Cómo amar el trabajo que tienes

Encontrar la felicidad profesional puede tener más que ver con el cambio de actitud que con el cambio de lugar de trabajo.

Cómo amar el trabajo que tienes

Encontrar la felicidad profesional puede tener más que ver con el cambio de actitud que con el cambio de lugar de trabajo.

Por Tevis Rose Trower De los archivos del doctor

Puede que no quieras admitirlo en voz alta -en esta época de desempleo récord y economía inestable-, pero no te gusta tu trabajo. Y eso puede dar mucho miedo. Después de todo, sabe que hay personas que estarían encantadas de ocupar su lugar. Sin embargo, ser miserable día tras día tampoco es bueno, ni para tu mente, ni para tu cuerpo, ni para tu espíritu.

Este es el secreto para vivir con un trabajo que no te gusta: Si no puedes cambiar tu trabajo, cambia tu actitud, y cámbiala tanto que tu trabajo se vuelva atractivo. Desafiante. Incluso placentero. ¿El secreto? Intenta convertir tus rutinas en rituales, viéndolas con aprecio y presencia. Hacerlo puede aportar elementos de confort, conexión y comunidad a tu rutina diaria.

Cómo crear rituales diarios en el trabajo

Saborea lo sagrado. Piensa en las pequeñas acciones que realizas a diario, como mirar al otro lado del agua mientras vas en tren al trabajo. Lo más probable es que estas rutinas hayan evolucionado a partir de innumerables elecciones repetidas que has hecho en función de lo que te produce placer. Haz una lista de tus patrones repetidos de placer y luego sé consciente de cuando ocurren. Estos momentos sagrados dan sentido y orden a tu vida.

Cultiva la comunidad. Piensa en cómo tu vida laboral crea oportunidades de conexión. ¿Se trata de bromear con el camarero cuando te tomas un café por la mañana? ¿Es colaborar en proyectos con los miembros del equipo? Cuanto más notes estos momentos de conexión, más importantes serán.

Concede belleza. Cualquier cosa, desde la preparación de una reunión hasta el archivo de los papeles en su escritorio, puede considerarse como la creación de un orden a partir del caos. De hecho, cuando se ven con un ojo que busca la belleza, estas tareas pueden convertirse en rituales satisfactorios. Al reconocer estas oportunidades para la creatividad y el control en medio de las rutinas mundanas -incluso tediosas-, elevamos nuestra experiencia laboral de lo que hacemos por un sueldo a otro lugar en el que experimentar el placer de estar vivos.

Y eso es importante. Una reciente encuesta de Gallup informó de que menos del 27% de nosotros está realmente comprometido con su trabajo. Pero seamos claros: comprometerse no significa que el trabajo sea perfecto. Comprometerse significa implicarse para que el trabajo, con sus defectos, no sea una fuente de infelicidad. Y eso implica un cambio de actitud, no una transición laboral.

Apoyo social para la satisfacción laboral

Una de las mejores cosas que puedes hacer por ti mismo si estás luchando con la satisfacción laboral es crear un poco de apoyo social para ti. He aquí cómo:

Hazlo de forma amistosa. Invite a amigos y colegas de confianza a reunirse con usted mensualmente para hablar de temas laborales, ya sea en persona o por correo electrónico.

Que sea positivo. No debería ser un grupo en el que todo el mundo se queja. Intenta que sea un verdadero grupo de apoyo en el que todos exploren formas de encontrar y practicar el cultivo de la felicidad en el trabajo a diario.

Mantén el tono personal. Pide que la gente hable sólo de sus propias experiencias e ideas, absteniéndose de dar consejos.

Mantén la confidencialidad. El verdadero intercambio se produce cuando la gente confía y está de acuerdo en que lo que se dice en el grupo se queda en el grupo.

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