La vida en movimiento con la EM

No dejes que la EM te frene. Tanto si tienes debilidad, fatiga o pérdida de visión, estas herramientas te ayudarán a mantenerte activo de forma segura.

Así que puede ser el momento de añadir nuevas formas de mantenerse en movimiento. Algunas estrategias pueden ayudarte a moverte con más facilidad y seguridad.

Acude a un fisioterapeuta

Un fisioterapeuta (PT) te enseñará ejercicios para fortalecer los músculos de las piernas y mejorar tu equilibrio. Los fisioterapeutas también pueden enseñarte:

  • Cómo caminar con seguridad para evitar las caídas

  • Consejos para evitar la fatiga

  • Formas de conservar la energía y mejorar tu resistencia?

Consigue una ayuda para la movilidad

Un fisioterapeuta también puede ver si te beneficiarías de una de estas ayudas a la movilidad, y adaptarte a ella.

Una ortesis sujeta el tobillo y el pie para mantenerlos en la posición correcta al caminar. Evita que el pie se enganche en el suelo si tienes el pie caído y te da más control sobre los movimientos de la pierna. Un fisioterapeuta o un especialista en ortopedia pueden adaptar la ortesis a sus necesidades.

La estimulación eléctrica funcional (FES) es un pequeño dispositivo que se coloca en la parte inferior de la pierna. Envía un leve impulso eléctrico para ayudar a los músculos de la pierna a contraerse. La FES puede ayudarle a levantar el pie sin arrastrarlo.

Los bastones son útiles para las personas con problemas de equilibrio. Un bastón de una pata es ligero y portátil. Uno con cuatro patas le ayudará a mantenerse más estable. Algunos modelos se pliegan para facilitar su almacenamiento.

Los andadores ofrecen una base de apoyo más amplia que los bastones. Pueden ayudar a compensar la debilidad de los músculos. Algunos andadores tienen un asiento para cuando te cansas. Los andadores con ruedas son fáciles de empujar. Un andador sin ruedas requiere suficiente fuerza para levantarlo y bajarlo a cada paso.

Las sillas de ruedas y los scooters son buenos para recorrer distancias más largas. Las sillas de ruedas y los scooters eléctricos ruedan y maniobran con sólo pulsar un botón. Necesitarás un vehículo con acceso para sillas de ruedas, o alguien que pueda plegar y levantar tu silla de ruedas en el maletero.

Elige el calzado adecuado

Si la esclerosis múltiple ha hecho que te sientas inseguro con los pies, llevar un calzado inadecuado puede hacer que tengas más probabilidades de caerte. Elige un par de zapatos para caminar, resistentes pero ligeros, con un buen soporte para el arco y una plantilla acolchada. Un zapato con un tacón pequeño, de menos de 5 cm, es mejor para el equilibrio que unos zapatos planos.

Las suelas de goma le proporcionarán una buena tracción, pero pueden engancharse en el suelo si su pie se arrastra. Busca un par con una suela ligera que no se atasque con cada paso. Tu reumatólogo o un podólogo pueden recomendarte otras características del calzado que se adapten a tus necesidades y capacidades.

Pídele a un podólogo o a una tienda de zapatos que te ajuste la talla correcta. Los zapatos demasiado grandes resbalan, mientras que los apretados pueden cortar la circulación. Presiona la parte superior del zapato para asegurarte de que tienes entre 2 y 3 centímetros de espacio delante del dedo gordo.

Adapte su coche

Conducir puede ser complicado con la EM. La rigidez muscular hace más difícil pisar el freno o girar la cabeza para ver los espejos laterales. Los problemas de coordinación y pensamiento pueden ralentizar el tiempo de reacción al volante. Estos tipos de cambios físicos y mentales pueden aumentar el riesgo de accidentes de tráfico. ?

Haz que un especialista en rehabilitación de conductores certificado (CDRS) evalúe tus habilidades al volante y te diga si es seguro que conduzcas. Puede encontrar uno en su zona a través de la Asociación de Especialistas en Rehabilitación de Conductores (ADED).

El CDRS también puede recomendarte dispositivos de adaptación como estos para tu coche:

  • Mandos manuales mecánicos o un anillo de conducción digital para accionar el gas y el freno

  • Un mando giratorio para girar el volante

  • Dirección y/o frenado adaptable

  • Espejos laterales y retrovisores de gran tamaño

  • Asientos que giran para ayudarte a entrar más fácilmente

Si conducir se ha vuelto demasiado difícil para ti, toma el transporte público. O utiliza un servicio de transporte compartido como Uber o Lyft. Ambas empresas ofrecen vehículos accesibles a las sillas de ruedas.

Comprueba tus necesidades

Tu médico y tu fisioterapeuta pueden evaluarte para saber cuáles de estas herramientas y dispositivos necesitas. También pueden ayudarte a gestionar los costes. Las sillas de ruedas y los scooters pueden costar cientos de dólares, pero Medicare, Medicaid y algunas compañías de seguros privadas deberían ayudar a cubrir el coste de cualquier dispositivo de movilidad que recomiende tu médico.

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