La soledad es realmente perjudicial, no sólo para las emociones, sino también para la salud física. He aquí cómo reconectar.
La soledad puede golpear en casi cualquier momento. Por ejemplo, cuando Amity Brown se separó de su marido de 11 años, se sintió -comprensiblemente- aislada y triste. "Lo más duro es no tener a alguien con ese profundo conocimiento emocional de mí para que me atrape cuando me caiga", dice esta fotógrafa de 41 años afincada en Oakland (California).
Es casi inevitable que la pérdida de un cónyuge o la mudanza a una nueva ciudad te hagan sentir solo; pero la soledad puede golpear incluso sin grandes cambios en la vida. Puedes estar solo sin sentirte solo, o puedes sentirte solo entre una multitud. La verdadera soledad es simplemente un sentimiento de desconexión de los demás; entre el 5% y el 7% de los adultos de mediana edad y mayores dicen sentir una soledad intensa o persistente.
"La soledad es lo que tú dices que es. No se le puede decir a alguien que no debería estar solo", dice la doctora Louise Hawkley, investigadora principal del Centro de Neurociencia Cognitiva y Social de la Universidad de Chicago.
La soledad y la enfermedad
La soledad no sólo es emocionalmente dolorosa; puede perjudicar la salud. Es un factor de riesgo para una gran cantidad de problemas: presión arterial alta; problemas de sueño; disminución de la capacidad para lidiar con el estrés de la vida diaria; y la reducción de la capacidad del cuerpo para manejar la inflamación, lo que lleva a condiciones como la aterosclerosis, la artritis reumatoide y la tendinitis, así como un sistema inmunológico debilitado, por lo que eres más susceptible a la enfermedad. Los investigadores aún no han identificado las formas exactas en que se producen estos problemas de salud, pero saben que la soledad parece empeorarlos.
Aunque muchos de estos problemas no se manifiestan hasta la mediana edad o más tarde, el daño comienza pronto, según Hawkley. Los pequeños aumentos de las sustancias químicas del estrés que se liberan en el torrente sanguíneo pueden, con el tiempo, dañar los vasos sanguíneos de todo el cuerpo.
Por supuesto, algunos momentos de soledad son inevitables en la vida de todos, y no hay que temerlos. Piensa en la soledad como una sed de compañía que puedes satisfacer. Dice Hawkley: "Es un sentimiento que, si cumple su función, te hace salir a saciar esa necesidad de sentirte conectado."
La cura de la soledad
La doctora Louise Hawkley dice que debemos pensar en la soledad no como un estado, sino como una motivación para socializar. He aquí cómo:
Salir a la calle. No es necesario ser el mejor amigo de alguien para beneficiarse de la interacción. Amity Brown, que está separada de su marido, sale a pasear por su barrio y sonríe a la gente con la que se cruza. "Cuando empecé a conocer el barrio y a la gente que me rodeaba, me sentí parte de una comunidad", dice.
Sé selectivo a la hora de hacer amigos. Hawkley señala que si estás desesperado por tener relaciones, puedes estar dispuesto a tolerar un trato inaceptable. Ahora que Brown se siente más estable, dice, "soy más cuidadosa cuando elijo a mis amigos para asegurarme de que sean poco dramáticos".
Manténgase positivo. Las personas solitarias tienden a esperar el rechazo, lo que hace que sea más probable que ocurra. La terapia cognitiva social puede ayudar a las personas a replantear sus pensamientos sobre cómo las ven los demás.
