Los médicos e investigadores no están seguros de las causas de la esclerosis múltiple, pero han descubierto varios factores que pueden aumentar las probabilidades de contraer la enfermedad.
La EM es una enfermedad que afecta al cerebro y a la médula espinal. Aunque hay muchos medicamentos disponibles para tratar los síntomas de la EM, ésta puede causar diversos niveles de discapacidad, afectar a la capacidad de funcionamiento y de trabajo, y provocar fatiga y dolor. Al descubrir las causas de la esclerosis múltiple, los médicos e investigadores esperan mejorar los tratamientos de la enfermedad, encontrar una cura y, finalmente, evitar que se produzca en primer lugar.
La esclerosis múltiple no es contagiosa ni se transmite por vía familiar. Los médicos y científicos creen que hay una serie de causas y siguen estudiando cómo influyen la edad, el sexo, la raza, la genética y otros factores. También están estudiando el sistema inmunitario, las enfermedades infecciosas y la distribución de los distintos tipos de EM en el mundo.
Aunque los médicos diagnostican hoy en día a más personas con EM que en el pasado, los investigadores no creen que la tasa de EM esté aumentando. Creen que el mayor número de casos diagnosticados se debe a una mayor concienciación sobre la EM, un mayor acceso a la atención médica y mejores herramientas, conocimientos y recursos para diagnosticar a las personas con la enfermedad.
Quién tiene más probabilidades de padecer EM?
Aunque los médicos no saben exactamente cuál es la causa de la EM, los estudios han demostrado que algunas personas tienen una mayor probabilidad de padecer la enfermedad en función de ciertos factores. Entre ellas se encuentran:
Edad: Los médicos diagnostican la mayoría de las personas con EM entre los 20 y los 50 años, pero los niños pequeños y los adultos mayores también la padecen. La EM en los niños es poco frecuente. En EE.UU., menos de 5.000 niños la padecen, mientras que a nivel mundial esa cifra asciende a 10.000. Los niños sólo padecen un tipo de EM: La EM con recaídas (EMR). Esto significa que tienen ciclos de ataque: momentos en los que tienen síntomas, y momentos en los que los síntomas disminuyen o están en remisión.
Género: Según un estudio de 2017, el 74% de las personas con EM eran mujeres. Las mujeres tienen aproximadamente tres veces más probabilidades de padecer EM que los hombres, lo que apunta a una razón hormonal para la EM.
Geografía: La EM generalmente tiende a ser más prominente en lugares más alejados del ecuador. Un estudio de 2016 encontró que la mayoría de los casos de EM en todo el mundo se encuentran en América del Norte y Europa, y las tasas más bajas de EM se encuentran en el este de Asia y el África subsahariana.
Origen étnico: La EM se da en la mayoría de los grupos étnicos. Pero es más común en los blancos con raíces en el norte de Europa. Nuevas investigaciones han demostrado que las mujeres afroamericanas tienen más probabilidades de padecer la enfermedad de lo que se creía.
Estilo de vida: Los médicos y los científicos están estudiando otras cosas que pueden causar la EM o empeorarla. Entre ellas se encuentran los niveles bajos de vitamina D, el tabaquismo y la obesidad, especialmente en el caso de las jóvenes y las mujeres que viven con obesidad durante su infancia y adolescencia. Todas estas cosas pueden suponer una mayor probabilidad de contraer la enfermedad.
Virus y bacterias: Los médicos también han descubierto que las personas expuestas a determinados virus y bacterias tienen más probabilidades de padecer EM. Esto incluye la exposición al sarampión, la neumonía, el moquillo canino, el virus del herpes humano 6, el virus de Epstein-Barr (VEB) y la neumonía por clamidia. Recientemente, varios estudios han aportado más pruebas de que las personas que han tenido la infección por el VEB son mucho más propensas a formar la enfermedad.
¿Qué frecuencia tienen los distintos tipos de EM?
Aunque no hay forma de predecir cómo avanzará la EM en cada persona, los investigadores han identificado tres formas de la enfermedad. Los médicos diagnostican la enfermedad después de conocer los antecedentes y realizar una exploración completa, pruebas neurológicas y una resonancia magnética (RM), que explora el cerebro y la médula espinal. La mayoría de las personas con EM tienen una resonancia magnética anormal.
Esclerosis múltiple recidivante (EMRR): Es el tipo más común de EM. Aproximadamente el 85% de las personas con EM tienen esta forma de la enfermedad al principio.
Las personas con EMRR tienen ataques o momentos en los que tienen síntomas neurológicos nuevos o crecientes. Estos ataques, también llamados recaídas, se producen antes de los períodos de pocos o ningún síntoma (también llamados de remisión).
EM secundaria progresiva (EMSP): Este tipo de EM se da en personas que ya tienen EMRR. Los médicos la consideran un avance de la EMRR y diagnostican la EMSP cuando la función neurológica, la discapacidad o los síntomas empeoran. Las personas con EMSP tienden a dejar de tener recaídas, pero su enfermedad empeora constantemente debido al daño o la pérdida de nervios.
Por desgracia, no es posible predecir quién puede padecer EMSP. Los investigadores creen que alrededor del 50% de las personas con EMRR padecerán EMSP en un plazo de 10 años, y que el 90% de las personas con EMRR pasarán a padecer EMSP en un plazo de 25 años después de padecerla. Los médicos creen que los medicamentos para la EM pueden ayudar a ralentizar la enfermedad, pero no hay certeza.
EM primaria progresiva (EMPP): Este tipo de EM se da cuando las personas tienen un empeoramiento de la función neurológica y la discapacidad al comienzo de su EM. Por lo general, no presentan ataques de síntomas, sino un declive más constante de la enfermedad a lo largo del tiempo.
Las personas con este tipo de EM también suelen tener más lesiones que afectan a la médula espinal y menos que afectan al cerebro. Esto hace que tengan más problemas para caminar, trabajar y realizar actividades cotidianas.
Las mujeres y los hombres padecen la EMPP en igual número. Las personas con este tipo de EM suelen ver el inicio de la enfermedad unos 10 años más tarde que las que padecen EM recurrente.