está húmedo y resbaladizo. Del mismo modo, meterse en una bañera puede resultar inmensamente difícil, y querrás evitar a toda costa tener que pasar por encima de una...
Otra faceta de ducharse teniendo EM que es importante tener en cuenta es que el frío y el calor extremos pueden exacerbar los síntomas de la EM. De hecho, una prueba que se utilizaba para determinar si se tenía o no EM era sumergir a alguien en agua caliente para ver si sus síntomas se agudizaban. Las duchas tibias o frías también pueden ser incómodas. Por lo tanto, cualquier tipo de fluctuación de temperatura para las personas con EM debe realizarse con precaución...
Otras cosas que puede considerar en cuanto a la configuración de su ducha son la compra de agarraderas para el interior de la ducha, un asiento de ducha y la búsqueda de una ducha que no tenga paredes altas. También es esencial disponer de alfombras de baño eficaces y otras alfombrillas en el suelo para reducir las posibilidades de resbalar...
Intenta empezar la ducha lo antes posible para evitar someterte innecesariamente a más cambios de temperatura.
También puedes estudiar la posibilidad de instalar en tu baño sistemas de calefacción y refrigeración que estabilicen la temperatura, como un aire acondicionado o un calefactor. Por ejemplo, si estás decidido a bañarte, empieza con un baño central de agua a temperatura ambiente y luego añade agua más fría cada veinte o treinta minutos. Esto también puede ser una buena idea para probar después de una ducha caliente para ayudar a estabilizar la temperatura del cuerpo.