La diferencia entre la migraña y otros dolores de cabeza

Hay diferencias clave entre una migraña y otros tipos de dolores de cabeza. Descubre cuáles son y cómo pueden afectarte.

Hay características clave que diferencian la migraña de las cefaleas tensionales (el tipo de dolor de cabeza más común) y de las cefaleas en racimo, que son poco frecuentes.

Señales anticipadas

Tu cuerpo puede hacerte saber que una migraña está en camino. El pródromo es cuando se producen pequeños cambios horas o 1 o 2 días antes del ataque. Los síntomas característicos son los bostezos, el deseo de comer determinados alimentos y orinar con frecuencia. Los tuyos pueden ser diferentes.

Cambios sensoriales y del habla

A veces, la migraña afecta temporalmente al habla y a los sentidos antes, después o mientras se tiene el dolor de cabeza. Los médicos lo llaman aura. La actividad eléctrica se desplaza por el cerebro y da lugar a estos síntomas. Pueden empezar lentamente y durar hasta 60 minutos. Una cefalea en racimos también puede empezar con aura, pero una cefalea tensional no.

Etapas

Hay cuatro etapas de la migraña. Es posible que no pases por todas ellas ni las tengas en cada ataque.

El pródromo es la primera. A continuación viene el aura, que también puede indicar que pronto empezará una migraña. El dolor comienza en la tercera etapa: la cefalea o fase de ataque. El postdromo tiene lugar después. Puede seguir la confusión, el cansancio o incluso una intensa alegría.

Tipo de dolor

Una cefalea tensional se presenta con un dolor sordo y una tensión o presión; una cefalea migrañosa crea fuertes punzadas o pulsaciones. Se siente en uno o ambos lados de la cabeza. La cefalea en racimos provoca una punzada o ardor extremo cerca de un ojo.

Malestar intestinal

La inflamación que provoca una migraña también puede provocar náuseas o vómitos. También puedes tener dolor de barriga o malestar estomacal. Estos problemas no ocurren con una cefalea tensional. Una cefalea en racimos puede provocarte náuseas antes de que empiece.

Sensibilidades

La luz, el ruido y ciertos olores pueden aumentar el dolor de cabeza de la migraña. Eso también es gracias a la inflamación. También puedes ser sensible al tacto. La actividad también puede hacerla más intensa. El movimiento puede no afectar a las cefaleas tensionales y ayuda a algunas personas a lidiar con una cefalea en racimos. La sensibilidad a la luz o al sonido puede ocurrir con una cefalea tensional, pero es inusual. Una cefalea en racimos también puede presentar estos síntomas.

Cómo la migraña cambia la vida cotidiana

Tu experiencia de migraña puede variar en comparación con la de otra persona. Los ataques podrían durar unas horas o días. Podrías tener muchas en un mes o una de vez en cuando. Además, es posible que no te afecten todos los problemas que pueden surgir.

Algunas personas encuentran estrategias de prevención o tratamiento que les permiten realizar las tareas cotidianas. Otras lo tienen más difícil y necesitan pausar la vida cotidiana para descansar o dormir en un espacio oscuro y tranquilo. Es posible que no llegues al trabajo o a la escuela. Si lo hace, su rendimiento o sus tareas escolares pueden verse afectados. La migraña también puede mermar el tiempo de calidad con los amigos y la familia. Todo esto puede llevar a sentirse deprimido.

Sin embargo, las migrañas no siempre forman parte de tu vida. Suelen mejorar con el paso del tiempo. Pasados los 30 años, suelen ser menos frecuentes y menos intensas. Incluso pueden desaparecer después de los 50.

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