La doctora se centra en la atención plena, la práctica de estar más atento a la salud de su cuerpo y su mente.
¿Qué es la atención plena?
Ser consciente significa prestar atención a lo que ocurre en el momento. En pocas palabras, la atención plena consiste en estar presente.
Significa notar lo que ocurre en tu mente y en tu cuerpo. (Te duele el estómago cuando piensas en hacer la declaración de la renta).
Y significa ser consciente de lo que ocurre a tu alrededor. (Las flores están floreciendo en tu camino al trabajo).
Cuando estás atento, la clave es no etiquetar ni juzgar lo que ocurre. Tus sentimientos no son buenos ni malos. Simplemente son.
En ese sentido, la atención plena consiste en observar. Observas tu vida con un poco de distancia, en lugar de reaccionar emocionalmente.
Lo contrario de la atención plena es estar en piloto automático. Es cuando haces las cosas sin pensar ni considerar nada.
Por ejemplo, estás en piloto automático cuando sales de tu casa y te diriges al trabajo un sábado cuando lo que querías era ir al parque.
Cómo sabes que lo estás haciendo bien?
Puedes concentrarte en el presente en cualquier momento y lugar: en el coche, haciendo cola o en el trabajo.
Prueba a realizar una sola tarea. Eso es hacer una cosa a la vez y prestarle toda tu atención. Puede ser concentrarse en algo tan común como pasarse el hilo dental o comer una manzana.
He aquí cómo ser consciente cuando tienes unos minutos para ti y no necesitas concentrarte en una tarea más urgente (como conducir):
Primero, haz una pausa y concéntrate en tu cuerpo.
Fíjate en lo que ves y oyes. Comprueba también lo que hueles, saboreas y sientes. No etiquetes estas sensaciones como buenas o malas. Simplemente, déjate llevar por ellas.
A continuación, reduce tu atención.
Qué sientes en tu cuerpo? Fíjate en las sensaciones sutiles, como el picor o el hormigueo. Dedica a cada parte de tu cuerpo un momento de tu atención plena. Empieza por la cabeza y ve hacia los dedos de los pies.
A continuación, concéntrate en tu respiración.
En qué parte de tu cuerpo la sientes más? Descansa tu atención ahí.
Pregúntate: ¿Cómo estoy en este momento?
Reconoce tus pensamientos y emociones. Pasa unos momentos con ellos, estando con las cosas tal y como son. Permite que tus sentimientos estén presentes sin juzgarlos.
Cuando tu mente divague
(y lo hará), simplemente vuelve a tu respiración. No es necesario que te castigues por perder la concentración.
Por qué practicarlo?
Ser consciente te ayuda a notar cuando estás en piloto automático. Eso te permite cambiar lo que estás haciendo en el momento, en lugar de lamentarlo después.
Digamos que te encuentras comiendo una bolsa de patatas fritas delante de la televisión, tu patrón nocturno. Ser consciente puede ayudarte a salir del trance del piloto automático y tomarte un momento para hacer una elección diferente. Podrías cambiar las patatas fritas por zanahorias, o decidir no ver la televisión y dar una vuelta a la manzana.
La atención plena puede mantenerte en contacto con tus objetivos y esperanzas. Centrarte en el momento evita que reacciones rápidamente y que hagas lo que sueles hacer sin pensar, como sentirte estresado y coger una chocolatina del tamaño de un rey.
Mindfulness y salud mental
Cómo puedes utilizarlo para perder peso
También puedes utilizar esta práctica para ayudarte a conseguir y mantener un peso saludable.
Con la comida, tienes múltiples oportunidades de ser consciente:
Haz una comprobación visceral para ver si realmente tienes hambre antes de comer.
Concéntrate en cada bocado, saboreando su sabor y textura.
Observa si lo que te dices a ti mismo es útil.
Haz otro control de tripa para ver lo lleno que estás. Así podrás dejar de comer cuando te sientas lleno en lugar de limpiar el plato sin pensar.
Ejercita tu mente
Quieres hacer más ejercicio? El mindfulness puede ayudarte a disfrutar de las actividades. Eso, a su vez, te hará más propenso a seguir con ellas.
Cómo hacer ejercicio de forma consciente?
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Sintoniza con lo que siente tu cuerpo. ¿Tienes los músculos tensos? Te sientes inquieto?
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La actividad que estás realizando, ¿hace que tu cuerpo se sienta bien mientras la realizas?
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Si el ejercicio se dirige a una determinada parte del cuerpo, ¿cómo se siente esa parte mientras lo haces?
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Fíjate en tus pensamientos sobre cómo te estás moviendo. Son los pensamientos alentadores?
Cuando te centras en tu cuerpo, esto puede motivarte a moverte más a lo largo del día. También puede ser que aprecies más tu cuerpo y seas más amable contigo mismo.
¿Quieres estar más presente en tu vida diaria? Sólo tienes que poner tu mente en ello.