Conozca la importancia de escuchar y cómo puede mejorar su capacidad de escucha.
Ser un buen oyente es una habilidad vital en la vida. Aquí aprenderás por qué es tan importante escuchar y qué puedes hacer para ser un mejor oyente.
La importancia de escuchar
Hay una diferencia entre oír a alguien y escucharlo. Ser un buen oyente es una habilidad esencial por varias razones:
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Demuestra que respetas y te interesa lo que la gente tiene que decir.
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Ayuda a generar confianza y demuestra que valoras a la persona que habla.
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Puede ayudar a ampliar su perspectiva sobre el tema de conversación.
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Reduce la probabilidad de malentendidos.
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Puede ayudar a la resolución de problemas?
Saber escuchar también es una habilidad vital en la mayoría de los trabajos. Puede ayudar a crear entendimiento entre las personas y fomentar el desarrollo de nuevas ideas. También puede ayudar a las empresas a mejorar sus productos y servicios.
6 pasos para convertirse en un mejor oyente
Para convertirse en un mejor oyente, necesita hacer algo más que escuchar lo que otra persona le dice. Aquí tienes seis cosas que puedes hacer para mejorar tu capacidad de escucha:?
1. ¿Alejar el teléfono?
Los teléfonos móviles y la tecnología pueden distraer mucho. Desvía tu atención de lo que estás haciendo en ese momento, incluso de escuchar a alguien. Un mensaje de texto, un correo electrónico o una llamada telefónica pueden sacarte de la conversación y centrar tu atención en otro lugar, lo que significa que ya no estás escuchando.
Guarda o apaga tu teléfono móvil y otros dispositivos tecnológicos para evitar posibles distracciones durante la conversación. Y cuando escuches, asegúrate de mantener el contacto visual. Esto demuestra que estás atento e interesado en lo que la otra persona tiene que decir.
2. ¿Esperar a que el interlocutor termine de hablar antes de hacerlo?
Puede ser difícil quedarse callado cuando otra persona está hablando, sobre todo si estás emocionado o quieres hacer una pregunta enseguida. Al mismo tiempo, intentar pensar en una respuesta antes de que la otra persona termine de hablar puede distraerte de la conversación, lo que puede hacer que te pierdas detalles importantes.
En lugar de interrumpir, terminar la frase del interlocutor o tratar de idear una respuesta, mantente presente. Espere a responder hasta que la persona termine de hablar.
3. Haz preguntas para asegurarte de que lo entiendes.
Hacer preguntas es una buena manera de mantener una conversación. Sin embargo, algunas preguntas pueden desviar al interlocutor de su tema original y llevarlo a otro completamente distinto. Ocurre a menudo.
En lugar de interrumpir con una pregunta que no tiene nada que ver con el tema de la conversación, espera a que el interlocutor termine de hablar. Luego, haz preguntas para asegurarte de que has entendido lo que te han dicho. Si te das cuenta de que has desviado a la persona de su curso original, hazte responsable de ello y ayúdale a retomar el camino...
4. Mantén la mente abierta.
Cuando escuches, hazlo con la mente abierta. Evita sacar conclusiones precipitadas o emitir juicios. Cuando alguien habla, utiliza el lenguaje para expresar sus pensamientos. No sabrás cuáles son esos pensamientos y sentimientos si dejas de escuchar y empiezas a juzgar.
Además, si escuchas con la mente abierta, puede que aprendas algo nuevo.
5. ¿Probar un enfoque de improvisación?
Otra cosa que puedes intentar es adoptar un enfoque de improvisación en tus conversaciones. Con este enfoque, sólo puedes reaccionar en el momento a lo que dice el interlocutor. Se trata de escuchar y luego responder. No planeas tus respuestas de antemano porque no sabes lo que la otra persona va a decir o hacer. Así que escuchas todo lo que tiene que decir, y luego te planteas tu respuesta.
6. ¿Practicar?
Ser un mejor oyente no es algo que vaya a suceder de la noche a la mañana. Cuanto más practiques y perfecciones tus habilidades, mejor serás.
Tanto si hablas con tu pareja, como con un amigo o un compañero de trabajo, practica la paciencia y espera a dar una respuesta hasta que dejen de hablar. Repite lo que oyes y haz preguntas para asegurarte de que entiendes lo que te dicen. Evita interrumpirles o sacarles del tema original. Con el tiempo, y con mucha práctica, descubrirá que su capacidad de escucha ha mejorado mucho.