Vivir bien con la esclerosis múltiple significa adaptar el hogar de diversas maneras, muchas de ellas bastante sencillas. Obtenga más información del médico.
Los cambios en tu casa y en tu rutina pueden ayudarte a ello, y pueden ahorrarte energía para las cosas que te gustan. Piensa en tu casa y en tu estilo de vida para ver si puedes hacer alguno de los siguientes cambios.
Equipamiento del hogar
Para empezar, hable con un terapeuta ocupacional o un especialista en rehabilitación. Pueden echar un vistazo a tu casa y recomendarte dispositivos que pueden hacer que tus actividades diarias sean más fáciles y cómodas. Algunos ejemplos son:
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Utensilios empotrados
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Barras de sujeción
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Dispositivos de retracción
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Camas o colchones eléctricos
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Tablas deslizantes
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Sillas de ruedas
Qué cambios puedo hacer?
Hay muchos pequeños retoques que puede hacer en su rutina habitual, como vestirse, usar el baño, limpiar y trabajar en la cocina.
Es posible que no todas estas recomendaciones de hábitos y equipos sean adecuadas para usted. Pero tu terapeuta ocupacional o especialista en rehabilitación puede ayudarte a saber qué es lo que más te ayudará.
Cómo vestirse
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Siéntate en una silla que tenga reposabrazos mientras te pones la ropa. Esto te ayudará a mantener el equilibrio.
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Rueda de lado a lado para que los pantalones pasen por encima de tus caderas. Puedes hacerlo mientras estás sentada en una silla o acostada en tu cama.
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Use ropa holgada y con cintura elástica.
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Elige prendas envolventes en lugar de las de tipo pull-over. Elige también prendas que se abran por delante, no por detrás.
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Usa ropa con botones grandes y planos o utiliza cierres de velcro.
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Utilice un gancho para botones para abotonar las prendas.
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Si tiene debilidad en los hombros, utilice un bastón de vestir para ponerse y quitarse el abrigo o la camisa.
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Utiliza un tirador de cremallera o coloca un lazo de cuero en el extremo de la cremallera para cerrar pantalones o chaquetas.
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Otros dispositivos, como una ayuda para calcetines y un calzador de mango largo, también pueden ayudar.
En el baño
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Utiliza un asiento de inodoro elevado o barandillas de seguridad para que sea más fácil sentarse y levantarse. No utilice toalleros o soportes de papel higiénico para ayudarse a estar de pie. No son lo suficientemente resistentes.
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Instale barras de apoyo dentro y fuera de la bañera o la ducha.
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Utilice un banco de transferencia para la bañera o una silla de ducha con soporte para la espalda.
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Poner manillas de palanca extendida en los grifos para que sean más fáciles de girar.
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Poner una alfombra antideslizante en la bañera.
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Utilice una manguera de mano para ducharse y bañarse.
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Utiliza una esponja de mango largo o un cepillo para fregar.
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Utiliza jabón en una cuerda, manoplas de baño o esponjas con jabón en su interior en lugar de jabón en barra.
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Utiliza agua tibia. El agua muy caliente puede cansar y agravar los síntomas.
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Cose correas en las toallas para que sean más fáciles de sujetar mientras te secas.
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Coloca una toalla en el suelo fuera de la bañera para secarte los pies y no resbalar.
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Coloca una toalla en el respaldo de la silla y frota tu espalda contra ella para secarte. O utiliza un albornoz de rizo en lugar de una toalla para secarte.
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Utiliza cepillos y peines con mangos incorporados o con bucles para los dedos.
Utilice cepillos de dientes con mangos incorporados o utilice un cepillo eléctrico.
Comer y beber
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Apoya los codos en la mesa para tener más movimiento en las muñecas y las manos.
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Siéntate con las rodillas y las caderas dobladas en un ángulo de 90 grados en una silla de respaldo recto.
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Utilice utensilios con mangos construidos y ligeros. O utiliza un "spork": una cuchara y un tenedor en uno. Prueba un cuchillo balancín para cortar los alimentos.
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Utiliza un tapete antideslizante (de un material llamado Dycem) para evitar que los objetos resbalen en la mesa.
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Utilice un protector de platos o un plato con un labio elevado para evitar que la comida se derrame.
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Utiliza una pajita larga con un vaso antiderrame, o usa una taza de plástico con un asa grande.
En la cocina
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Tenga al menos un espacio de trabajo lo suficientemente bajo para que pueda alcanzarlo cuando esté sentado.
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Utilice un abridor de tarros para los recipientes bien cerrados.
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No cierres demasiado las botellas o tarros una vez abiertos.
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Utilice una palanca extendida para abrir las latas con lengüeta elevadora.
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Utilice cacerolas con una base ancha que no pueda volcar fácilmente.
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Utiliza un robot de cocina para picar las verduras.
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Utiliza recipientes de plástico. Es menos probable que se rompan.
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Guarde los alimentos y las bebidas en recipientes pequeños y fáciles de manejar.
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Coloca los utensilios, las ollas, las sartenes y las tazas de medir en un tablero de clavijas o en un armario accesible en lugar de en los armarios inferiores. Así no tendrá que agacharse para alcanzarlos. Siéntese cuando saque las cosas de los armarios inferiores.
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Utiliza una tabla de pinchos para las verduras, la fruta y las patatas, así tendrás las dos manos libres para pelarlas o picarlas.
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Utiliza las dos manos para verter líquidos.
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Utilizar tijeras para abrir paquetes de celofán. Utilice un abridor de tapas para cajas.
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Utiliza aparatos eléctricos siempre que sea posible.
Limpieza
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Utiliza los mangos largos de las fregonas de esponja, los cepillos de limpieza, los recogedores, las escobas o los limpiacristales.
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Siéntese para doblar la ropa, lavar los platos, planchar la ropa, usar la aspiradora, fregar el suelo o enchufar los aparatos en tomas bajas. Adapte los mostradores para que pueda alcanzarlos desde una silla de ruedas o desde una posición sentada.
Compras
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Llama con antelación para asegurarte de que la tienda tiene el artículo que necesitas.
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Pide que te reserven una silla de ruedas o un carrito de tres ruedas si no piensas llevar la tuya.
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Llama a un taxi o pide a un amigo o familiar que te lleve.
Otros consejos
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Guarda siempre los números de emergencia donde puedas acceder a ellos fácilmente. Prepáralos en tu teléfono.
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Utiliza teléfonos con botones de gran tamaño.
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Retire las alfombras para evitar resbalones o tropiezos.
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Haz que tu casa sea lo más cómoda y acogedora posible. Utiliza colores relajantes para decorar y compra velas aromáticas o popurrí con fragancias que te relajen. Ten cerca fotos y música que te levanten el ánimo.
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Asegúrate de que la temperatura es la adecuada para ti.
Cuanto más cómoda y edificante sea tu casa, más positiva será tu actitud.