¿Tienes problemas de autoestima y confianza en ti mismo? Aprenda estos cuatro pasos para aumentar la confianza.
Cómo aumentar la confianza en uno mismo
La terapia cognitivo-conductual o TCC ha demostrado ser increíblemente eficaz para tratar los problemas de confianza. La TCC se centra en la idea de que los problemas fisiológicos se basan en comportamientos y pensamientos aprendidos poco saludables. Para tratar los pensamientos y comportamientos poco saludables con este método terapéutico, una persona necesita volver a formarlos con la ayuda de un terapeuta.
Al trabajar con un terapeuta para identificar los pensamientos que te hacen sentir menos seguro de ti mismo, puedes trabajar para repatriarlos juntos. Los siguientes cuatro pasos pueden ayudar a guiarte en tu viaje hacia una mayor confianza en ti mismo.
1. Identifica las condiciones o situaciones que te hacen sentir menos seguro de ti mismo. Por incómodo que pueda resultar al principio, el primer paso para cambiar tus niveles de confianza es ser consciente de lo que desinfla tu autoestima. Intenta darte cuenta de cuándo y dónde se dispara. A continuación, sin juzgarte, intenta hacer un balance de cuándo y dónde te sientes menos seguro de ti mismo. Estas situaciones pueden ser:
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Hablar en público en el trabajo o en la escuela
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Enfrentarse a retos o emergencias en el trabajo o la escuela?
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Una relación problemática en el hogar, la escuela o el trabajo o con un amigo cercano
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Un cambio significativo en tu vida en el trabajo o en casa
Ÿ 2. Hazte consciente de tus pensamientos. Después de determinar cuándo y dónde surge tu autoconciencia, cultiva un sentido de conciencia en torno a ella. Intenta convertirte en un observador de tu propia mente. Permítase escuchar, sin juzgar, su monólogo interior y la interpretación de lo que desencadena sus inseguridades.
Puedes descubrir que tus pensamientos son buenos, malos o neutros. Pueden estar basados en hechos o pueden ser irracionales y estar basados en emociones o experiencias. Haz un balance de ellos y pregúntate seriamente si lo que estás pensando y creyendo es cierto.
Una buena prueba es preguntarte si compartirías tus pensamientos sobre ti mismo con un amigo. Si la respuesta es no, entonces probablemente no deberías tener esos pensamientos.
3. Desafía los pensamientos inútiles o incorrectos. Una vez que hayas identificado los pensamientos que te estorban, pregúntate si tienen sentido y son coherentes con los hechos de la situación en la que te encuentras.
Aunque esto puede parecer fácil, entiende que puede ser bastante difícil en la práctica. Los puntos de vista o las creencias de siempre son difíciles de identificar porque se han integrado tanto en tu visión de la vida que puede que los consideres simplemente opiniones o hechos.
Algunos tipos de pensamiento a los que hay que prestar atención cuando se trabaja en la construcción de la confianza son
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Todo o nada. Ten cuidado con los pensamientos relacionados con las tareas en las que te ves como un éxito o un fracaso. Un ejemplo podría ser: Si me va mal durante esta presentación, soy un completo fracaso en la vida.
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Centrarse en lo negativo. Busca situaciones o relaciones en las que filtras cualquier aspecto positivo y sólo te centras en lo negativo. Esto podría implicar pensar para ti mismo, Mis errores tipográficos en esta redacción demostrarán a mi profesor que no soy lo suficientemente inteligente para estar en esta clase.
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Convertir lo positivo en negativo. Incluso cuando consigues algo grande, te dices a ti mismo que no te lo has ganado realmente o que tu logro no importa. Una aplicación de esto en la vida real podría ser: "Sólo he conseguido ese ascenso porque he estado aquí el mayor tiempo de todos los miembros del equipo, no porque realmente lo merezca".
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Asumir inmediatamente lo peor. Fíjate si saltas al resultado más perjudicial de cualquier situación, especialmente si hay poca o ninguna evidencia que lo apoye. Esto podría manifestarse como un pensamiento como, Ella ya no quiere estar asociada conmigo porque no ha respondido a mis textos o llamadas durante 24 horas.
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Tomar los sentimientos como hechos. Que te sientas de una manera determinada no significa que tenga que ser una verdad universal. Por ejemplo, si un día te sientes mal, eso no significa que seas un fracasado o que te sientas así para siempre...
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Autoestima negativa. Fíjate si te menosprecias constantemente o haces bromas en tu detrimento. Por ejemplo, puede que te encuentres pensando: "No merezco tener una vida mejor".
4. Cambia tus pensamientos. Una vez que hayas identificado y comprendido tus pensamientos, puedes trabajar para cambiarlos. Algunas estrategias para hacerlo son:
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Convertir los pensamientos negativos en esperanzadores. Siempre que te encuentres pensando negativamente sobre el futuro, trata de apartarte de ese pensamiento, siendo amable y animándote a ti mismo en su lugar. Por ejemplo, en lugar de pensar: "Es imposible que me vaya bien en este examen", cambia tu monólogo interior por algo como: "Puedo hacer este examen aunque sea difícil".
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Perdonarse a sí mismo. Las cosas no siempre salen como se planean las personas cometen errores. Pero tus errores no son un reflejo de ti como persona. Si cometes un error, sé paciente contigo mismo y di: "Me he equivocado, pero no tiene por qué definirme".
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Borrar "debería" y "debe" de tu vocabulario. Ambas palabras pueden estresar mucho a una persona, inyectando pensamientos extremos en la mentalidad diaria. Sacar estas palabras de tu autoconversación puede darte expectativas más realistas para ti mismo...
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Centrarse en la positividad. Regodéate en las cosas positivas de tu vida. Esfuérzate conscientemente por notarlas, como por ejemplo, pensando en todas las habilidades que has desarrollado para afrontar situaciones difíciles...
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Ver los desafíos como experiencias de aprendizaje. Si tienes algún tipo de experiencia negativa, pregúntate qué puedes aprender de ella. Cambiar la forma de ver estas experiencias puede tener un impacto más positivo en tu vida...
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Reprogramar los pensamientos negativos. Que tengas un pensamiento negativo no significa que tengas que reaccionar negativamente ante él. Por el contrario, piensa que es una llamada para reajustar tus patrones de pensamiento y vivir de forma más saludable y positiva...
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Darse un refuerzo positivo. Cuando hagas algo que genere un cambio positivo, reconócelo. Por ejemplo, puedes decirte a ti mismo, no lo hice tan bien en mi tarea de ortografía en la escuela, pero mi profesor dijo que mi ortografía ha mejorado, así que sí mejoré en ese sentido.